¿Emoticonos o emojis?
Es importante entender de qué estamos hablando y cuál es la diferencia entre emoticonos y emoji.
Los emoticonos son caras que representan, como su nombre nos indica, emociones. Estos se componen únicamente con caracteres, es decir, se hacen con el teclado de cualquier dispositivo. Surgieron en 1982 de la mano de Scott Elliot Fahlman, un científico de cómputo en la Universidad Carnegie Mellon. Un emoji es una imagen que puede representar tanto acciones y/o emociones, como también objetos. Su creador, Shigetaka Kurita, de origen japonés, los ideó a fines de la década de los 90.
Este nuevo método de comunicación acorta las distancias entre los sujetos que están detrás del dispositivo tecnológico, y así reemplazan las conversaciones cara a cara. Al igual que en esas conversaciones, son importantes los movimientos faciales y el tono de voz, en una conversación digital los emoji ejercen la misma función: aclaran y ayudan a entender los mensajes, es decir son aditivos a nuestras conversaciones. Los emoji forman ya una parte importante del lenguaje de la gente.
Por ejemplo, la palabra amor cuenta en el idioma castellano, como también en el inglés, con cuatro letras o caracteres, pero en el “lenguaje del emoji” se representa con un único signo tipográfico, un pictograma en forma de corazón que resulta universal.
Los usuarios se apropian de ellos para construir un significado social, en donde entra en juego la subjetividad de cada uno. Eso es lo que los vuelve más “eficaces” a la hora de comunicarnos, dado que las combinaciones e interpretaciones son infinitas. El 17 de julio está catalogado como el Día Mundial del Emoji, con motivo de que el emoji propio que representaba el calendario tiene esta fecha marcada.
Por tanto, las tecnologías de la información y la comunicación, además de democratizar su uso, la divulgación de la cultura, y ofrecer información, tienen la capacidad de unificar y movilizar grupos sociales por medio de estos elementos de comunicación. Como también así, ejercer un cambio positivo para la unificación de los distintos idiomas.
Referencia
Raquel Bolívar Rodríguez
Sonia Acevedo Castro