Ejercicio de sugestión en clase
Después de comentar y recordar en clase ejercicios sobre sugestión, mis compañeros Abraham (@e-afernandez2001), José Miguel (@josemiguelmolineromerino) y yo, los pusimos en práctica. Pasamos a describir los relatos y los testimonios de cada uno:
Sugestión José Miguel: Una cita en una cafetería.
La ambientación empieza situando a Josemi en su casa, preparándose para la cita y levantándose muy nervioso (nos apoyamos con contacto físico para dar más realismo, con su previo consentimiento). Se le dan explicaciones de sensaciones tales como estar desorientado y cansado de no dormir la noche anterior, y de los hechos previos a salir de su casa: “te sientas en la cama mirando al armario a pensar en la ropa que te vas a poner y, una vez decidido, te vistes mientras te miras al espejo. Sales pronto porque, por los nervios, no quieres llegar tarde ni hacer que espere (se apoya esa sensación de nerviosismo con varios elementos audiovisuales tales como ponerse música)”.
Sigue hablando con él muy nervioso por teléfono. Se baja del autobús a esperar y llega el momento en el que se van a ver. Cada vez nota más los nervios, hasta que llegan a su punto máximo cuando ve su autobús y lo ve bajarse del mismo. En el momento del primer contacto, nota a flor de piel esas mariposas en el estómago pero a la vez se siente más satisfecho al tenerlo cerca (nos seguimos apoyando con contacto físico por el brazo, como si tuviese a esa persona al lado). Continúa la cita mientras se montan en otro autobús, nerviosos e intercambiando palabras (lo hacemos notar con gestos de manos). Se bajan del autobús y se dirigen a una cafetería muy bonita en la que Josemi ya había pensado con mucha anterioridad (aquí describimos elementos del interior del lugar: estanterías con libros antiguos, un piano a juego con el ambiente cálido y bohemio del sitio…). La atmósfera se condiciona a base de ponerle música de piano acorde con la temática (además, al estar en la cafetería de la facultad, conseguíamos ese entorno ruidoso y los olores dulces y amargos propios de un sitio así). Después de la cafetería, se dirigen al punto de encuentro con el resto de personas, y con esto concluye la sesión.
Josemi: Lo principal que he sentido han sido sensaciones fisiológicas como calores corporales, manos sudorosas, respiración acelerada y hormigueo en el estómago como si realmente estuviera viviendo la situación tal cual me la contaban. Los principales puntos donde he experimentado estas sensaciones han sido el momento de imaginármelo bajando del autobús y al estar en la cafetería.
Sugestión Maite: Desayunando Donuts.
Esta sugestión comienza con Maite recién levantada, dispuesta a arreglarse y prepararse para bajar a la cafetería de su residencia a desayunar. Como se ha levantado temprano, se encuentra la cafetería casi vacía, solo con los trabajadores preparando el desayuno. Al llegar al buffet, aspira el olor dulce del desayuno y observa que hay para desayunar donuts de todos los tipos (chocolate, chocolate blanco, glaseado, etc.) entusiasmada, ya que es su desayuno favorito. Como no hay apenas gente en la sala, solo escucha el murmullo de los trabajadores (aprovechamos el sonido de la clase). Decide llevarse dos donuts de chocolate sin que nadie la vea. Esto le provoca algo de nerviosismo porque solo puede coger uno, pero sale contenta ya que va a poder guardarlo para merendar. Llega a su asiento después de prepararse una taza de chocolate caliente, y siente emoción. Antes de comérselo, se hace una coleta (le tocamos el pelo). Decide oler el donut un rato, y se percata de que huele muy bien, provocándole más hambre y ganas de comérselo. También abraza la taza con las manos porque hacía frío y es algo que le gusta hacer cada mañana. En el primer mordisco, ya nota la dulzura del chocolate y su alegría aumentando. También toma un sorbo generoso porque tenía mucho frío y eso le reconforta. Así hasta que termina de desayunar y se siente satisfecha.
Maite: Me he imaginado el sabor dulce del donut y su textura esponjosa porque justo esta mañana he desayunado eso. Incluso también me ha llegado el olor a chocolate y la sensación de la taza caliente con ese frío de la mañana. Pero lo que destacaría sería la sensación del dulce en el paladar.
Sugestión Abraham: Tatuaje nuevo.
Para esta escena, empezamos hablando de la mañana en la que se despierta. Al igual que la primera sugestión, se levanta algo nervioso y tenso porque tenía muchas ganas de que llegase ese día, pero a la vez extremadamente emocionado por poder tatuarse lo que quería por fin y rellenar ese hueco reservado en su brazo izquierdo. Se levanta a revisar sus mensajes como cada mañana y, acto seguido, se viste porque había elegido la ropa la noche anterior. Se dirige al baño a asearse y sin perder tiempo baja a desayunar aunque algo desganado, ya que por los nervios se le había cerrado el estómago.
Antes de salir, se asegura de coger las llaves, la cartera (tocamos el bolsillo del pantalón a modo de comprobación real) y los cascos (tocamos su cuello porque siempre que no está escuchando música se coloca los cascos descansando sobre el cuello) y se dirige a la parada de autobús diez minutos antes, por si acaso. Busca su música favorita para concentrarse en ella y relajarse un poco mientras mira el paisaje, y finalmente se baja. Camina hasta el sitio y entra, saluda a su tatuadora como de costumbre y se sienta en un sofá negro del lugar a esperar su turno (hacemos que se eche hacia atrás en la silla sobre una sudadera para simular un respaldo blando) intentando no estar tenso. Cuando lo avisan para entrar, le preguntan exactamente dónde lo quiere (hacemos una leve caricia sobre la zona que él nos diga, como si fuésemos los tatuadores), le limpian la zona con un paño húmedo (tocamos la parte en la que irá el tatuaje con un pañuelo mojado con agua), y le colocan la lámina con la plantilla que seguirá la tatuadora (cogemos un folio, le envolvemos el brazo y se lo retiramos con cuidado). A continuación, con un portaminas vamos dibujando el contorno del tatuaje, haciendo que sienta los nervios de la aguja entrando en la piel. Al terminar, cogemos otra vez el pañuelo húmedo para limpiar la zona y le envolvemos el brazo con él (cuando te haces un tatuaje, te envuelven la zona con papel transparente para evitar infecciones).
Abraham: Ha sido una de las experiencias de inmersión más realista que tuve. Sentí por completo la sensación del tacto de la máquina de tatuar. Me ha ayudado mucho el hecho de que Maite utilizase un lápiz como elemento sensorial; además, justo antes de la sugestión me hizo varios toques con el lápiz por el brazo para acostumbrarme y que así no me sorprendiesen. Ha sido una muy buena experiencia y cuando he abierto los ojos me he sentido super bien, la verdad.
Para terminar este ejercicio llegamos a la conclusión de que introducir elementos sensoriales y propios del ambiente, es muy útil para situarte en escena. Además, aprovechar recursos como el contacto físico y adaptarte a los gustos de la persona, beneficia el discurso que expones para hacer que te sumerjas más fácilmente y la experiencia sea más intensa.