Diálogo socrático en Terapia Cognitiva

Claudia Barros
Psicología del Lenguaje — ugr
4 min readDec 24, 2018

A la hora de abordar el tema de las formas para dirigirse oralmente al prójimo, es aconsejable realizar un análisis de ciertas características que las van a determinar en cierta medida. En ocasiones tendemos a dar por hecho que lo más correcto es utilizar un lenguaje culto y formal, manteniendo las distancias y mostrándonos lo más educado posible. Como ya mencioné anteriormente considero de gran relevancia que en clínica el psicólogo refleje una imagen de seguridad, empatía y protección al paciente. Igualmente también hice alusión a la importancia de formar una relación cálida dentro de la cual el paciente pueda sentir total comodidad para expresar lo que desee. Por ello, aunque en un primer momento comencemos la conversación con el lenguaje más formal que podamos expresar, probablemente conforme avance la conversación veremos que podemos ir usando un lenguaje más coloquial y cercano encaminado a reflejar esa imagen que ya he mencionado, de calidez y de cercanía hacia el paciente. No obstante, no es aconsejable que nuestro lenguaje se situe al mismo nivel que el del paciente, pues aunque estemos reflejando naturalidad siempre hemos de dar una imagen de protección y de control ante el paciente, que debe estar convencido de que tenemos autoridad y control para poder ayudarle apropiadamente. La edad del paciente va a ser un factor clave a la hora de abordar el tema de las formas.

Abordando el tema de la terapia, podemos encontrar diversas técnicas no necesariamente compatibles que tienen por objetivo hacer que el paciente llegue a la razón de su malestar o al problema real que le hizo buscar ayuda psicológica.

En la antigua Grecia, Sócrates propuso un nuevo método filosófico de enseñanza e investigación conocido como mayéutica que según él decía “iba a hacer parir a los hombres en la búsqueda de la verdad y el conocimiento”. La estructura de este conocido método se fundamentaba en la realización de preguntas inductivas orientadas a la búsqueda de un nuevo conocimiento, se realiza un proceso dialéctico en el que se generaliza una noción de realidad sobre un concepto y se examina hasta su refutación, para posteriormente empezar con una nueva noción del mismo. El proceso comenzaría con el planteamiento del problema en forma de pregunta, y al dar el discípulo una respuesta a la misma, ésta será cuestionada por el maestro. Como consecuencia de esto, surgiría un estado de confusión en el discípulo pues lo que antes parecía completamente claro ya no lo es. Fruto de esta confusión serán las nociones futuras del discípulo, cada vez más generales y que acabarán por llevar al alumno al conocimiento preciso y universal que se investiga. Pues bien, de este antiguo método se deriva lo que hoy en día conocemos como discurso socrático en la terapia cognitiva.

DIÁLOGO SOCRÁTICO EN TERAPIA COGNITIVA:

Los fenómenos de la cognición son definidos como procesos por los que la realidad es percibida y aprehendida por los seres humanos entendiéndose como polisémica y construida. En la década de los 60 Albert Ellis y Aaron Beck asientan la piedra funcional de la terapia cognitiva como tratamiento psicoterapéutico para pacientes con depresión, asumiendo que dicha afección es mejor comprendida por la influencia de los pensamientos sobre la emoción y la conducta. Postularon que los procesos cognitivos erróneos juegan un papel importante en la fuente y el mantenimiento de los síntomas y los trastornos psiquiátricos tales como la mencionada depresión. A esta forma disfuncional de percibir y procesar la realidad se le conoce como “Creencias Irracionales” y es el componente central de la terapia cognitiva, que va a ir encaminada a cuestionar estas creencias “falsas”. Pues bien, esta técnica de psicoterapia cognitiva va a consistir en hacer dudar al paciente de sus pensamientos y creencias disfuncionales, estimulando a someterlos a prueba, a un nuevo juicio crítico. Claramente se asume que el estado emocional de los pacientes está directamente relacionado con lo que están pensando. Esta terapia defiende que a través de las preguntas inductivas que realizamos al paciente sobre sus creencias irracionales, con el tiempo ha de generarse en ellos una disonancia cognitiva (en la que nos damos cuenta de que estamos sosteniendo creencia contradictorias sobre un punto en específico) que tendrá como consecuencia una mayor flexibilidad en el pensamiento, que será más adaptativo a la persona.

Las preguntas inductivas propias que inician el proceso dialéctico abordan los siguientes temas: petición de pruebas que mantienen los pensamientos o creencias disfuncionales, indagación de las alternativas interpretativas a los pensamientos o creencias disfuncionales, exploración de las consecuencias emocionales de mantener los pensamientos o creencias disfuncionales, comprobación de la gravedad de las predicciones negativas y conceptualización de pensamientos o supuestos vagos en su formulación. En resumen, el diálogo socrático pretende generar una disonancia cognitiva a través del conocimiento guiado del terapeuta mediante preguntas sistemáticas que pongan en evidencia los errores lógicos en la manera de procesar la información.

Ahora que hemos señalado la teoría de la técnica, podemos hablar sobre nuestras opiniones sobre la misma. Personalmente considero que jamás será de ayuda hacerle ver al paciente que está completamente equivocado sobre lo que piensa con respecto a su entorno. En primer lugar nadie mejor que él sabrá sobre la verdad del mismo, y el psicólogo cognitivo a través de esta técnica le está diciendo implícitamente que todo lo que pensaba hasta ahora es erróneo y está equivocado, y él tiene razón porque es psicólogo y ha estudiado y lo sabe todo. Creo que si lo que se pretende es ayudar no es aconsejable comenzar a hacerlo diciéndole “estás equivocado en todo, yo te voy a mostrar la verdad”. Además, ¿qué sentido tiene asumir que lo que el paciente cree es falso? Ellos sabrán mejor que nosotros si lo que piensan es real o no, meterles en la cabeza la idea de que llevan un montón de tiempo equivocados sobre un tema en concreto sólo sirve para empeorar su situación. En mi opinión es más funcional suponer desde un principio que lo que piensan puede ser real y que en caso de que lo sea es mejor buscar la forma de cambiarlo (si es eso lo que provoca la depresión) para eliminar el foco del dolor y el malestar. ¿Qué piensas tú sobre este método?

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