¿El discurso hace a un líder?

Lucía Martín
Psicología del Lenguaje — ugr
4 min readDec 3, 2019

Cuando piensas en un líder, lo más seguro es que se te venga a la cabeza un discurso que haya dado o algún comentario que haya pronunciado. Lo que más recordamos de los discursos son las palabras, los argumentos que nos dan. Por ello, en mi opinión, lo más importante para ser un buen líder es lo que cuentas y como lo cuentas. A pesar de ello, aunque creo que los argumentos son lo más importante para ser un líder ya que es lo que al fin y al cabo la gente recordará, creo que esto no es suficiente. En el discurso influyen otros aspectos de la comunicación, como el tono o el lenguaje no verbal. Aunque hay varios aspectos importantes en este caso me centraré en el discurso, que es el que considero uno de los más importantes.

A raíz de esta reflexión, he encontrado unas conferencias y artículos de un escritor de discursos. Su nombre es Simon Lancaster y tiene una amplía experiencia como escritor de discursos tanto en política como en grandes empresas. Me ha parecido una versión interesante de la cuestión en concreto, ya que para que un discurso sea bueno primero hay que saber cómo prepararlo.

Simon describe en algunos de sus artículos y en su conferencia los pasos que él cree que hay que dar a la hora de escribir un discurso efectivo. Estos pasos se basan en la retórica antigua mayormente. Y como conclusión se estos pasos se puede extraer que mediante la construcción de un buen discurso hasta los argumentos más absurdos pueden resultar convincentes. Los 6 pasos descritos por Simon son:

  1. Decir 3 oraciones sin hacer pausas (asíndeton): Es un recurso que ha sido usado por algunos líderes como por ejemplo Obama que dijo “Un mundo en guerra, un planeta en riesgo, la peor crisis financiera en una generación”. Se une una agrupación de 3 argumentos para hacerlos sonar más llamativos, convincentes y creíbles.
  2. Decir 3 enunciados en los que el argumento de apertura se repite: Por ejemplo Churchill dijo “pelearemos en las playas, pelearemos en los campos de aterrizaje, pelearemos en los campos y en las calles”. Se repite varias veces la misma apertura para inducir emoción al enunciado, para que así los demás se emocionen con nosotros, ya que cuando las cosas nos emocionan nuestras perspectivas se distorsionan y de esta forma es más fácil convencer.
  3. Equilibrio de los enunciados: Un ejemplo sería “No preguntes qué puede hacer el país por ti, pregunta qué puedes hacer tú por el país”. Si el enunciado suena como balanceado, imaginamos que el pensamiento subyacente también está balanceado, y por ello vemos el argumento como más cierto. Nos atrae incluso cuando lo balanceado es una ilusión como “mirar al futuro, no al pasado”.
  4. Metáfora: Es probablemente la pieza más poderosa en la comunicación política.Se usan imágenes hermosas de gente, el amor, la familia… para dirigir a los demás hacia donde nosotros queremos. Y en cambio se usan imágenes repulsivas para alejar a las personas de las ideas contrarias a las mías, o de mis rivales, y de este modo acercarlas más a mi y a mi idea. Las metáforas suelen ser exageraciones que en la mayoría de casos son mentira pero que nadie se cuestiona, y que influye en cómo la gente se comporta y responde. Algunos ejemplos son “la primavera árabe” (para tratar la situación en oriente medio como que esta habiendo un cambio que cuando realmente no es así), “la jungla de Calais” (para implantar en los demás la idea de que los inmigrantes son como animales salvajes, peligrosos y que son un amenaza, y así los demás sientan odio a los inmigrantes cuando tampoco son reales esos argumentos), y por último, “la tormenta financiera (para indicar que es una situación natural y que como tal pasará por sí sola, y así implantar la idea de que no hay que hacer nada para solucionarlo).
  5. Exageración: Tendemos a exagerar, y de esta forma llamamos más la atención. Por ejemplo “ayer no dormí en toda la noche”.
  6. Rima: Hay estudios que muestran que es más probable que la gente crea las cosas si riman que si no riman. Las rimas son indicadores de la verdad en nuestra sociedad, por lo que a menudo se usan para ocultar falacias. Por ejemplo: “one apple a day, keeps the doctor away” (una manzana a diario, mantiene al doctor alejado). Este enunciado no es verdad y se puede hacer creer a las personas erróneamente que si tomas una manzana al día ya no necesitarás ir al médico nunca.

Aquí dejo el enlace a una de sus conferencias. Como conclusión me gustaría volver a la pregunta inicial. En mi opinión el discurso por sí sólo no hace al líder. Un líder tiene que tener otras habilidades a parte de un discurso. Además el discurso debe ser bueno, tiene que seguir unas pautas para ser efectivo, y es necesario hacer que cualquier argumento por mentira que sea suene creíble. Por ello en mi opinión, cualquiera puede soltar un discurso, pero verdaderos líderes hay pocos.

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