Dietas para salvar (o matar) el planeta.

Andrea Carmona
Psicología del Lenguaje — ugr
3 min readDec 4, 2019

Presumimos de tener la dieta más sana del mundo, sin embargo, la estamos perdiendo, o mejor dicho somos nosotros los que nos estamos perdiendo, y también a nuestro planeta.

En los últimos años nos estamos focalizando cada vez más en alimentos importados y, sobretodo ultraprocesados, observándose así un notorio alejamiento de la dieta del modelo mediterráneo (dotada de menos calorías – proteína y grasa – y una mayor cantidad de fibra, vitaminas y minerales) desde los años 80 (según un estudio del CEIGRAM). Y es que nos estamos desviando hacia alternativas que contienen tres veces más carne, lácteos y productos azucarados, y un tercio menos de frutas, verduras y cereales. “España pierde la dieta mediterránea” es un ejemplo de la multitud de titulares que podemos encontrar en los periódicos nacionales hoy en día.

Ya sabemos que la dieta mediterránea es la más saludable para todos, pero lo que no sabemos es que también es saludable para nuestro planeta, así lo comenta el IPCC (Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático de Naciones Unidas). ¿Por qué? La dieta mediterránea, esta basada en su mayoría en alimentos de origen vegetal (frutas, verduras, legumbres…) y tiene una menor cantidad de alimentos de origen animal (en especial carnes rojas y ultraprocesadas), en comparación con los patrones actuales de alimentación que cada vez se asemejan más a los estadounidenses (según afirma Anna Bach – investigadora en el campo de la Salud UOC). Según estudios de la ONU, el modelo mediterráneo tiene un menor impacto ambiental que se traduce en una reducción del consumo de energía y de emisión de gases de efecto invernadero que producen el ganado y las industrias cárnicas (que en su mayoría producen productos ultraprocesados), una disminución de la tierra de uso agrícola, y un significativo ahorro de agua. Además de los grandes e incuestionables beneficios nutricionales que aporta a nuestra salud, se relaciona con una mayor esperanza de vida y un menor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes, cáncer, Alzheimer o depresión (afirma Bach).

Por ello, podemos salvar no sólo nuestra salud, sino también a nuestro planeta, modificando el estilo de vida que llevamos acarreando estas últimas décadas y cambiando nuestra alimentación de alimentos ultraprocesados a comida más real y sostenible. De esta forma, indirectamente estaríamos luchando contra el cambio climático, el calentamiento global y la explotación del suelo.

Pero, ¿qué ha provocado el alejamiento de la población de este tipo de alimentación? La dieta mediterránea no es la más económica sobretodo si la comparamos con la comida rápida (comida basura) – como hemos comentado en otros blogs —, y además es mucho más barata, al igual que cómoda, rápida y de fácil acceso, no requiere tiempo de planificación ni preparación, ni exige tener que ir a casa a cocinar y volver al trabajo. Por tanto, se podría decir que, en cierta medida, los cambios sociológicos (como la incorporación de las mujeres al mundo laboral), las comodidades y facilidades tanto económicas como de tiempo y la cantidad de comercios, y sobretodo la promoción por parte de las empresas de publicidad a comer fuera de casa con grandes precios y ofertas es lo que motiva a la población a adaptar esta alimentación alternativa y perjudicial para todos.

Es cierto que sabemos lo favorable que resulta una dieta adecuada para nuestra salud, al igual que también conocemos sus inconvenientes, pero, ¿por qué entonces no adaptamos nuestras medidas y comenzamos el cambio? Porque estamos continuamente expuestos a distracciones que nos conducen a estas alternativas nada convenientes, distracciones como la publicidad. Publicidad que nos rodea en todos lados, por la calle, en la radio, la televisión, internet, el trabajo, los institutos o facultades… En otros blogs ya hemos resaltado este tipo de anuncios o campañas publicitarias basadas en productos ultraprocesados que dañan nuestra salud, pero ahora, también estamos haciendo un llamamiento al cuidado del planeta. Para ello, los más jóvenes somos quienes podemos propiciar el cambio favorable, sobretodo en países con fácil acceso a alimentos mediterráneos, para lograr así un desarrollo sostenible mediante el consumo tradicional.

Así que no lo dudes más, cuídate a ti y cuida al planeta.

Si queréis más información sobre consumo de alimentos ultraprocesados, publicidad engañosa y consecuencias en la salud podéis leer mis blogs o los de mis compañeros: Nazaret Montes Bermudez y Francisco Javier Pérez Comino .

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