El discurso del odio en las redes sociales I.

El uso de Internet y las redes sociales ha permitido que muchos mensajes que estaban limitados al ámbito privado se conviertan en públicos. Es decir, cualquiera puede emitir un mensaje que puede llegar a muchas personas gracias a su universalidad y popularización.

El discurso del odio en las redes sociales se encuentra muy presente en nuestro día a día. Cómo están estructuradas las redes sociales, su carácter transnacional, el uso de pseudónimos y el anonimato son peculiaridades que pueden aumentar el daño que puede causar este tipo de discurso, además de ser características que hacen más difícil la persecución y que provocan sensación de impunidad, algo así como “si ocurre en las redes, se queda en las redes, no afecta a mi vida física”.

Hay que tener en cuenta dos aspectos. El primero, es que Internet no ha construido estas formas de comunicación social ya que ya existían en la vida física antes de que se creara, es decir, las redes sociales son un reflejo de la sociedad y si el odio es un problema existente en esta, también va a darse en el espacio cibernético. Si en el día a día, si en el mercado, si en una tienda, si en un partido político, si en un colegio existe la discriminación, en las redes sociales también va a existir. Pero a pesar de esto, hay que tener en cuenta el segundo aspecto, Internet potencia los efectos de estos mensajes, y, en el caso del discurso del odio, son muy agravantes en los receptores.

Los discursos del odio buscan denigrar a una o muchas personas por cuestiones étnicas, de género, identidad sexual, políticas, sociales o religiosas, con la connotación de hacer sentir inferior y, de esta manera, por el contrario, la persona que emite estos mensajes de odio, tener sentimiento de superioridad.

A continuación, os presento un ejemplo de una persona que ha sufrido odio en las redes sociales por personas machistas que no soportan el fortalecimiento del feminismo en las mismas.

Se trata de Ana Bernal Triviño, periodista y profesora de la Universidad de Cataluña, quien defiende el feminismo y denuncia el machismo, como lo hizo en la revista de Código Nuevo, donde denunciaba titulares machistas: “Muere un vecino de Brión que se prendió fuego en su vehículo con su mujer dentro”, ya que se dice que pone al agresor de víctima; “Ramón Laso, el psicópata que mataba por amor”, donde se muestra el mito romántico, defiende que por amor no se mata.

Ella nos cuenta: “Hace poco, con el tema del puritanismo puse un mensaje, una valoración, un artículo en el Periódico de Cataluña, y la respuesta que me mandó uno, varias veces, era una guillotina cayendo. No hace falta que te digan más. Y muchas veces vas a actos feministas, a dar conferencias, y tienes miedo de si entre el público va a aparecer alguno de los que te mandan esos mensajes, porque claro, tú no sabes quién es, porque se ocultan tras identidades falsas, pero el odio sí te lo llevas y ese odio sí te hace pensar.”

Cada vez que Ana Bernal cuestiona el machismo en las redes sociales sabe que va a ser atacada. Algunos de los mensajes de odio que ha recibido son los siguientes: “malfollada”, “feminazi”, “linchemos a esta zorra”, “dúchate guarra, fea, gorda”, “ yo te veo muy viva”, “demasiado viva”, “ojalá seas la sexta asesinada del año”, “normal que os odie todo el mundo”, “eres una puta hembrista y te lo recordaré cada día si es necesario hasta que revientes”, “si tuvieras en la boca una buena polla no te haría falta decir esas chorradas feminazis de mierda que queréis aniquilar a los hombres”.

Un estudio realizado por Amnistía Internacional mostraba que una de cada cinco mujeres había sufrido acoso o violencia a través de las redes sociales. El 55% decía que había cambiado sus actitudes y comportamiento. Ana Bernal expone: “Reconozco que en muchas ocasiones me ha ocurrido, depende de cómo me pille el día. Si tengo un día en el que no me encuentro fuerte, ese día puede ser que deje de tuitear.”

Tres de cada cuatro mujeres reconoce que han modificado su forma de usar las redes sociales, limitando los contenidos que publican o dejando de publicar opiniones personales. Más de la mitad de las internautas dice haber experimentado estrés, ansiedad o problemas de sueño tras sufrir acoso en la red.

Está claro, de esta manera, que el discurso del odio está presente en las redes sociales y las consecuencias que puede tener en la persona que lo recibe pueden poner en riesgo su salud mental, ocasionando síntomas como los descritos con anterioridad, además de que puede llegar a limitar la expresión de sentimientos o pensamientos en este tipo de redes por el miedo que ocasiona encontrar una respuesta molesta.

Referencias:

Isasi, A. C., & Juanatey, A. G. (2017). El discurso del odio en las redes sociales: Un estado de la cuestión. Ajuntament de Barcelona progress report.

Llinares, F. M. (2016). Taxonomía de la comunicación violenta y el discurso del odio en Internet. IDP. Revista de Internet, Derecho y Política, (22), 82–107.

de Redacción, C. (2017). Los discursos del odio: una amenaza a la construcción democrática de la tolerancia. Revista de Fomento Social, 5–27.

Documental: Cuando la red no es social.

--

--