¿Comunicación influida por el atractivo físico?

Mi compañera Marta Gómez Alanís y yo venimos a hablarles sobre algo que nos ha rondado por la cabeza en muchas ocasiones. ¿Influye el atractivo físico de alguien en su comunicación, tanto como emisor y como receptor? Por ende, si hablamos de comunicación en la vida de alguien, hablamos de su vida en general, ya que la comunicación es todo.

Es evidente que la vida de una persona está muy condicionada por su físico (aunque no debiera de ser así, pero lo es), pero, ¿hasta qué punto determina su forma de transmitir y recibir el lenguaje? ¿Hasta que punto restringe su vida?

En una entrevista que se hizo a la joven Alejandra Barker, que es una joven con un labio leoprino que ha decidido someterse a varias cirugías para corregir esta diferencia, afirmaba que la gente la encasillaba muy rápido por tener un aspecto diferente. Para ella no era fácil hacer amigos o simplemente salir a disfrutar de cosas muy sencillas. Ella misma manifestaba que encontrar un trabajo de cara al público le asustaba, y que muchos de sus amigos con diferencias físicas preferían trabajos en la trastienda. ¿Qué conclusión obtenemos? Para esta chica comunicarse era un esfuerzo casi sobre humano, relacionarse con los demás y así hacer uso del lenguaje como emisor, suponía un mal trago. ¿Y como receptor? Seguramente que por desgracia, también estaba determinada.

Todo esto está muy influido por la presión mediática. Acostumbramos a ver caras y cuerpos “perfectos” durante mucho tiempo de nuestra vida (casi todo el tiempo) en televisión y redes, que más bien distan de la realidad de a pie. Esta afirmación también nos lleva al otro extremo, la facilidad para conseguir un trabajo si tu belleza está socialmente considerada como “buena”. Esto facilitaría a veces (que no siempre) la comunicación.

Es un tema que da mucho de sí y del que podríamos sacar un millón de curiosidades, ¿qué pensáis vosotros?