El progreso de la representación del colectivo LGTBIQ+ en el cine.

Sofiatrullen
Psicología del Lenguaje — ugr
10 min readJan 17, 2022

A raíz del análisis de las diferentes películas y series que hemos llevado a cabo durante este tiempo, hemos podido ver la manera en la que ha evolucionado la representación del colectivo en la industria del cine. Es importantísimo que esté creciendo el contenido LGTBIQ+ en las plataformas de streaming, ya que desempeñan un papel fundamental en la visibilización de éste.

Como comentamos anteriormente, aquello que no se nombra no existe. Es por esto que nos ha parecido muy interesante trabajar y analizar distintas obras cinematográficas y ver la manera en la que abordan el tema. Cada una se centra en aspectos diferentes, tales como la orientación sexual o la identidad de género. Nos ha parecido necesario variar en la temática de las obras, ya que creemos conveniente adaptarnos a la evolución y amplia diversidad característica del colectivo de hoy en día. El aumento de series y películas con temática LGTBIQ+ ha influido en el desarrollo y la visibilización de distintas orientaciones e identidades sexuales, y por tanto la identificación de las personas pertenecientes a este grupo de manera adecuada.

Mediante los análisis hemos podido comprobar que el cine actual representa de manera excelente las distintas realidades del colectivo LGTBIQ+ a lo largo del tiempo. Se observa el desarrollo del colectivo y de su representación desde el siglo XX a la actualidad (siglo XXI). Alan Ball en su película (Mi tío Frank) nos muestra de una manera cruda y realista cómo vivían las personas homosexuales su sexualidad dependiendo de su contexto familiar, social, cultural, etc. De la misma forma que lo hace el director de La Chica Danesa (Tom Hooper), pero tratando con mucha más profundidad el tema de la identidad de género y la transexualidad en el siglo pasado.

En el ámbito cinematográfico, el lenguaje juega un papel muy importante mostrando lo que se solía ocultar o lo que era tratado de modo irrespetuoso y discriminatorio, alcanzando un lenguaje adecuado e ideal para dar un nombre a todas las identidades existentes, cosa que se ha desarrollado desde el siglo anterior.

En los años 20 (siglo XX) y, a través de la película La Chica Danesa, se observa un lenguaje verbal por parte de médicos y psiquiatras relacionado con la transexualidad, caracterizándose por un pleno desconocimiento y considerándola como algo inexistente, ilógico y anormal e innombrable. Debido a esto, a la protagonista se le atribuyó una patología relacionada con la identidad confusa, la homosexualidad y la esquizofrenia. Este diagnóstico se sustentaba en la concepción hombre-mujer, donde la identidad de género se establece en base a la estructura genital y hormonal. Se hacía hincapié en que si una persona no encajaba dentro de este modelo era considerada como loca, desviándose así de la normalidad y sufriendo acoso tanto físico como verbal. Por otro lado, sufría una mayor dificultad por la falta de apoyo social sobre lo que le ocurría. Ella sabía que era mujer, pero no era capaz de explicarlo con las palabras y las reglas de esa época. Y así se revela el desconocimiento y la escasez de un lenguaje ajustado y apropiado para poder comunicar la realidad que vivían ella y otras tantas personas. El discurso político y económico provocaba por su parte la discriminación y estigmatización de esas personas, al ser consideradas personas con cuerpos inaptos. Todo eso provocaba la ocultación de la identidad de género por parte de cada persona transgénero.

Posteriormente, a través del análisis de la película Mi tío Frank que representa la homosexualidad a finales de los 60 y principios de los 70 en América, pudimos observar los prejuicios reales establecidos en aquella época que afectaban a las personas homosexuales al ser sociedades tan arraigadas. Sufrían un enorme rechazo, los efectos de la desinformación y una falta de aceptación tanto por parte de la familia como de la sociedad, por lo que tenían que esconder su orientación sexual, expresando un enorme miedo a mostrar sus realidades y viviendo una ”doble” vida por no tener la libertad de expresarse tal y como eran.

Se diferenciaban distintas visiones hacia la homosexualidad a través del lenguaje. Por un lado, una perspectiva opuesta a su orientación sexual mostrada por un mayor disgusto y por la falta de cualquier tipo de consentimiento. Y al contrario, había una visión absolutamente positiva y neutral respecto a la orientación sexual de cada uno, ya que no interesaba si la persona era heterosexual o homosexual. Por último, es evidente una mirada intermedia, en la que se acepta a la persona homosexual naturalmente, a pesar de algunos prejuicios que afectan a esa aceptación. En resumen, podemos decir que este periodo ha experimentado cierto desarrollo para la representación del colectivo, pese a las dificultades y limitaciones que presentes en la época.

Actualmente, a partir del análisis de la serie “Sex Education”, podemos observar una notable mejora en la forma de tratar y representar al colectivo LGTBIQ+ en la pantalla, aunque todavía se puede detectar una escasez de aceptación influida por la religión, por la familia o por las creencias de algunos individuos o grupos, como podemos observar en el caso de Eric (personaje homosexual en la serie). Su familia, la cual es muy religiosa, considera su expresión de identidad sexual como una actividad infantil y como una falta de madurez y responsabilidad, obligándolo a dejar de ser como es y a “olvidarse” de sus ideas. Se observa una mayor autoconciencia, autoaceptación y expresión de las identidades de forma libre, sin embargo, aún deben afrontar limitaciones y burlas.

Cartel de La vida de Adèle, película que trata una profunda relación entre dos mujeres.

En Sex Education se empiezan a visibilizar aspectos más novedosos de las distintas identidades de género, que hacen referencia a la percepción subjetiva individual respecto al propio género. En este caso, la serie pretende representar la realidad de las personas no binarias mediante la introducción del personaje de Cal en la tercera temporada. Estos avances son muy importantes para la creación de referentes en el mundo cinematográfico. Sex Education tiene una inmensa audiencia, lo que es una oportunidad perfecta para mostrar nuevas realidades a toda esas personas que probablemente no estén familiarizadas con cuestiones de género e identidad sexual. Así que, el colectivo está conquistando espacios “mainstream” y esto es todo un logro. Es de vital importancia representar adecuada y respetuosamente a las personas LGTBIAQ+, ya que han sido ocultadas y asociadas a elementos negativos durante décadas. Por lo tanto, el hecho de que sean representadas refleja su existencia en la sociedad y rompe con los mitos, convirtiéndose en una forma de aprendizaje muy útil para conocer realidades desconocidas por la mayoría. Crear referentes es fundamental porque las personas tienen con quien identificarse y sentir que no son “raras”, que lo que sienten es totalmente normal y válido, pues no están solas sino que hay más personas como ellas/ellos/elles. Sin estos referentes las personas se pueden sentir perdidas y no llegar a comprender nunca qué es lo que sienten. Por esa razón, creemos que Sex Education tiene un papel imprescindible en la visibilización y expansión de todas las realidades presentes en nuestras sociedades y es una gran fuente de aprendizaje.

En la época actual existe conocimiento y una gran tolerancia, aceptación y normalización de la homosexualidad, bisexualidad y la transexualidad. Sin embargo, hay una enorme desinformación y cierta discriminación acerca de las personas no binarias, que no se definen como mujeres ni como hombres, que suelen referirse a elles mismes con pronombres neutros, cosa que una gran parte de la sociedad considera innecesaria e inútil. Esto se puede entender teniendo en cuenta que la sociedad continúa categorizando a las personas en mujer-hombre, creando así una confusión que provoca una falta de planteamiento y visión de que alguien no pueda identificarse como mujer ni como hombre, pues se considera lo “normal”.

Así pues, la representación del colectivo LGTBIQ+ y el trato recibido ha mejorado exponencialmente a lo largo del tiempo, sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer si queremos lograr una verdadera tolerancia y normalización de todas las realidades que nos rodean. Es necesario sensibilizarnos e intentar adaptarnos a las diferentes realidades. Aceptar a las personas sin importar sus identidades y orientaciones sexuales y hacer uso de los distintos tipos de lenguaje como manera eficaz de crear, nombrar y reflejar la realidad para conseguir un mundo donde no se limite ni se estigmatice a las personas por su manera de ser y querer, que es tan válida como las demás.

A raíz del análisis de la representación de diversas formas del colectivo, tales como la identidad de género, hemos podido reflexionar sobre la influencia del lenguaje en tal representación. La novedosa aparición de Cal en la tercera temporada de Sex Education nos ha hecho plantearnos las siguientes preguntas: ¿Es realmente útil el lenguaje inclusivo? ¿Afecta la manera de expresarnos y comunicarnos a la inclusión y la visibilidad? Este tema está a la orden del día. Constantemente nos encontramos con debates, diferentes opiniones y dudas sobre el tema.

Respecto a España, varias asociaciones luchan por alcanzar un lenguaje inclusivo. Los primeros avances que se dan en este ámbito es la introducción de la letra “e” al final de las palabras para hacer referencia a personas no binarias. Por ejemplo: elle o niñe. Sin embargo, instituciones como la Real Academia Española (RAE) han expresado su total rechazo hacia el lenguaje inclusivo, argumentando su opinión con frases como “el desdoblamiento gramatical del lenguaje inclusivo altera la economía del idioma”. La RAE mantiene que el masculino genérico no es excluyente, sino que incluye a la mujer y se utiliza para nombrar “ambos sexos”. Es mucha gente la que se encuentra a favor de esta posición, ya que realmente piensan que el lenguaje inclusivo es una tontería y que cuesta mucho esfuerzo su uso.

Por otro lado, grandes organizaciones tales como la ONU apuestan por el uso del lenguaje inclusivo, ya que afirman que el lenguaje es un factor clave que determina distintas actitudes culturales y sociales. Dicha organización cree que emplear este lenguaje es crucial para promover la igualdad e intentar erradicar los prejuicios de género. De hecho, actualmente han elaborado una serie de recursos orientados a enseñar a las personas trabajadoras a hacer un uso adecuado de este lenguaje, para así “crear un entorno de trabajo que abrace la igualdad, erradique los prejuicios y sea inclusivo para todo el personal”, para así promover el objetivo de la Estrategia para todo el Sistema de las Naciones Unidas sobre la Paridad de Género. Incluso el Gobierno de España ha lanzado una guía para el uso del lenguaje inclusivo: “Guías para el uso no sexista del lenguaje”.

Nosotras particularmente estamos posicionadas en el segundo tipo de pensamiento. Realmente apostamos por el uso de un lenguaje inclusivo como herramienta para intentar que todas y todos nos sintamos representados por él, para que nadie se sienta invisible en el día a día. Pensamos que no requiere demasiado esfuerzo hacer uso de este lenguaje, sino que se trata de un pequeño cambio que todos y todas podemos hacer. Un cambio que puede resultar muy significativo para gran cantidad de personas. En relación a esto, se nos ocurren pequeños gestos insignificantes, pero realmente útiles que podemos llevar a cabo sin problema y que, por suerte, hoy en día están cada vez más presentes entre los y las jóvenes, como puede ser poner los pronombres con los que te sientes cómodo/a/e en tus redes sociales. Por ejemplo, en el caso de una mujer cisgénero: ella/she. O bien en el caso de una persona de género fluido: he/she o él/ella. De esta manera, evitamos incomodar a la otra persona dando por hecho su identidad de género.

Es importante destacar también que el idioma juega un papel muy importante. Algunos de ellos no viven esta problemática porque no hacen diferencias entre géneros o bien utilizan género neutro. Los lingüistas de la aplicación Babbel realizaron una recopilación de estos idiomas. Entre ellos se encuentran el inglés, alemán y ruso, entre otros.

Los angloparlantes dan poca importancia a la distinción del género en su gramática y han usado durante cientos de años el género neutro. Por ejemplo, la palabra They no tiene género. Por otro lado, el alemán tiene tres géneros: masculino, femenino y neutro. Según señaló el estudio, el idioma sueco ha demostrado que se puede ir transformando a medida que las personas lo modifican adaptándose a las necesidades del momento. De esta manera, se introdujo el pronombre “hen” como una alternativa a él y a ella, es decir, crearon un pronombre neutro. Después de mucho debate acabó siendo agregado al diccionario sueco y actualmente se utiliza en los medios de comunicación, en el parlamento, en el discurso cotidiano y en textos oficiales. Esto nos lleva a pensar que si existen idiomas que no conciben tal diferenciación de género y que tienen ya integrado el género neutro, o bien, como en el caso de Suecia, en el que se introducen nuevos vocablos para suplir esa necesidad, ¿por qué esa negación o imposibilidad de usar un lenguaje inclusivo en todos los idiomas? Pues se ha demostrado que este cambio es posible y sería muy importante y significativo para todas las personas no binarias y otros pertenecientes al colectivo, porque significaría que la sociedad les está dando su lugar dentro del lenguaje.

Links a los anteriores posts:

Trabajo realizado por: Raquel Sillero Fortés, Sofía Trullén Aznar, Riccardo Gilson e Israe Moeniss.

Bibliografía:

La RAE mantiene que el masculino genérico se usa para ambos sexos y no excluye a la mujer. (2018, 26 noviembre). https://www.huffingtonpost.es. https://www.huffingtonpost.es/2018/11/26/la-rae-mantiene-que-el-masculino-generico-se-usa-para-ambos-sexos-y-no-excluye-a-la-mujer_a_23601021/

Lenguaje inclusivo en cuanto al género. (2020). ONU. https://www.un.org/es/gender-inclusive-language/

Guías para el uso no sexista del lenguaje. (2021). Instituto para la mujer y para la igualdad de oportunidades. https://www.inmujeres.gob.es

--

--