¿El humor tiene límites? 2.0- El humor feminista.

Por propia experiencia, he de decir que antes de empezar a informarme y debatir sobre el tema en clase, yo era bastante contraria al humor negro. Me parecía que era producido por personas carentes de empatía que ridiculizaban las tragedias ajenas como si les provocara indiferencia a nivel emocional y los que se reían eran cómplices. Y saqué yo misma el tema para debatirlo, porque quería entenderlo, quería abrir un poquito mi mente. Sobretodo, al ser más consciente de las desigualdades sociales (haciendo énfasis en el feminismo), no comprendía cómo se seguían haciendo chistes machistas acerca de la inferioridad de la mujer respecto del hombre.

Recomiendo seguir a feminista ilustrada para quien le interese el humor e ironía gráficos feministas.

Algunas de mis compañeras dijeron que cuando se reían de algunos de esos chistes, no se reían porque estuvieran de acuerdo sino porque les parecía absurdo e incierto el mensaje del chiste. Empezamos a profundizar más en esas percepciones cuando buscamos ejemplos en internet de chistes machistas, si te fijabas la mayoría eran bastante simples en cuanto a la estructura, poco ingeniosos, y se estaban quedando obsoletos por esta falta de imaginación y por el avance en el pensamiento del contexto social y cultural. También leímos varios ejemplos de humor negro en general y comentamos nuestras sensaciones al respecto. A mi me hacían gracia cuando había cierta distancia emocional y los consideraba ingeniosos, inesperados y/o absurdos, y descubrí que en general me gustaba este tipo de humor porque me desestresaba y reducía mi malestar al pensar en las barbaries cometidas por el ser humano.

Si introspecciono en mi misma, suelo rechazar (es decir, no me hacen gracia e incluso pueden llegar a ofenderme) chistes que considero que pretenden perpetuar un estereotipo erróneo que ridiculiza a un colectivo que se considera en una posición inferior de poder y, por tanto, mantendrían a este colectivo en una situación de discriminación y desigualdad. Estuve investigando y sí, es cierto que el humor puede utilizarse como arma y alarde de poder sobre otros.

Seguro que os habrá pasado alguna que otra vez que alguien os diga algo “en broma” que no os hace ninguna gracia y que os duela incluso, entonces le decís que os ha hecho daño y que por favor no vuelva a haceros una broma similar, y la respuesta de esa persona os revelará si realmente era una inocente broma o intentaba demostrar su supuesta superioridad hacia ti humillándote. Si entiende que eso te hace daño y te dice que no era su intención y no volverá a decírtelo, era solo una broma pero, si en cambio, reacciona un poco como tomándote por exagerado y soltándote el típico “¡pero si solo era una broma, cómo te pones!” (mentira todo), probablemente se estaba riendo en tu cara.

Además el humor, como mencioné en el anterior post, es una crítica de la realidad social destapadora de tabúes. Es una herramienta muy peligrosa en las dictaduras, por ejemplo, que suele estar muy censurada y controlada por la autoridad. El humor debería hacerse desde abajo hacia arriba para no seguir beneficiando a los dueños del poder, pero lograr esto es muy difícil en una sociedad tan globalizada y con tantos puntos de vista distintos y chocantes entre si.

Porque, ¿cómo se evitaría esto? ¿censurando a la fuerza el humor considerado opresor? Creo que esto no beneficiaría a nadie, la discriminación no desaparecería si no que permanecería inconsciente o puede que tuviera el efecto contrario y provocara resentimiento. Estaríamos coartando libertades como en las dictaduras, y estamos hablando de humor no de agresiones verbales ni incitaciones al odio. Seguí investigando y encontré que el humor no solo puede ser un ataque si no una estrategia defensiva. Para forjar una buena defensa mediante el humor se debe explorar precisamente en estos límites del humor. Porque estos límites se van expandiendo como los del universo, de esto somos conscientes cuando viajamos al pasado y vemos que no nos hacen gracia chistes que en el siglo pasado eran lo más, porque el humor evoluciona socialmente, a medida que se crean nuevas perspectivas.

Entonces, yo que me considero feminista y que rechazo el humor machista, homófobo y racista opino que hay que hacer más humor feminista como parte de esa lucha por la igualdad. Porque si no nos reímos también de los banqueros, los blancos y los heteros cis, nos estamos poniendo límites nosotros mismos. De esta forma, se le da la vuelta a la tortilla y se deja atrás una posición de víctima para empoderarse. En mi ignorancia, pensé que había menos humor feminista del que creía aquí en España y me enriquecí bastante en ese sentido, así que también querría compartirlo con vosotros.

¡Os recomiendo mucho que veáis los monólogos de Patricia Sornosa!

Veréis en los comentarios y dislikes lo arriesgado que es este tipo de humor y lo delicado del feminismo, porque muchos hombres en su mayoría se ofenden y se dan por aludidos cuando se generaliza en los chistes. Con esta reacción, se confirma la gran falta que hace el humor feminista y transgresor para cuestionar la concepción conservadora y patriarcal de la realidad. Y, hablando en general, la gran falta que hacen más humoristas mujeres ya que suelen ser muy criticadas simplemente por el hecho de ser mujeres tras la creencia de que “las mujeres no son tan graciosas como los hombres”. Esto me hace pensar en una serie llamada La maravillosa señora Maisel, que descubrí en mi búsqueda de humor feminista. Cuenta la historia de una mujer de los años 50 que decide dedicarse a comediante profesional, lo que supone un verdadero reto para una mujer de la época. Parece que tampoco han cambiado mucho las cosas desde esa perspectiva. También recomiendo encarecidamente que echéis un vistazo a la comedia francesa de No soy un hombre fácil, en la que se ponen en duda los roles de género establecidos y plantea la pregunta de ¿qué pasaría si fuera al revés, si el mundo estuviera dominado por mujeres en lugar de hombres?

Aquí os pongo un monólogo de otra comediante feminista, Eva Soriano.
Elsa Ruíz habla de su experiencia como cómica trans.
Raquel Sastre es una cómica especializada en humor negro.

--

--