Algunas personas no pueden adaptarse a las exigencias de la pandemia.

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El otro día estuve hablando con una amiga que está estudiando un módulo de interpretación de lenguaje de signos, y me contó que antes de la pandemia por la COVID-19 una de las técnicas de comprensión que utilizaban estas personas (personas sordas o con problemas de audición) era la lectura labio-facial, es decir, que interpretaban el movimiento y posición de los labios y expresión facial de otros para comprender el mensaje. Sin embargo, si antes de que estallase la pandemia contaban con muchas barreras de comunicación ahora se le han sumado más, porque con las mascarillas carecen de este recurso. Si por ejemplo, una persona que usa lenguaje de signos va a un supermercado, y el/la dependiente no sabe hablar lengua de signos, una estrategia a la que podían recurrir es a la lectura labio-facial para entenderse y no requeriría ni que la otra persona hablase lengua de signos, pero con las mascarillas la otra persona no puede entenderlo por sus dificultades de audición.

Lo más recomendable sería poder utilizar mascarillas transparentes para no excluirles y que se pueda ver la boca, y así facilitaría la comunicación, pero ¿este tipo de mascarillas están homologadas, son seguras? aún no lo son. Hay algunas en venta que cuestan 8€ con un uso de 40 veces, y a pesar de ser económicas no se ha confirmado si son fiables (las de las imágenes). Entonces, si estas personas las llevan es por la necesidad de comunicarse, pero al no estar homologadas pueden ser multadas. Pienso que costaría muchísimo adaptar la sociedad a la diversidad de las personas, pero eso no quita que sea una situación frustrante e injusta.

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