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Cuando el silencio habla.

Cuando el lenguaje no es externo y es nuestro interior el que nos habla. Cuando el autoconcepto conduce y transforma la realidad nos permite intuir, deducir, interactuaramos sin ser a veces ni conscientes de ello.

Hay una aventura del libro el lazarillo de tormes(anónimo) que en mi opinión, explica claramente este planteamiento.

Lázaro compartía unas uvas con el ciego y acordaron comer una uva cada uno hasta terminar el racimo.

Cuando terminaron el ciego Le dijo al niño, Lazaro me has mentido las las comido de dos en dos y hasta de tres en tres. El niño muy ofendido Le dijo como podéis decir eso a lo que el respondió. Yo las comia a de dos en dos y callabas.

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