¿Cuántas mujeres somos en el mundo?

¿Qué nos dice la ficción sobre cómo somos las mujeres? — Parte 2

Carmen Navarro
Psicología del Lenguaje — ugr
5 min readDec 12, 2018

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¡Bienvenidxs de nuevo!

Continuamos la serie de posts “¿Qué nos dice la ficción sobre cómo somos las mujeres?” (Si no habéis leído los otros os los dejo por aquí)

¿Qué nos dice la ficción sobre cómo somos las mujeres? — Parte 1 by Carmen Navarro

¿Qué nos dice la ficción sobre cómo somos las mujeres? — Parte 1.1 by Carmen Navarro

Hoy os traigo otro estereotipo que promueve la ficción sobre nosotras…

El Principio de Pitufina

Si atendemos a estadísticas, las mujeres representamos el 49’556% de la población mundial (dato del 2017, según el Banco Mundial), es decir, somos la mitad de la población mundial. Sin embargo, hasta ahora (aunque por suerte, esto está empezando a cambiar) en la ficción se nos ha representado en una proporción mucho más pequeña… normalmente en una proporción de 1/5 respecto a los hombres, o lo que es lo mismo: cada cinco hombres, aparece una mujer. Esto es el Principio de Pitufina. El término lo acuñó Katha Pollitt en 1991:

“Las series contemporáneas o son directamente un todo masculino, como Gardfield, o bien se organizan alrededor de lo que llamo el Principio de Pitufina: un grupo de machos se acentúa por una fémina solitaria, definida de forma estereotipada (…) El mensaje está claro. Los chicos son la norma, las chicas, la excepción; los chicos son centro, las chicas, periferia; los chicos son individuos, las chicas, tipos. Los personajes masculinos definen el grupo, la historia y el código de valores, mientras que los femeninos existen sólo en relación a los primeros”.

Vamos a ver algunos ejemplos para entenderlo mejor. Esta única mujer normalmente aparece de dos maneras (o ambas combinadas): como una mujer súper femenina y estereotipada (chica coqueta, guapa, incluso un poco tonta…), y como un objeto sexual o interés romántico para alguno de los chicos (o para todos). Ejemplos de la combinación de estas dos características son, por supuesto, Pitufina en Los Pitufos (de ahí el nombre), Peggy en los Teleñecos y Penny al principio de The Big Bang Theory (de hecho, muchos gags de esta serie se basaban en ridiculizar a Penny recordando lo tonta e inculta que era en comparación con sus amigos masculinos).

Luego están las que no están representadas como chicas súper coquetas y súper tontas, pero siguen siendo básicamente el interés romántico de alguno de los chicos. Por ejemplo, Ygritte en Canción de Hielo y Fuego o la serie Juego de Tronos (además de que es el interés romántico de Jon Snow, es la única chica de su grupo de salvajes, salvo por la mujer de Mance Rayder en los libros; en la serie sí es la única), la Princesa Leia en la primera trilogía de Star Wars, incluso Hermione al principio de Harry Potter (es la única chica en el trío protagonista).

Y si nos vamos al mundo de los superhéroes, tenemos 50000 ejemplos más de una única mujer en un grupo de hombres: La Mujer Invisible en Los 4 Fantásticos, La Viuda Negra en Los Vengadores, Wonder Woman en La Liga de la Justicia

También hay pelis en las que no sale ni una mujer, como El bueno, el feo y el malo, y en las que sólo salen mujeres cosificadas, algo que llevan al extremo pelis como La Naranja Mecánica (tanto la peli como el libro), en la que prácticamente las mujeres sólo salen para ser violadas o asesinadas.

De hecho, Alison Bechdel inventó un método para evaluar si una obra de ficción cumple con los estándares mínimos para evitar la brecha de género, lo curioso es que lo hizo con intención paródica en una de sus viñetas, pero posteriormente sorprendió la cantidad de películas que no pasaban el Test de Bechdel. Existe incluso una web que recoge un listado de películas que cumplen y que no cumplen el test: https://bechdeltest.com

Os dejo con la viñeta donde lo explicó:

Todo esto puede deberse a que, como dijo Laura Mulvey (1975), el cine (y esto lo podemos extrapolar al resto de formas de contar ficción) se cuenta desde la perspectiva del hombre o male gaze (mirada masculina). El protagonista suele ser masculino, el interés romántico suele ser femenino, los co-protagonistas suelen ser masculinos, las mujeres que salen suelen verse como objetos sexuales… En definitiva, es una forma de ficción en la que el hombre es el sujeto activo y la mujer es el objeto.

¿Cómo nos afecta esto a nuestro diálogo interno?

Al ver que los demás nos miran y nos tratan como pedazos de carne, acabamos por mirarnos nosotras también como pedazos de carne. Sentimos que nos valoran exclusivamente por nuestro cuerpo o nuestras “cualidades femeninas”, y poniéndonos una presión que igual no deberíamos tener, pensamos cosas como:

“-Hoy no me ha dado tiempo a maquillarme… mejor no salgo, con este careto”

Además, al hacernos creer que somos tan pocas, podemos incluso pensar que cosas como que haya más hombres en altos cargos que mujeres son normales y naturales, porque “por estadística, nosotras somos muchas menos”, normalizando y tolerando así la brecha de género que nos toca vivir.

Que no os engañen. Somos la mitad de la población, no una minoría. Somos también personas complejas, individuales, no un subtipo homogéneo y estereotipado del ser humano. Y somos mucho más que nuestro físico.

REFERENCIAS

http://escribeconingenio.blogspot.com/2018/01/sorori-que-relaciones-femeninas.html?m=1

https://youtu.be/LUsKr31rbo4

Fonseca, J.A. (2017). Representaciones narrativas de la mujer en el cine costarricense (2008-2012). Cuadernos Intercambio sobre Centroamérica y el Caribe, 14, 77-95.

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