¿El reconocimiento de las emociones en la música tiene base neuronal?

Diana Xzibit
Psicología del Lenguaje — ugr
3 min readJan 11, 2019

Los orígenes de la música son desconocidos dado que los “instrumentos musicales” que se empleaban en la prehistoria, (culturas anteriores antes de la invención de la escritura) no han dejado huella en todo el registro arqueológico. No obstante, podríamos afirmar que la música tiene un pasado mucho más extenso que el propio lenguaje verbal, gracias a los instrumentos musicales encontrados a lo largo de la historia, como por ejemplo:

Una de las flautas más antiguas de hace 35000 años, elaborada a partir de un hueso, y hallada en la cueva de Hohle Fels, al suroeste de Alemania. Mide 20 centímetros de largo y 2.5 centímetros de diámetro. Tiene cinco agujeros y una boquilla en forma de “V” en uno de sus extremos.

A continuación os adjunto un vídeo acerca de cómo sonaría esta flauta, así como un poco de su historia.

Como sabemos, existen muchas teorías que afirman la coexistencia íntima de la música en la evolución, por lo que desde las neurociencias han surgido cantidad de cuestiones al respecto, realizándose preguntas como:

¿Qué le hace la música a nuestro cerebro?

Existen muchos estudios con interés por conocer exactamente qué mecanismos neuronales están implicado a la hora de la interpretación, procesamiento y ejecución musical. Hoy día con las técnicas de neuroimagen podemos conocer el papel que juegan estructuras como el sistema límbico (gestionan respuestas fisiológicas ante estímulos emocionales;), así como de la amígdala (capacidad de sentir ciertas emociones y de percibirlas en otras personas). Además se han llevado a cabo estudios de neuroimagen realizados en la Universidad de McGill en Montreal por Robert Zatorre y Anne Blood en el 2001, que afirman que cuando escuchamos música Atonal se activan áreas del sistema límbico relacionadas con sensaciones desagradables, mientras que cuando escuchamos música tonal las sensaciones se vuelven placenteras, es decir → agradables.

También descubrieron que la música activa sistemas de recompensa, al igual que la comida, el consumo de drogas o la actividad sexual. Por otro lado también se le ha otorgado gran importancia al núcleo accumbens, (sitio cerebral relacionado con el placer). Todos estos hallazgos han sido fundamentados mediante estudios de neuroimagen.

¿Es capaz el cerebro de poder disociar de manera funcional las emociones (contenido emocional) que se transmite a partir de la música? → Se ha realiza un estudio con tomografía por emisión de positrones (PET) a sujetos no músicos donde escucharon acordes consonantes y disonantes (cabe mencionar que para una buena comprensión de esta lectura es recomendable leer mi anterior post: os dejo el enlace justo abajo.)

En este se demostró cómo los acordes consonantes activan el área orbitofrontal y región subcallosa del hemisferio derecho y los acordes disonantes activan al giro parahipocámpico ipsilateral y se asocian con sensaciones desgradables.

¿Qué descubrieron? → Que el cerebro era capaz de disociar de manera funcional el contenido emocional transmitido por la música. Asimismo se ha demostrado que la música con tiempo rápido y tonalidad mayor crea reacciones de felicidad y por el contrario, la música con tiempo lento y tonalidad menor genera tristeza.

*No obstante cabe mencionar que la respuesta emotiva inducida por la música depende de la experiencia de vida de cada individuo.

Según estos hallazgos podríamos reflexionar sobre la siguiente cuestión:

Si existe una base neuronal para el reconocimientos de las emociones (desagradable-agradables), entonces, ¿la música tiene un componente universal a la hora de expresar emociones?

Referencias:

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