EL MUNDO DE LOS MICROGESTOS

Saray
Psicología del Lenguaje — ugr
4 min readNov 4, 2022

La primera vez que tuvimos conocimiento sobre Paul Ekman, psicólogo creador de la Teoría de los microgestos, fue a través de la película “Inside out”, en la que participó como asesor. Esta película trata sobre las emociones universales de las personas, que sería una parte base de la teoría.

Para poder adentrarnos más en este tema, encontramos una serie, “Lie to me’’, basada en la teoría de Paul Ekman. De ella hemos extraído una escena que nos pareció bastante interesante para poder conocer más sobre esto. Esta escena se sitúa en el primer capítulo de la primera temporada. Comienza con el protagonista, Cal Lightman, psicólogo ayudante del departamento policial, dando una charla de cómo descubrió que el delincuente mentía. Durante el interrogatorio, el psicólogo trata de descubrir cuál será la ubicación de su próximo ataque. Primero dice una serie de ubicaciones falsas, y el delincuente responde con un microgesto de felicidad, prácticamente imperceptible. Sin embargo, cuando dice la ubicación real, la expresión facial del delincuente cambia ligeramente a una más desagradable. De esta forma, llega a la conclusión de que esa será la ubicación.

Para concluir esto, se basa en la teoría de los microgestos, que explica que existe una serie de expresiones muy breves (⅕ de segundo) que son universales e inconscientes, y que aparecen cuando intentamos ocultar una emoción. Para llegar a esta conclusión, Ekman estudió las expresiones de personas de todo el mundo, centrándose en las tribus indígenas del sur de África. Gracias a esto, pudo codificar las expresiones faciales en función de la emoción que representaban, creando así el FACS ( Facial Action Codyng System), el cual permite saber qué es lo que la persona está sintiendo aunque intente ocultarlo.

Pero, ¿esto de verdad nos sirve en la vida diaria?

Lo que se sabe de los microgestos es que son expresiones fugaces y que no son perceptibles para el ojo humano no entrenado. Esto lo que quiere decir es que los microgestos duran tan poco que el ser humano no es capaz de detectarlo. En caso de poder ser detectado, la información que ofrece no es la suficiente para poder llegar a una conclusión ya que lo único que nos dice en base a su codificación es el sentimiento que están ocultando. Por ejemplo, en la escena comentada anteriormente, cuando el delincuente hace un microgesto de asco esto no tiene por qué significar que se esté adelantando a sí mismo, ya que este sentimiento se puede asociar a otras

cosas (puede ver una cucaracha, puede oler algo desagradable o incluso que le de asco el propio entrevistador). Apoyándonos en los propios argumentos que hemos dado, nosotros consideramos que no sería algo aplicable a la vida diaria, ya que a parte de no poder verlos, no sabemos lo que significan.

Como hemos dicho, en la vida diaria esto no podría ser aplicado, pero ¿y en el ámbito judicial como muestra la serie?

Nosotros pensamos que tampoco podría aplicarse de forma eficaz, ya que en este ámbito se busca la máxima objetividad, y lo que se sabe es que los patrones gestuales son reflejo de las emociones, pero no sabemos el por qué de esas emociones, lo que es totalmente subjetivo y está sujeto a interpretación. No podemos desmentir a una persona en base a sus gestos, ya que la mentira no es una emoción, por esto mismo, desde nuestro punto de vista, esta teoría no sería aceptada como prueba en juicios, interrogatorios…

En contraposición a esto, a pesar de considerarla no aplicable, sí pensamos que podría ser una buena herramienta para detectar la mentira, ya que el polígrafo, que en ocasiones sí se considera una prueba, detecta los cambios fisiológicos. Estos cambios pueden no ser una consecuencia de la mentira, por ejemplo, pueden deberse a que la persona presente un estado de nerviosismo por otro aspecto; además de esto, pueden ser entrenados para ocultarle las respuestas fisiológicas a la máquina, por ejemplo, puedes aprender a reducir la frecuencia cardíaca o la sudoración. Un punto a favor de los microgestos en este ámbito, es precisamente que al ser respuestas inconscientes no habría manera de ocultarlos o modificarlos.

Ya hemos visto que los microgestos no serían útiles en la vida cotidiana, en el ámbito jurídico estaría dudoso, pero ¿y en el ámbito psicológico que es el que de verdad nos interesa?

Conocer los microgestos puede ser algo muy útil para descifrar las emociones de los pacientes que no las muestran o no nos las comunican y así saber si totalmente nos están diciendo la verdad para poder llevar a cabo una buena intervención o tratamiento. Aunque consideramos que esto puede ser motivo de sesgo. Si nos centramos en buscar esos microgestos vamos a tender a verlos aunque no estén allí y a interpretar erróneamente las expresiones faciales, además, prestar una excesiva atención a esto, nos lleva a descuidar la sesión. Si nos centramos en encontrar las emociones ocultas, no vamos a estar atentos a lo que nos cuenta el paciente y esto va a conllevar una mala praxis por parte del psicólogo.

Y ustedes, ¿piensan que esto es útil en la vida cotidiana?

Referencias:

Ekman, P. (2017). El rostro de las emociones. RBA Libros.

Serie “Lie to me” disponible en Disney +

Sara Benitez

Elenafdez

aangeelc

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