Fuck vs. Joder. El uso de palabrotas en distintos idiomas.

Como comentaba en mi post anterior El impacto de las palabras, en otros y en nosotros, y como sabemos a partir de la Teoría de los Marcos Relacionales, en el lenguaje tiene más impacto las asociaciones con las palabras que tenga el receptor del mensaje que lo que las que tenga el emisor y lo que intente transmitir.

En parte, el lenguaje se podría definir como la película mental que tú te puedes montar, pero los animales no. La película se basa en un conjunto de asociaciones que has aprendido a lo largo del tiempo y, en teoría, el contenido de la película no debería cambiar independientemente de en qué idioma la estemos viendo.

Quiero plantear varias preguntas al respecto de esta definición y siguiendo con la metáfora de la película, ¿realmente no cambia lo que produce en ti una película en función de en qué idioma la veas? Probablemente no, las películas contienen mucha información que nos llevará al mensaje que intentan transmitir. Podemos plantearnos el caso de que no tengamos el mismo nivel de conocimiento sobre distintos idiomas y pensar que en nuestro idioma materno tenemos más soltura y seguramente lo entendamos todo, mientras que en otro idioma aprendido de forma más artificial y durante menos tiempo tendremos más inconvenientes para entender lo que se nos quiere decir, y concuerdo, pero no es este el punto al que quiero llegar. En el caso hipotético de que nos desenvolviéramos en los distintos idiomas igual de bien, ¿cambiaria para nosotros la percepción del contenido de la película entre uno y otro? ¿y el de una escena aislada? En teoría sí, porque existe una relación de equivalencia derivada en las traducciones.

¿Puede ser diferente el efecto que tenga sobre nosotros una misma palabra en un idioma u otro? En la mayoría de los casos no, porque independientemente del idioma en que hablemos, si sabemos que nos referimos a lo mismo tendremos la misma respuesta. Sin embargo, y hablando totalmente desde la experiencia personal, tengo la sensación de que esto podría ser distinto si hablamos de palabras más abstractas, como por ejemplo las palabrotas.

Puede resultar chocante que hablando del distinto impacto que puedan causar las mismas palabras en distintos idiomas haya elegido un conjunto de palabras con una funcionalidad tan concreta y clara como son las palabrotas. Es cierto que, si te pones a insultar a alguien, a esa persona, mientras te entienda, le va a dar igual el idioma que lo hagas que su respuesta de enfado no va a cambiar mucho. Pero no me interesa hablar sobre las asociaciones que tenemos alrededor de que alguien nos diga una palabrota, sino de las que tenemos alrededor de decirla.

Como ya he dicho, para mí, estas asociaciones sí que son distintas en diferentes idiomas, en el caso en español y en inglés, porque las he aprendido de maneras muy distintas, y eso repercute en mi uso de ellas.

Por un lado, en nuestro idioma materno durante nuestra infancia las palabrotas se nos enseñan como algo que no hay que decir nunca, como algo prohibido, son una verbalización que por norma general se nos castiga cada vez que la hacemos, pero que a la vez aprendemos por aprendizaje vicario viendo como los adultos a nuestro alrededor la dicen.

En mi caso, el castigo sobre las palabrotas fue efectivo, y aún hoy, cuando pienso que no está mal utilizarlas en determinadas ocasiones, más allá de cuando quieres insultar a alguien, sino también como hace mucha gente cuando algo te sale mal. Me refiero al uso de palabras “malsonantes” que no insultan a nadie, como por ejemplo “me cago en todo”, “joder”, “hostiaputa”, etc. Yo no digo ninguna de estas palabras, no porque no quiera o las vea mal, sino porque no me salen de forma natural hablando español.

En cambio, ese tipo de palabras en inglés las hemos (he) aprendido de manera muy distinta, básicamente escuchándolas en series o películas, en las que casi nunca se castigan decir cosas como “fuck”, “holyshit”, etc, sino que se dicen de manera totalmente natural.

Pienso que, debido a esto, cuando el año pasado estuve de erasmus hablando diariamente en inglés, me sorprendí a mi misma utilizando mucho más este tipo de palabras que en español, aunque significasen lo mismo y el contexto de estar con amigos fuese el mismo.

Esto me lleva a pensar que, aunque haya una relación de equivalencia derivada en las traducciones, en determinados conjuntos de palabras puede tener más fuerza la influencia el cómo las hemos aprendido en los distintos idiomas.

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