Estereotipos en la música, ¿existen o no?
Desde pequeño me sentí atraído por un género musical muy diferente al que todos mis compañeros de clase solían escuchar. Con sólo 9 añitos podía pasarme las tardes escuchando las coplas que cantaban en el programa “Se llama copla” de Canal Sur, mientras que la mayoría de mis amigos preferían escuchar la canción del Chiki-Chiki, que se había convertido en la canción del verano. Cuando fui creciendo y llegué a la adolescencia, estas diferencias musicales siguieron muy presentes. Mientras en el trayecto en autobús hacia el instituto, a través de mis cascos, podía oírse la música de finales de los 90 de Mónica Naranjo, mis amigos escuchaban canciones de reggeaton, de las cuales la más antigua había sido publicada hacía poco más de tres mes y las que pasaban esa fecha eran borradas por ser ya demasiado longevas.
Para mis amigos de siempre esto no era para nada extraño ni afectaba para nada a la percepción que tenía sobre mi y mi personalidad. Sin embargo, al comenzar a conocer a nueva gente siempre ponían cara de extraño cuando les contaba mis preferencias musicales y, en ocasiones, llegaron y llegan a pensar lo “aburrido” que podría llegar a ser por no escuchar canciones actuales.
Por otro lado, una de mis mejores amigas, fan de la música rock, constantemente se sentía expuesta a esta frase: “¡Para lo calladita y tímida que eres, qué raro que te guste una música como el rock!”. Y es que todos en algún momento de nuestra vida hemos adjudicado una serie de características de personalidad a una persona que apenas conocíamos únicamente por aquello que nos trasmitía el saber que sus preferencias musicales eran tales. Todo ello debido a la existencia de unos estereotipos relativos a la personalidad de los aficionados a un determinado género musical.
A raíz de estos ejemplos personales parte esta publicación en la que seguimos analizando el papel que juega la música en la percepción interpersonal y, concretamente, nos centraremos en si es verdad que existen estereotipos robustos y claramente definidos sobre los seguidores de ciertos géneros musicales.
¿Cómo se consigue transmitir información sobre las personas a través de sus preferencias por ciertos tipos de música?
En estudios que investigaban acerca de características de posibles parejas de citas, Zillmann y Bhatia (1989) llegaron a descubrir que los participantes masculinos percibían a las mujeres con las que compartían esa cita y que preferían la música clásica como atractivas y sofisticadas. Sin embargo, aquellas que preferían la música heavy metal eras vistas como rebeldes y agresivas. Otra evidencia adicional de esto proviene del trabajo de North y Hargreaves (1999), en el cual se demostraba que los individuos poseen creencias normativas acerca de las características psicológicas de los fans de varios géneros musicales. Por un lado, los fans de la música pop se consideraban físicamente atractivos, convencionales y entusiastas, mientras que a los fans de la música clásica se les consideraban como personas intelectuales, tradicionales y conservadores. Esta serie de estudios fueron otra muestra más de que la forma en la que se percibe a las personas (sobre todo desconocidas) era influída por sus preferencias musicales y que es notable la existencia de estereotipos específicos para estilos musicales concretos.
A partir de estas investigaciones y en un intento por seguir plantearse esta cuestión, Rentfrow y Gosling (2007) examinaron el contenido y la validez de los estereotipos sobre los fans de 14 géneros musicales diferentes (blues, clásico, country, electrónico, folk, heavy metal, jazz, pop, rap, religioso, rock, soul y bandas sonoras.). En particular, se centraron en los estereotipos relativos a la personalidad de los aficionados (por ejemplo, la introversión, la neuroticismo), las cualidades personales (por ejemplo, las creencias políticas, el atletismo), los valores (por ejemplo, para la paz, para la sabiduría), y las preferencias en cuanto al alcohol y las drogas.
De esta manera, 206 estudiantes universitarios de la Universidad de Texas fueron asignados aleatoriamente para calificar al fanático de la música prototípica de una de las 14 categorías de música. Estas valoraciones fueron en descriptores de personalidad, para lo que se utilizó el Inventario de Personalidad de los Cinco Elementos (FIPI; Gosling et al., 2003); en cualidades personales, con la Encuesta de Valores de Rokeach, y preferencias en cuanto al alcohol y las drogas, que se midió a partir de una escala de 1 (extremadamente improbable) a 7 (extremadamente probable) en términos de su probabilidad de usar cada droga o bebida alcohólica.
Los resultados de este estudio proporcionaron una gran evidencia de la singularidad de cada uno de los estereotipos y sugirió que estos estereotipos específicos de cada géneros son muy diferentes entre sí. Los participantes estuvieron más de acuerdo sobre el contenido de los estereotipos de la música religiosa, clásica, rap y rock (media de las CPIs = 0,50, 0,40 y 0,33, respectivamente), en los que nos centraremos, y menos sobre el contenido de los estereotipos de la música pop, blues y sound track (bandas sonoras).
Por un lado, los prototipos de personalidad música clásica y religiosa indicaban que los fanáticos de estos estilos son muy agradables, concienzudos y estables emocionalmente, pero se cree que los fanáticos de la música clásica son más bajos en extraversión y más abiertos que los fanáticos de la música religiosa, los cuales valoran la paz, la seguridad familiar, el perdón, el amor y, como es lógico, la salvación. Así mismo, mientras que los fanáticos de la música clásica, los cuales valoraban la comodidad, la belleza, la sabiduría, la imaginación, el intelecto y el amor, son vistos como políticamente conservadores, inteligentes, físicamente poco atractivos, poco atléticos y artísticos, los fanáticos de la música religiosa son considerados políticamente conservadores y, por supuesto, religiosos.
Por otro lado, centrándonos en el rock y en el rap, vemos diferencias mucho más robustas entre estos dos géneros y los mencionados en el párrafo anterior. Y es que los fanáticos del rock y del rap son vistos de manera similar en alta extraversión, moderada simpatía y bajos en conciencia, pero se cree que los fanáticos del rock, quien valoran la emoción y el coraje, son más bajos en estabilidad emocional y más altos en apertura que los fanáticos del rap. De la misma manera, los fanáticos de la música rock son vistos como políticamente liberales y no religiosos, mientras que los fanáticos del rap, que valoran el respeto por sí mismos y el reconocimiento social.
En cuanto a preferencia por alcohol y droga, la investigación reveló diferencias sorprendentes entre los prototipos de música. Mientras que es plausible que los aficionados al rock y al rap beben más cerveza que vino o cócteles, los aficionados a la música clásica se cree que beben más vino y cócteles que la cerveza. Aunque los fanáticos de la música religiosa son vistos como los menos propensos a beber alcohol, aparentemente se cree que beben vino, si beben, (tal vez para la comulgación). Sin embargo, en cuanto a las preferencias de drogas, se cree que los fanáticos de la música rock abusan de todo tipo de drogas, seguidos por los fanáticos del rap. Por el contrario, con la excepción de los medicamentos recetados, no se considera que los aficionados a la música clásica y religiosa consuman estas sustancias.
Como acaban de ver, estos resultados revelaron que, en general, existen estereotipos sólidos y específicos asociados a diferentes géneros musicales. De hecho, el nivel de acuerdo entre los participantes fue, en muchos de los casos expuestos, superior al que cabría esperar en base a investigaciones anteriores que también estudiaba la percepción interpersonal. Así, parece que las personas estamos considerablemente de acuerdo sobre las personalidades, las cualidades personales, los valores y las preferencias en cuanto al alcohol y las drogas de los fanáticos de diferentes estilos músicales.
Pero, ¿qué cantidad de verdad o falsedad existe en estos estereotipos tan definidos?, ¿cómo se desarrollan las creencias sobre las asociaciones entre las características psicológicas y las preferencias musicales?, ¿en qué se basan?, ¿por qué el gusto musical puede llegar a ser una característica tan sumamente dictaminadora las primeras impresiones que nos llevamos de la gente a diferencia de otras informaciones personales? Todas estas cuestiones intentaremos abarcarlas en próximas publicaciones.
REFERENCIAS:
- Gosling, S.D., Rentfrow, P.J. y Swann, W.B., Jr. (2003)’A Very Brief Measure of the Big Five Personality Domains’, Journal of Research in Personality 37: 504–28.
- North, A.C. y Hargreaves, D.J. (1999) ‘Music and Adolescent Identity’, Music Education Research 1: 75–92.
- Rentfrow PJ, Gosling SD. (2007) The content and validity of music-genre stereotypes among college students. Psychology of Music. 35:306–326.
- Rokeach, M. (1973) The Nature of Human Values. Nueva York: Prensa Libre.
- Zillmann, D. y Bhatia, A. (1989) ‘Effects of Associating with Musical Genres on Heterosexual Attraction’ Communication Research 16: 263–288.