Cuerpo e identidad en La piel que habito (Almodóvar, 2011)
Hace poco revisioné La piel que habito de Almodóvar y su inesperado final me llevó a plantearme algunas cuestiones sobre la identidad: relación identidad-cuerpo, tipos de identidad, expresión de identidad, etc. He visto interesante buscar respuesta a estas cuestiones, ya que para mí a día de hoy la identidad es un constructo bastante abstracto hasta a la hora de encontrar una definición.
Aconsejo ver la película a quien quiera leer el post porque voy a comentar escenas y dilemas que destripan la trama de esta.
Investigando sobre la película descubrí que esta se inspira en una novela negra del escritor francés Thierry Jonquet, Tarántula. El hecho de que no conserve el título se debe a que la película no es una interpretación de la novela realmente, sino una construcción diferente utilizando solo la base de la trama. Ya que, la diferencia de 27 años entre el año de publicación de la novela y el de producción de la película coinciden con muchos cambios en el tratamiento de la transexualidad por el surgimiento de la teoría queer en los años 90.
En La piel que habito el doctor Robert Ledgard, eminente cirujano plástico, tras sufrir el suicidio de su mujer al no aceptar su cuerpo quemado en un accidente, se interesa por la creación de una piel prácticamente ignífuga. Tras años de estudio y experimentación el doctor ve la necesidad de encontrar un cuerpo humano con el que poner a prueba sus avances y secuestra a Vicente, un joven que agredió sexualmente a su hija.
Somete a Vicente a un cambio físico de identidad sexual e intenta recrear el aspecto de su mujer muerta utilizando su cuerpo, que es la que considero la parte de la trama más impactante: el cómo vive Vicente durante seis años la transformación de sexo y género a contra de su voluntad y completamente privado de libertad, siendo incluso renombrado como “Vera”.
A continuación, expongo una de las escenas para mí más representativas del rechazo de “Vera” al cambio que se le está imponiendo, cuando como si de un maniquí se tratase le dan unos vestidos con los que reafirmar y definir de mejor manera su nueva identidad, vestidos que indican su diferencia sexual.
Es una de las únicas escenas de la película donde vemos que el personaje realmente expresa rabia y desesperación por la situación que está viviendo. Vicente se niega a alimentar la construcción del nuevo género con detalles tan relevantes como la vestimenta, entra en juego el lenguaje de la ropa: la vestimenta como forma de expresión y proyección de la imagen que queremos dar de nosotros.
Está claro que Vicente no ve coherencia en esa imagen que intentan construir utilizando su cuerpo y su verdadero yo. Se observa aquí más que nunca la persistencia del sujeto.
Estela del Carmen Mármol Torres, T2
