Patricia Ais
Psicología del Lenguaje — ugr
5 min readNov 21, 2020

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CONVERSACIONES CON UNO MISMO: El papel de la voz interior.

Todos en nuestro día a día hacemos frente a numerosas tentaciones o impulsos: evitar fumar otro cigarrillo, comer comida basura o hablar más de la cuenta, entre otras muchas cosas. En la mayoría de ocasiones somos conscientes de que todo ello puede tener consecuencias perjudiciales, pero enfrentar estos impulsos es algo más complicado de lo que parece. La principal razón de ello, puede estar relacionado con la ausencia de autocontrol (Baumeister, Heatherton, & Tice, 1994).

Por tanto, ¿Cómo creéis que logramos resistir estos impulsos? Una forma que solemos utilizar la mayoría de personas hace referencia al control de pensamientos, acciones y emociones a través de nuestra voz interior, entonces, ¿es posible ejercer un control hablándonos a nosotros mismos? La respuesta es sí, de hecho si nos paramos a reflexionar, lo hacemos más de lo que pensamos: ante situaciones de estrés, indecisión, incertidumbre, ansiedad, etc. Se estima que al menos una cuarta parte de la vida consciente de las personas consiste en habla interna.

La voz interior se define como una forma de discurso auto-dirigido cuyo objetivo es auto-regular nuestra conducta, que está directamente vinculada con el pensamiento, con la interacción del lenguaje y que, para algunos autores, es la evolución del habla privada propia de los niños mencionada por Vygotsky. Es crucial para el pensamiento, la autoconciencia, ayuda en la planificación, resolución de problemas, auto-motivación, lectura, escritura, cálculo y memoria autobiográfica. El habla interior puede tener varias manifestaciones: puede ser voluntaria, como cuando recitamos mentalmente un contenido para memorizarlo; o puede ser más libre, como cuando nuestra mente divaga entre pensamientos durante los estados de reposo. Desde un punto de vista más patológico, la disfunción del habla interna representaría síntomas de varios trastornos mentales (rumia en la depresión o alucinaciones verbales auditivas en la esquizofrenia). Por último, desde un punto de vista fisiológico, hay evidencias de que el habla interior y el habla encubierta tienen correlaciones fisiológicas similares en hablantes típicos. De hecho las personas que presentan tartamudez tienen fluidez en el habla interior, lo cual sugiere que el habla interior puede utilizar representaciones más abstractas que el habla abierta. De acuerdo con esto último mencionado, muchos estudios han mostrado redes comunes de activación en tareas que implican habla encubierta o abierta. Por lo general, ambas inducen la activación de áreas del lenguaje (Áreas de Broca y Wernicke, lóbulo parietal inferior). No obstante, varios estudios sugieren que a pesar de que el habla interna y abierta comparten una red cerebral común, involucran regiones cerebrales de diferentes maneras y producen activaciones separadas en otras regiones cerebrales, aunque es un tema que sigue abierto a debate.

Son muchos de hecho los autores que han sugerido que este discurso interno podría haber adoptado un papel adaptativo en el ámbito del autocontrol. De hecho, varios experimentos han demostrado que los participantes aumentan el uso del discurso privado ante tareas que implicaban algún tipo de dificultad en comparación con la realización de tareas más fáciles o familiares. Esto se debe principalmente a que gran parte de lo que nos decimos a nosotros mismos es crítico y juicioso.

Sin embargo, algunos autores argumentan que la voz interior no es más que una ´´voz sin sonido`` (Muller, 1864) y otros como Watson, la han definido como habla encubierta (conocida como “lenguaje implícito”), una forma debilitada de habla abierta, que implica acciones débiles que son “abreviadas, cortocircuitadas y economizadas.

Otro aspecto interesante es el hecho de que se ha vinculado la voz interna con la memoria de trabajo y la atención, funcionando esta como un auto-regulador para mejorar la codificación de material nuevo, gracias a sus conexiones con estas otras funciones ejecutivas. Esto último es apoyado por el Modelo de Memoria de Trabajo de Baddeley y Hitch (1974), el cual os sonará dado que lo hemos visto con mayor profundidad en la asignatura de Memoria y Representación.

Por otro lado, me ha resultado interesante vincular la temática acerca de la voz interna con las personas que presentan un Trastorno disociativo de identidad (DID), dado que el déficit del control y monitoreo del habla interna puede tener como consecuencia alucinaciones verbales auditivas (AVH), donde los propios pensamientos verbales llegan a percibirse como voces externas. El hecho de controlar un impulso es algo que requiere un esfuerzo significativo por parte de cualquier persona, lo que para estos pacientes supondría una mayor complejidad. Un paciente con DID puede haber tenido muchas voces y pensamientos que para ellos proceden del ``exterior´´ , por lo que comprender el proceso de disociación, la mente y sus pensamientos inconsciente, sus funciones y su desarrollo puede crear un marco ordenado dentro del cual considerar como guía interna lo que sus propios pensamientos le proporcionan inconscientemente.

Otro trastorno psicológico en el cual la voz interna tiene un papel de gran importancia a la hora de regular ciertas conductas, se corresponde con los trastornos de la conducta alimentaria, tales como anorexia y bulimia nerviosa, entre muchos otros. Al igual que ocurre con las personas que presentan un trastorno disociativo de identidad, quienes sufren este tipo de trastornos relacionados directamente con la ansiedad, presentan una gran cantidad de pensamientos, acciones y emociones aversivos a los cuales tienen que hacer frente para inhibir o bloquear ciertos impulsos a través de la comunicación interna. En este caso es el propio trastorno el que ejerce un control sobre la persona mediante la escucha de una “voz interior” que conduce hacía el dolor físico y al tormento emocional. Todo ello nos lleva a concluir que a pesar de que el habla interior puede tener una influencia positiva en muchas tareas cognitivas, también puede interrumpirse y tener un papel negativo. La auto-reflexión negativa excesiva o la rumiación mental pueden interferir con el rendimiento cognitivo, demostrándose que es un factor de riesgo para la depresión y los trastornos de ansiedad, como ocurre en los mencionados previamente.

Os adjunto el link a dos artículos los cuales me han servido de bibliografía básica, donde se ahonda con mayor precisión en estos temas y en los que se realizan varios experimentos acerca de todo lo mencionado, destacando el papel de la voz interna: https://www.proquest.com/docview/304359115/fulltextPDF/CFE2887BC2074395PQ/9?accountid=14542

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24412278/

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