ENTREVISTA A JUAN “EL CHIQUI”

Bielfdez
Psicología del Lenguaje — ugr
7 min readDec 7, 2022

El otro día tuve la oportunidad de entrevistar a una persona muy especial y de la que he aprendido mucho. Me propuse el objetivo de tratar de comprender cada una de las palabras que me decía, de entender su situación. Ahora me toca intentar transmitir el mensaje que me llegó y creo que lo mejor para ello es empezar por el contexto en el que nos encontramos.

Seguramente a muchos os sonará el barrio del Polígono de la Cartuja. Aunque es posible que muy pocos de los que vayáis a leer esto hayáis estado realmente allí para conocerlo en profundidad, yo incluida. Es por eso por lo que os dejo un vídeo donde un chico Americano se adentra en algunas zonas del barrio para conocerlas de primera mano.

https://www.youtube.com/watch?v=FtXkkI8-P9Y

En general, a lo largo del vídeo en la zona Norte, Elliot se encuentra con personas muy cercanas y a excepción de un pequeño encontronazo con un hombre que iba a caballo y algunas personas a las que no le hace especial gracia que les graben, no tiene ningún problema. He elegido en concreto este vídeo porque este youtuber no es español, por lo que los prejuicios que nosotros podemos tener no los tendrá tan arraigados. Este hecho creo que se nota en el vlog, pues en comparación con otros influencers que se han adentrado en el barrio, este recibe un mejor trato pues puede incluso llegar a hacerles “gracia” y caerles bien.

No voy a extenderme mucho en cómo yo creo que será realmente vivir en el barrio porque hablaremos en clase sobre esto, pero sí quiero dejaros otro vídeo de nuestro verdadero protagonista, Juan. Aquí nos cuenta que él no podía seguir viviendo en el barrio, pues eso era para él vivir con un miedo constante.

https://www.youtube.com/watch?v=O1bWFP6Q8BA

A partir de aquí, vamos a empezar a analizar lo que él nos dice tanto en este vídeo como lo que me dijo a mi en la entrevista, para así tratar de entenderle. Sin embargo, os haré una pequeña sinopsis sobre su vida para daros el contexto de sus palabras porque sino os puede faltar información y puede ser algo lioso.

Juan pasó su infancia, adolescencia y varios años de su edad adulta en el Polígono de la Cartuja. Fue al colegio hasta octavo de EGB y empezó a hacer cursos de carpintería y ebanistería. Trabajó en muchos sitios, hasta en un centro hogar para toxicómanos donde les ayudaba en sus labores o haciendo pan en una fábrica. Poco después se casó y tuvo a su hija e hijo. Su matrimonio duró 14 años, sin embargo, un mes después de entrar a trabajar en la asociación de ayuda a discapacitados para la que realiza el vídeo anterior (tras 3 años de estar en el paro), se entera de que ella le engañaba con su primo de Barcelona. Y no solo eso, sino que además su ex mujer decide llevarse a su hija de 7 años y a su hijo de 3 con ella a Barcelona, en vez de a Almería como habían acordado en los papeles del divorcio donde la custodia era compartida. Esto le llevó a una depresión, hasta el punto de un día ir al puente entre Víznar y Alfacar para tirarse. Sin embargo, unos guardia civiles que le conocían le vieron y fueron a buscarle. Le preguntaron qué hacía y le recomendaron que hablara con alguien, por lo que decide hablar con un coordinador de la Fundación. Los de la asociación trataron de ayudarle, hasta le dieron la oportunidad de ir a la comunión de su hija a Barcelona. No obstante, él de primeras no quería ir porque la primera vez que fue en busca de sus hijos se encontró a los Mossos d’esquadra esperándolo y, pese a que estos tras explicarles la situación le dieron permiso para llevárselos, los niños no querían verle porque habían escuchado las llamadas telefónicas de sus padres cuando discutían, por lo que decidió dejarlos allí en vez de obligarlos a irse con él. En la comunión de su hija sería la última vez que los vio. Todos estos sucesos le provocaron un gran insomnio, el cual sólo consiguió calmar con el consumo de algunas drogas para inhibir su dolor. Fue gracias a conseguir todos esos apoyos, de la asociación y también de su familia, lo que le dio fuerzas para seguir adelante, y en especial por sus hijos a los que a día de hoy sigue tratando de recuperar tras 10 años.

Una vez puestos en contexto me gustaría pediros dos cosas, la primera es que si hay algo que no quede claro que me lo dejéis escrito en comentarios para así aclararlo en clase, y la segunda es que no os quedéis únicamente con el contexto para entender a Juan, sino que os fijéis en los siguientes fragmentos en los que él mismo expresa sus emociones, para así entender desde su forma de expresar qué le sucedió.

Como dije anteriormente voy a analizar tanto el vídeo como la entrevista, pero no voy a seguir ese orden sino que iré entremezclando algunos fragmentos según creo que puede ser más sencillo de explicar.

Lo primero que quiero destacar es cómo Juan se ve a sí mismo como una persona que puede equivocarse cuando se ve en situaciones tensas. Así lo refleja cuando dice:

“De pequeño era bueno, pero quien me buscaba me encontraba. Y si enganchaba a alguien ya no lo soltaba”.

“En caliente se pueden decir muchas cosas de las que luego te arrepientes” (refiriéndose a esas llamadas telefónicas que tenía con su ex mujer y que los niños escuchaban donde tanto él como ella se decían cosas feas).

Esto puede influir en cómo terminó cayendo en las drogas, al verse en situaciones que no podía controlar. Él mismo lo dice: “te coges a lo más fácil para olvidar”, “por lo menos vivía y no me quitaba la vida cuando fumaba”. Esto es importante porque él ya conocía el mundo de las drogas por el barrio en el que vivía, pero nunca había llegado al punto de necesitarlas para escapar del malestar, pese a estar viviendo con miedo: “en la calle salía siempre mirando hacia atrás”. Incluso nos confiesa que este pasado verano, un día que volvió al barrio le dieron un navajazo por defender a su hermano que estaba con él. Esto que a nosotros puede que nos impacte, fue una situación que pudo darse en más ocasiones, y os recuerdo que pasó la mayor parte de su vida con ese miedo y en ningún momento cayó en la drogodependencia.

Quiero poneros ahora algunas frases que me dijo cuando le pregunté qué sentía, o más bien en qué pensaba cuando estaba deprimido y con ganas de quitarse la vida:

“Tengo trabajo, tengo dinero, por qué ahora no tengo todo lo que tenía antes. De tener a tus niños a no tener a nadie. A levantarte en mitad de la noche con un llanto y darte cuenta que es del hijo del vecino. Así las noches se te hacen eternas, pero qué va a hacer un padre. Prefiero perder antes que ver a mis hijos sufrir”

Creo que aquí no hay mucho que interpretar, pues él mismo nos lo cuenta bien claro, pero puedo ayudarme de las metáforas para recalcar este mensaje: Ese sentimiento de soledad que le inundaba por las noches cuando volvía del trabajo y ver que pese a haber salido del paro y haber conseguido después de mucho tiempo un empleo por el que poder mantener a su familia, el verse solo y sin nadie a quien cuidar lo dejó hecho trizas.

Quiero hacer hincapié en esto último que os comento, en el deseo de cuidar, pues noté en Juan un gran deseo de tener a alguien que dependiera de sus cuidados. Cuando salió el tema de sus padres hubo dos preguntas muy importantes que fueron las siguientes:

  • Yo: Cuando te falten tus padres ¿qué crees que va a pasar?
  • Juan: No sé lo que va a pasar, yo la idea que tengo es que no me voy a quitar la vida, porque estoy viviéndola. Sé que tengo gente a mi alrededor que no me han dejado. Pero también a veces pienso que el día que no estén ellos qué hago yo, si mis hijos no me quieren. Es volver a la misma pregunta, ¿me quito la vida? Prefiero pensar que tengo a más gente, que estoy luchando por que mis hijos me amen.
  • Yo: En esos momentos, ¿Piensas que no te queda nada?
  • Juan: No es que no me quede nada, es que mis hijos ya tienen su vida en otro lado, no van a depender de ti, ni van a ir en busca tuya. Los que están contigo son los que lo están pasando todo, los que están cerca. Mis padres son los que han aguantado mis malos momentos, e incluso culpas que no son suyas porque ellos no son los que se han llevado a mis hijos.

Pese a tener un gran apoyo por parte de sus padres Juan también se apoya en toda la gente que conoció gracias a la Fundación. Además, cuando le preguntamos cómo es su vida ahora nos recalca que pese a convivir con gente joven él aprende mucho de ellos y los considera su familia, pues también le gusta contarles sus experiencias de vida para enseñarles y de alguna forma cuidar de ellos. Y es esto, en mi opinión, lo que le ha salvado. Él me confesaba que ahora se sentía muy grande, y podemos verlo en el vídeo cuando al final nos dice: “los compañeros me recibieron con una alegría que era impresionante. Me asombró la forma en que me recibieron. No tenía ni palabras para decir gracias. Pensaba ¿Qué me pasa hoy que nunca me ha pasado esto?” También su lenguaje no verbal nos dice mucho, pues hablando conmigo también vi cómo se le abrían los ojos y se le dibujaba una gran sonrisa al hablar de sus compañeros de la asociación.

Para finalizar podríamos decir que Juan a lo largo de esta entrevista cumple todas las máximas que se explican en el principio cooperativo de la lectura de Pragmática, pues me respondió a todas mis preguntas con información detallada, no desvió ninguna cuestión que le planteé y en ningún momento se fue por las ramas. Como él bien me dijo “Yo te digo la verdad para no hacerme daño tampoco”. Esto puede entenderse de muchas formas, pues la implicatura conversacional como decía Grice posee un carácter inferencial, que es a fin de cuentas, lo que estoy haciendo aquí, analizar más allá de las meras palabras. Teniendo en cuenta esto, lo que yo saco de esa frase que me dijo es que no merece la pena engañarse porque eso sería incluso peor que volver a las drogas. Hay que sufrir el dolor para poder salir adelante, pues él mismo confiesa que empezó a vivir cuando entró en Serendipia y dejó de fumar.

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