Este es el típico título largo que no dice nada pero que nos sitúa en el tema del post.

Verónica Hurtado
Psicología del Lenguaje — ugr
2 min readJan 10, 2019

Dejando a un lado el tema de mi grupo sobre “el debate” quería hablar sobre la capacidad de decir mucho con pocas palabras y viceversa y de ahí este título. Estudiando para los exámenes he comprobado como párrafos de manuales carecían de contenido y diapositivas de Power point resumían un apartado completo.

Perdóneme que le haya escrito una carta larga porque para una corta no he tenido el tiempo — Johann Wolfgang von Goethe.

También, en ocasiones, encontramos personas que hablan mucho sin decir algo de peso (cosa común en discursos políticos) y otras, con pocas palabras dejan claras sus ideas. Además, los profesores siempre nos han recomendado brevedad y calidad frente a largos informes reiterativos.

En un contexto de examen puedo entender por qué divagamos, no nos sabemos el temario y pensamos que si le damos vueltas a la misma idea aparentaremos saber de lo que estamos hablando y engañaremos al profesor. Pero, ¿y en una conversación informal? Caben varias posibilidades, divagas para evitar el silencio con respuestas que no llevan a nada, para evitar ser sincero, o porque no tienes la habilidad para condensar tus ideas en pocas palabras.

“El arte de escribir consiste en decir mucho con pocas palabras” — Antón Chejov

¿Cómo podemos concentrar en poco espacio gran cantidad de contenido? Sin duda esta habilidad es beneficiosa. Dejo aquí algunos consejos:

  • Pensar antes de escribir.
  • No enmascarar la idea principal.
  • Cortar y eliminar todos los verbos y expresiones que sobran.
  • Reescribir frases.
  • Emplear las palabras necesarias para expresar nuestras ideas.

Esta capacidad propia de genios aflora en los aforismos, las sentencias breves que resumen reglas utilizadas en filosofía, pero sin duda, esta puede entrenarse y adquirirse con la práctica. En el colegio recuerdo tener que resumir párrafos grandes en un número limitado de líneas y pensar “esto es imposible” y ahora esa tarea no requiere esfuerzo.

¿No creéis, sin embargo, que estamos bien entrenados en justamente lo contrario?

En un lugar, no sé en dónde, hay un yo no sé qué Santo, que rezando no sé qué, se gana yo no sé cuánto.

Referencias:

Bravo, C. (2013). El arte de decir mucho con pocas palabras. Marketing de guerilla en la web 2.0. Recuperado de: http://www.marketingguerrilla.es/el-arte-de-decir-mucho-con-pocas-palabras/

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