El propósito de las fotografías: ¿convencionales o no?
En otros posts, hemos visto ejemplos de composición en la fotografía, los cuales pueden producir efectos predecibles en el espectador. Cuando hablamos de fotografía, hay muchísimos aspectos a tener en cuenta (el encuadre, la base de diseño, la composición con luz y color…). Según Michael Freeman, lo que determina la composición sería lo siguiente: el propósito, ¿debería pretender agradar al mayor número de personas o ser diferente y original? Según este fotógrafo, lo que uno busca generalmente debería preceder a las decisiones sobre composición.
En pintura, el proceso de crear una imagen depende de la percepción del artista y del modo en que se aplican los materiales. No existe una imagen neutra, sin carácter. Sin embargo, en fotografía ocurre lo contrario. Las fotografías se pueden tomar pensando poco en su aspecto. La cámara puede producir una fotografía por sí misma pero influir en la composición y el carácter de la imagen exige esfuerzo.
¿IMÁGENES CONVENCIONALES O ESTIMULANTES?
Cuando hablamos de propósito, nos referimos de hasta qué punto el fotógrafo quiere permanecer dentro de los límites de lo que un espectador espera ver. Como mi compañera ha mencionado en otros posts, ciertas técnicas de composición y relaciones proporcionan resultados predecibles y satisfactorios. Por ejemplo, la regla de los tres tercios, que generalmente se considera apropiadas y válida, o los colores complementarios, que cuando se presentan en unas proporciones determinadas, crean un efecto agradable para la mayoría de la gente. Sin embargo, es importante mencionar que sólo porque algo encaje en el gusto común no lo hace mejor. Y aquí es donde entra el propósito de la fotografía: Una composición predecible y eficaz es perfecta para algunos propósitos, pero no para otros. Y desde luego, no es emocionante ni arriesgada.
Por ejemplo, si quiere mostrar algo con la máxima claridad posible, o de la forma más atractiva, deben aplicarse ciertas reglas. La composición, la iluminación y el tratamiento en general se orientarán hacia lo convencional, lo estudiado y lo probado. Por ejemplo, en un paisaje, el uso de un punto de vista que ha sido utilizado muchas veces por otros fotógrafos (porque se sabe que resulta atractivo); o realizar fotografías donde se refleja la luz dorada del atardecer o del amanecer con buen tiempo. Este sería el tipo de imagen que buscaría el editor de un folleto de viaje: una fotografía eficaz que proporcionará mayores ventas.
Por otro lado, el hecho de que esta imagen sea muy similar a otras puede llevarnos a evitarla, en cuyo caso se puede buscar algo para sorprender al espectador y quizá presumir de una técnica imaginativa.
¿Dónde están los límites? Lo importante es saber hasta donde se puede llegar con una composición inusual sin que el resultado se vea forzado o ridículo.
→ Si tiene que captar una imagen clara y agradable, el objetivo es ser preciso y directo (recordad las técnicas basadas en la psicología de la percepción).
→ Sin embargo, si quiere apartarse de ellas y ser más creativo, implica alejarse de lo que se sabe que funciona. En este caso, hay que considerar dos cosas: cuánto se puede uno acercar a lo no convencional en composición y por qué razón. Si se acerca demasiado (como situar a una persona justo en la esquina de la fotografía), será necesaria una buena justificación para evitar que la imagen parezca extraña o artificial.
Un ejemplo de esto último fue el famoso fotógrafo Robert Frank, quien fue criticado por desviarse de las técnicas de fotografía aceptadas. Sin embargo, él se justificó con que su estilo de composición reflejaba con mayor exactitud el modo en que veía al sujeto.
“La ironía que veía Frank en la cultura estadounidense influyó sin duda en su técnica fotográfica, marcando un claro contraste en comparación con la mayoría de los fotoperiodistas contemporáneos, visible en su estilo inusual de enfoque y el uso de luz baja, entre otras características que se desviaban de las técnicas de fotografía aceptadas.”
No obstante, lo distinto no significa necesariamente mejor, y es un objetivo pobre si no se tiene una buena razón y cierta técnica. Personalmente creo que el hecho de querer hacer fotografías diferentes a lo convencional, descuidando las técnicas únicamente por intentar ser original, no implica que esas fotografías sean mejores.
Jean-Paul Sartre escribió que las fotografías de noticias pueden muy bien “no decirme nada” […]. Además, a veces ocurre que una fotografía me deja tan indiferente que ni siquiera me importa verla como una imagen. Éste es el motivo por el que tantos fotógrafos quieren romper con lo ordinario y sorprender al espectador.
¿Qué tipos de sorpresas se podrían añadir? Barthes identificó algunas: la extrañeza del sujeto, registrar un gesto normalmente oculto a la vista, habilidad técnica, contorsiones de la técnica y el hallazgo afortunado.
¿Qué opináis vosotros sobre esto? ¿Qué creéis que os llamaría la atención ver en fotografías? ¿Tenéis fotografías que se escapen de lo convencional? Creo que actualmente estamos bombardeados por multitud de imágenes constantemente y muchas veces apenas nos percatamos de ellas, no nos detenemos a observarlas y quizás ciertos detalles (como los mencionados por Barthes) podrían hacer que pasen menos desapercibidas.
REFERENCIAS
Freeman, M, (2008), El ojo del fotógrafo: composición y diseño para crear mejores imágenes digitales, Blume.