Focusing

Como soy muy fan de la meditación, el yoga, el mindfulness y relajaciones, decidí probar el focusing después de darlo en clase, ya que me parece importante, conectar el cuerpo y la mente, para llegar a un equilibrio, mediando con los pensamientos, emociones y sensaciones.

Ya nos adentramos en entrenamientos de relajación en las prácticas de tratamiento psicológico, así que sabía como relajarme. Me tumbe cómodamente en la cama, con los ojos cerrados, focalizando la atención en la respiración abdominal, realizándola lentamente. Tras unas repeticiones de inhalación-exhalación y conseguir un ritmo cardiáco más pausado, comienzo a relajar los músculos, desde la cabeza hasta los pies. Luego, me pregunté ¿qué es lo que tengo que no me hace sentir del todo bien? y como bien explican con este proceso, reconocí situaciones que no me hacen sentir bien, las puse frente a mí, y me aleje un poco de ellas, dándole tiempo y dándome a mi misma espacio. Pausas para respiraciones profundas. En ese momento pensé, todos tenemos problemas, somos más que nuestros problemas. Intenté sentir cuál de todos era más intenso, para centrarme en él. ¿Qué siente mi cuerpo sobre ese asunto? Entonces, el estómago se sentía más pesado. A continuación, pensé en algo simbólico que representara mi sensación, algo así como un tornado de agua o tromba marina. Me pregunto cosas sobre qué necesita esa sensación, que hay detrás de todo eso…

Pero de ahí, no consigo clarificar bien las respuestas, sino que me enredo más pensando cómo quitarla y no consigo acabar la sesión. Surgen bloqueos.

Cuidado, esto puede abrir melones, que luego no sepamos cerrar, y ya tienes las dudas sembradas, donde antes no mirabas.