Laura Moya
Psicología del Lenguaje — ugr
2 min readDec 13, 2018

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“El DIÁLOGO INTERNO NEGATIVO POTENCIADO POR LA SOCIEDAD”

Como en contadas ocasiones hemos señalado, el diálogo interno viene determinado por el contexto en el que nos situamos, componentes socioculturales que han ido pasando de una generación a otra y que son imposibles de desvincular.

En nuestro día a día, aparecerán momentos duros, de estrés, de ansiedad, de miedo…, que nos harán dirigirnos hacia un diálogo interno u otro. Estos pueden convertirse en una amenaza tan grande hasta el punto de constituirse un hábito. La incapacidad de resolver un problema puede deberse a la complejidad del mismo o a no tener los recursos suficientes para poder resolverlo.

“La historia no es sino un diálogo, bastante dramático, por cierto, entre el hombre y el universo” — María Zambrano —

Realmente no quería hacer un post de este tipo y quería buscar una posible solución ante el problema. Sin embargo, leyendo me topé con el mayor de ellos. Lo contaré a través de mi experiencia:

Normalmente cuando salgo por la noche lo hago sola hasta que me encuentro con mis amigos; Con frecuencia cojo blablacar con desconocidos; No me pongo los cascos de noche por no poder escuchar si alguien me sigue e incluso, he dudado de si mi propio portal del piso es seguro. Lo hago sin cuestionarme si debería o no, sin embargo, no siempre me siento tranquila. En cada uno de esos momentos aparecía en mi cabeza la palabra “CUIDADO”, y en ocasiones una imagen espantosa de lo que podría ocurrir.

Esto me lleva a una ansiedad anticipatoria. Una ansiedad generada por estados de nervios, estrés e incluso crisis donde desarrollamos “diálogos catastrofistas”. Estos vienen potenciados por situaciones consideradas muy peligrosas y aversivas.

Como consecuencia de este tipo de pensamientos nos sentimos desprotegidas y desesperanzadas. Pasamos ahora al diálogo “victimista” que no se acerca a la idea ni mucho menos de hacernos las víctimas en este tipo de situaciones; sino que muestra el aprendizaje que se nos ha impuesto.

→ Diálogo interno “Nadie me entiende”

El siguiente paso por el que nos vemos obligadas a dirigirnos es hacia lo autoexigente y lo autocrítico, es decir, la intolerancia frente a nuestros propios errores y el hecho de enfatizar nuestras limitaciones, respectivamente. Esa necesidad de ser lo que creemos que esperan que seamos.

→ Diálogo interno “No es suficiente”, “no está perfecto”

Hacer consciente este tipo de diálogos constituye un primer paso para encontrar el control y evitar una percepción negativa errónea. Un verdadero cambio se consigue cambiando los pensamientos negativos por positivos.

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