CONVERSACIONES DE WHATSAPP VISTAS DESDE LA PERSPECTIVA DE SCHULZ
Las distorsiones que se producen en la comunicación se deben a que, lo que decimos, puede ser interpretado de diferente manera por cada persona.
Seguramente, en más de una ocasión habrás tenido una conversación con tu madre, tu pareja o un amigo en la que habéis terminado un poco molestos el uno con el otro debido a la forma de expresar o interpretar las palabras.
A continuación, voy a presentar un ejemplo analizado desde la Teoría de las 4 orejas de Friedemann Schulz von Thun.
Podemos observar las distintas perspectivas que adopta un mismo mensaje. Primeramente, analizaré la conversación desde la parte emisora (yo):
-La oreja de contenido es: “a mí me viene fatal limpiar hoy”. Este es el mensaje que yo le mandé y que provocó su reacción de enfado.
-La oreja de llamamiento es la acción que va implícita en el mensaje, es decir, lo que se quiere conseguir con ese mensaje. En este caso sería convencerla para limpiar mañana.
-La oreja de autoexpresión refleja lo que, yo, como emisora, quiero transmitir sobre mí misma: “ando muy ocupada hoy y me gustaría que limpiáramos mañana, dado que dispongo de más tiempo”.
-Finalmente, la oreja de relación hace referencia a lo que quiero conseguir del receptor: “me viene mejor limpiar mañana y sé que tú habías dicho de limpiar hoy, por eso te sugiero cambiar el día de limpieza”
Esta es la interpretación y la intención con la que yo me comuniqué con mi compañera de piso. Sin embargo, dicha interpretación no es compartida, dado que, por sus contestaciones, ella lo dedujo de una manera diferente.
-La oreja de contenido es compartida: “a mí me viene fatal limpiar hoy”.
-La oreja de llamamiento sería, en su caso “limpia tú porque yo no lo voy a hacer”
-La oreja de autoexpresión: “siempre soy yo la que debe cambiar mi horario y acaba limpiando lo de todos”
-Finalmente, en la oreja de relación interpreta que va a ser ella la que tenga que limpiar todo y no va a recibir ningún tipo de ayuda, por ello responde con “pues nos va a comer la mierda”.
Como podemos observar, continuamente realizamos malinterpretaciones acerca de los mensajes que recibimos de otras personas, y, si las realizamos con tanta facilidad cuando la comunicación es oral, cara a cara, imaginad con qué frecuencia aparecerán en la comunicación escrita…
