Ejercicio de las metáforas personales en grupo (Parte II)

Soy Mónica González Bautista y esta publicación ha sido realizada por el mismo grupo de la primera parte, es decir, participan Martha García Medina y María Villergas Castaño.

En esta publicación, vamos a continuar con la segunda sesión entre el terapeuta y la paciente que presentaba problemas relacionados con el amor, usando de metáfora personal el fuego.

Terapeuta: Hola, buenas tardes, ¿cómo te ha ido?

Paciente: Hola, buenas, la verdad es que he tenido resultados tanto positivos, como negativos.

Terapeuta: A ver, cuéntame. ¿Serías capaz de relacionarlo con la metáfora de la semana pasada?

Paciente: La del fuego, ¿no? Pues déjame pensar sobre ello. (…) No sé si a usted le ha pasado, pero se siente como cuando enciendes un fuego y te apartas porque tienes miedo de que te pueda saltar encima y quemarte. No se si es la mejor forma de relacionarlo.

Terapeuta: Vale, está muy bien, explícame más profundamente a qué te refieres con ese miedo.

Paciente: No es solo a mí, a algunas personas este cambio, por intentar conectar de forma más profunda con el resto, las asusta. Nadie se esperaba que fuese a cambiar de esta forma y piensan que podría tener segundas intenciones. En cambio con personas que no me conocían tanto, sí que me ha ido mejor, porque estoy empezando a conectar más y realmente no sabían como soy normalmente.

Terapeuta: Bueno, precisamente tú has dicho que cuando enciendes un fuego ocurre eso, es un gesto automático. Pero, ¿qué crees que pasará cuando el fuego lleve unos minutos encendido?

Paciente: Me gustaría pensar que con el tiempo la gente se acercará a él y tratará de mantenerlo encendido, trabajando juntos.

Terapeuta: Entonces, ¿qué te preocupa?

Paciente: Digamos, que la que peor ha reaccionado ha sido mi hermana. Ahora ha huido del fuego, pero me da miedo que cuando se estabilice todo, venga y le eche leña al fuego.

Terapeuta: Para ti echar leña al fuego es que te recuerde aquellos frentes pendientes del pasado, ¿no?

Paciente: Exactamente, mi hermana es muy rencorosa y yo solo busco tranquilidad y empezar de cero.

Terapeuta: Podrías hablar con ella y decirle lo que me estás contando a mí, dejando claras tus intenciones.

Paciente: Me parece una buena idea, pero tengo algo más que contarle. Con respecto a mi expareja, cada vez lo tengo más superado y me siento muy orgullosa de mí misma, siento como que he podido barrer las cenizas y deshacerme de ellas, pero… Ahora mismo no me siento preparada para tener una nueva relación y tengo miedo de que esta incertidumbre dure para siempre.

Terapeuta: Nada dura para siempre, ni el fuego más intenso. Vamos a empezar con una pregunta sencilla, ¿para ti qué significa el fuego?

Paciente: Para mí es esa sensación de calidez que necesito cuando el resto del mundo parece vivir en invierno. Quiero ser capaz de acudir a los demás cuando haya un incendio, pero también cuando sienta demasiado frío. Pero sobre todo, me gustaría que la gente que me rodea sepa que puedo estar para ellos cuando se sientan así. Es algo muy preciado para mí, por eso me da miedo que mi siguiente pareja me decepcione y lo acabe apagando con un cubo de agua por pasarme de intensa. Me gustaría conocer a alguien cuando llegue el momento y poder llegar a un acuerdo sobre como alimentar nuestro fuego, pero no tengo ni idea de como empezar.

Terapeuta: Vamos a hacer una cosa, empieza problema por problema. Esta semana intenta hablar con tu hermana y la siguiente semana podemos recurrir a la literatura para ver un par de consejos con metáforas aplicables a tu vida.

Paciente: Me parece bien, muchas gracias y la siguiente semana le cuento como ha ido con mi hermana.

En estas dos sesiones, hemos tratado de reflejar una conversación socrática. La paciente iba explicando como se sentía y el terapeuta la animaba a que profundizase más ayudándose de metáforas personales relacionadas el fuego. Estas metáforas sirven para expresar emociones y sentimientos interiorizados por el paciente. El terapeuta trata de hablar el mismo idioma para que la conversación vaya encaminada hacia una solución válida que reside en la paciente, de esta forma, el terapeuta es el guía y el apoyo para que no se sienta sola en estos momentos de transición y reflexión.

--

--