HASTA LLEGAR AL ORGASMO: EXPERIENCIA Y EVALUACIÓN

Reina Granados
Psicología del Lenguaje — ugr
4 min readNov 8, 2021
Imagen recuperada de https://bit.ly/3wistWG

Parte 1

Las búsquedas en Imágenes de Google sirven de ejemplo para explicar la Teoría de los Marcos Relacionales (Barnes-Holmes et al., 2005), en cuanto a que se basan en las preferencias de usuarios. En clase, entre otras consultas destacó la de “orgasmo”. Así, se podían observar fotos (en su mayoría caras de mujeres), fruta y flores. Una de las definiciones más extendidas de orgasmo es la desarrollada por Meston et al. (2004). Estas autoras definen el orgasmo como una sensación de placer intenso que crea un estado alterado de conciencia acompañado de cambios en la musculatura pélvica, vasocongestión inducida sexualmente, y generalmente conlleva bienestar y alegría. Si tenemos en cuenta los resultados encontrados en esa búsqueda y la definición que la comunidad científica está utilizando, parecen no estar del todo relacionadas. Por ejemplo, la mayoría de las fotos de las mujeres sugieren o producen en el espectador sensación de sufrimiento, dolor, ahogo, fatiga, etc. Nada que ver con la definición de “bienestar y alegría”. Como se puede observar, se ha creado un “imaginario” cultural respecto a esta palabra.

Ilustración recuperada de https://revistawatt.com/sexo-la-petite-mort/ (Autor: Brunancio)

Estas fotos de caras de mujeres con la boca abierta y ojos cerrados pueden estar representando la idea de la “petite mort”, usada de forma generalizada como ese estado de máxima excitación y placer que conlleva a una especie de “trance” o “pequeña muerte” (estado refractario) a causa del orgasmo, pero no es el orgasmo, ¿o sí? Meston et al. (2004), en su definición incluyen el “estado alterado de conciencia”; pero solo sería una parte de todo lo que engloba el orgasmo.

Por otro lado, la mayoría de las imágenes son de mujeres y parejas heterosexuales. Lo que lleva a pensar en la posible relación que esto puede tener con nuestro aprendizaje basado en roles tradicionales de género y, en consecuencia, el seguimiento de sexual scripts. En este sentido, se espera que el hombre posea un papel más activo en la sexualidad (en este caso, hacer que la mujer y él mismo lleguen al orgasmo) y a la mujer un papel menos activo, más de complacencia (Hust et al., 2017; Jozkowski, 2011; Jozkowski y Peterson, 2012).

De igual forma, la representación del orgasmo por medio de frutas y flores puede deberse a la asociación de estas imágenes con genitales, que a su vez se relacionan con sexo y este con llegar al orgasmo. Esto también puede hacernos reparar en la asociación de los genitales-sexo-orgasmo: idea extendida, que reduce la experiencia sexual a la meta del orgasmo y que ha sido relacionada con la insatisfacción sexual (Sierra et al., 2012).

Por medio de estas imágenes estamos descubriendo un marco/s relacional/es, que puede ser más o menos compartido por las personas que llevan a cabo las búsquedas en la mencionada web, pero ¿habría diferencias por sexo? ¿Hay diferencias en cómo una mujer o un hombre experimentan un orgasmo? ¿Esto es evaluable? De ser así, ¿los instrumentos utilizados en la práctica clínica valoran el orgasmo de forma holística? Y en ellos, ¿se tienen en cuenta las diferencias de sexo/género? A raíz de todo esto, la idea base para este trabajo es que las discrepancias en relación al orgasmo entre hombres y mujeres, no están representadas en los instrumentos de evaluación del orgasmo. Ante esto, se pretende:

1. Observar las posibles diferencias que existen en la evaluación de hombres y mujeres con respecto al orgasmo.

2. Investigar las diferencias fisiológicas que diferencian a hombres y mujeres respecto al orgasmo.

3. Investigar si hay estudios cualitativos para comparar la descripción/vivencia del orgasmo entre hombres y mujeres.

4. Comparar estos tres puntos.

5. Ante esos resultados, incluir la importancia que puede tener el Mindfulness para crear instrumentos relacionados con el orgasmo/sexualidad.

Referencias

Barnes-Holmes, D., Rodríguez-Valverde, M. y Whelan, R. (2005). La Teoría de los Marcos Relacionales y el Análisis Experimental del Lenguaje y la Cognición. Revista Latinoamericana de Psicología, 37, 255–275.

Hust, S. J. T., Rodgers, K. B. y Bayly, B. (2017). Scripting sexual consent: Internalized traditional sexual scripts and sexual consent expectancies among college students. Family Relations, 66, 197–210. https://doi.org/10.1111/fare.12230

Jozkowski, K. N. (2011). Measuring internal and external conceptualizations of sexual consent: A mixed-methods exploration of sexual consent [Doctoral dissertation, Indiana University]. https://www.proquest.com/dissertations-theses/measuring-internal-external-conceptualizations/docview/1021144503/se-2?accountid=14542

Jozkowski, K. N. y Peterson, Z. D. (2012). College Students and Sexual Consent: Unique Insights. The Journal of Sex Research, 50, 517–523. https://doi.org/10.1080/00224499.2012.700739

Meston, C. M., Hull, L., Levin, R. J. y Sipski, M. (2004). Disorders of orgasm in women. Journal of Sexual Medicine, 1, 66–68. https://doi.org/10.1111/j.1743-6109.2004.10110.x

Sierra, J. C., Vallejo-Medina, P., Santos-Iglesias, P. y Lameiras, M. (2021). Validation of Massachusetts General Hospital-Sexual Functioning Questionnaire (MGH-SFQ) in a Spanish population. Atención Primaria, 44, 516–524. https://doi.org/10.1016/j.aprim.2012.02.004

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