Cuando dices sí a otras personas, asegúrate de que no te estás diciendo no a ti mismo

María Cambil
Psicología del Lenguaje — ugr
3 min readDec 8, 2022

¿Te cuesta expresar tus opiniones? ¿Aceptas hacer cosas aunque en realidad no quieras? ¿Juzgas o culpas a los demás con facilidad? ¿Te da miedo expresar tus opiniones? ¿Te cuesta decir que no? Bien, si las respuestas a las preguntas anteriores han sido en su mayoría un “sí”, déjanos decirte que la asertividad no forma parte de tí. Y te preguntarás, ¿tan importante es ser asertivo?

La base de la asertividad es el respeto mutuo, es una habilidad que permite defenderse y expresar tus sentimientos, creencias, tu opinión…, de forma libre y sana, ya que te permite dejar de ser agresivo con los demás y dejar de ser pasivos con nosotros mismos. ¿A qué nos referimos con ser agresivo con los demás y pasivo con nosotros mismos? Veamos los siguientes ejemplos para entenderlo mejor:

  • Un compañero de clase te dice: “Pásame los apuntes de clase de neuro de hoy, que ayer salí de fiesta y no tengo ni tiempo ni ganas de ir a clase, seguro que tú si vas así que pásamelos”

Ante esto tu respondes: “ya te vale, ¿tu que te crees que soy tonto? ve tú a clase y te haces tú los apuntes, que tienes más cara que espalda?

Aquí, tu respuesta sería agresiva, que no quiere decir que no lleves razón, sin embargo, esa forma de reaccionar o responder no es la correcta, ya que esto te quita la razón.

  • Ante la misma situación anterior, tu respuesta es la siguiente: “vale…, yo te los paso da igual” (aunque en realidad no quieres y piensas que se está aprovechando de ti).

Aquí, tu respuesta sería pasiva, que tampoco es la forma correcta de responder, ya que estás poniendo las necesidades de los demás por encima de las tuyas. La forma adecuada de responder habría sido, por ejemplo, “no te los voy a pasar porque podrías venir tú también y tomar tus apuntes, lo siento pero no”, y sería una forma asertiva de responder, siendo así ya que estás expresando tu opinión de forma honesta y con respeto, es decir, respetando a tu compañero y respetandote a ti y tus deseos.

Usar la asertividad es tan importante ya que te ayuda a evitar que se aprovechen de ti y te ayuda a relacionarte con los demás de una forma más sana, fortaleciendo las relaciones personales. Además de esto, la asertividad es una herramienta útil para mejorar tu autoestima, tu habilidad de tomar decisiones, obtener respeto de los demás e incluso respeto hacia tí mismo, ganar confianza a la hora de enfrentarte a situaciones complicadas y te permite tener mayor sensación de control.

La asertividad, aunque en principio puede resultar difícil, te permite minimizar o incluso eliminar esa necesidad de aprobación ajena y de “tener a todo el mundo contento” aunque eso implique que tú salgas perdiendo. Creer que tienes que poner a los demás por encima de ti te hace perder el control sobre tí, te hace someterte al resto de la gente. Por lo tanto, la asertividad te permite aprender a valorarte, a respetar tus tiempos y necesidades y a dejar de consentir que la gente te humille y se aproveche de ti.

Sin embargo, ¿cómo alguien puede ser asertivo? Trataremos de responder a esto en nuestro próximo artículo.

Trabajo realizado por: Elviradiaz, Marina Barquero Pérez y María Cambil.

BIBLIOGRAFÍA:

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