Cuando el liderazgo se vuelve peligroso: líderes de sectas
Como ya sabemos, en todo grupo debe haber un líder, entendido como persona que dirige o conduce un partido político, un grupo social u otra colectividad (RAE, 2019). Y, pensando en líderes, quizá uno de los más carismáticos y seductores sea el líder de una secta. Son muchas las estrategias de seducción, manipulación del pensamiento y reforma del mismo mediante la utilización de técnicas de tipo verbal, comunitario, físico y moral que lleva a cabo un líder en dicha comunidad para conseguir lo que coloquialmente conocemos como “lavado de cerebro”, que se produce a través de un programa de reconstrucción conductual, cuyo objetivo es la manipulación sistemática usando técnicas psicológicas y sociales (Musacchio, 2000).
Musacchio (2000), señala los métodos y técnicas que usa el líder para conseguir y mantener adeptos. Como ya se ha mencionado, el lavado del cerebro es uno de los fundamentos principales de las sectas. Algunas de las características de dicho método son:
El control del medio. Se trata de mantener cada vez más aislados a los miembros de los no miembros recibiendo constantemente indicaciones para suprimir las dudas y no fomentar pensamientos conflictivos sobre lo que es verdad y real.
Alteración del lenguaje. Se produce una reducción o distorsión del lenguaje y del pensamiento en la victima debido al uso de eslóganes, frases fuertes, breves y concretas, “ideas-fuerza”, silogismos, juegos de palabras, axiomas, explicaciones basadas en premisas, lenguaje propio o con sentido diferente por parte del líder.
Demanda de pureza. Conocido en psicología como Disociación, se trata de establecer una dicotomía entre lo que es totalmente bueno y lo que es totalmente malo. Sin embargo, esto no ocurre de manera tan radical en la vida real y produce sentimientos de culpa y vergüenza en la víctima.
Confesión pública. Con la excusa de que las víctimas tienen que purificarse y evolucionar espiritualmente el líder los expone a confesiones públicas sobre sus faltas, que suelen ser humillantes, y donde manipula sus sentimientos de culpa y vergüenza.
Manipulación mística. El líder se vende a sí mismo como divinidad siendo omnisciente y omnipotente. Cómo se comporta el líder y lo que ordena tiene un origen divino y un propósito muy superior.
Uso de principios dogmáticos. Estos conforman una “ciencia” sobre la verdad y sobre la psicología humana.
Doctrina sobre la persona. Se ignora la vida anterior de la persona con sus anteriores percepciones, valores y pensamientos. La persona se desestructura para ser “instruida” sobre sí misma con conocimientos nuevos y convincentes.
Ciencia Sagrada. Los dogmas no pueden ser cuestionados bajo ningún concepto. Cualquier duda que pueda surgir sobre ellos simplemente es la prueba de la propia inadecuación personal, de los defectos y de los pecados. Si no se obedecen ciegamente los dogmas los adeptos se arriesgan a ser excluidos del grupo.
Visión totalitaria de una verdad. Los miembros son “los elegidos”, los únicos que conocen la verdad, por tanto, cualquiera que desobedece o se desvía del dogma es automáticamente falso, malo, maligno y rechazable. La base de la secta es el miedo como método de control; miedo al rechazo de alguien a quien se ha erigido en ideal absoluto.
Entrar en una secta genera en la víctima sentimientos de pertenencia. Los líderes lo aprovechan para eliminar su sentimiento de pertenencia sobre otros grupos con frases como: “Te queremos mucho”, “tus padres no te quieren”, “tu familia no sirve” … (Musacchio, 2000).
En el siguiente vídeo aparecen varias personas que han sido víctimas de sectas y explican cómo fue su proceso para entrar, mantenerse y conseguir salir de ellas.
Estos sujetos han sido víctimas de muchas de las técnicas empleadas por los líderes de sectas. Algunas de ellas son: Trabajos agobiantes, confesiones públicas y revelación de secretos de su vida pasada, lealtad y obediencia ciegas (con amenazas y a veces castigos corporales), largos períodos escuchando discursos, relajación, obligación de aceptar la autoridad del líder como si fuera la de Dios, repetición de que el líder les va a dar salud, progreso, poder y los va a salvar, prohibición de duda, técnica permanente de Premio y Castigo, donación de dinero de sus cuentas bancarias, inducción al cambio de los hábitos sexuales, control constante del tiempo y de la información que reciben y actividades que desarrollan, denigración de toda pauta de vida anterior por oponerse a la salvación, “bombardeo de amor”, quita de la privacidad y generación de culpa y miedo (Musacchio, 2000).
Bibliografía:
Musacchio, A. (2000). Otra adicción: las sectas y su logro de inducir a dependencia y servidumbre. Revista Argentina de Clínica Neuropsiquiátrica, 9(2). Recuperado de http://alcmeon.com.ar/9/34/Musacchio.htm.
Real Academia Española (2019). Recuperado de https://dle.rae.es/l%C3%ADder