Hoy estoy de bajón…
Hay diversas situaciones en nuestra vida en las que utilizamos expresiones como: “estar de bajón, estar lleno de alegría o tristeza, sentir un vacío, salirle algo de dentro a alguien, sentir que una persona, un trabajo o un lugar nos llena (o no), contenerse la ira, explotar, tragarse uno sus propias palabras, tener mariposas en el estómago, tener una idea, tener la mente en blanco, tener muchas cosas en la cabeza, tener el corazón lleno” … y un larguísimo etc.
Casi todas esas expresiones (asociadas entre sí, proyecciones) tienen en común que estructuran algunos campos conceptuales abstractos (como las emociones o las ideas) en otro más concreto y tangible: nuestro cuerpo; menos (aparentemente) una de ellas: estar de bajón.
Ahora volveré sobre esto.
Antes de reflexionar sobre el trasfondo de la expresión “estar de bajón”, voy a hacer un análisis de la metáfora conceptual que subyace a todas las expresiones anteriores.
Por un lado, todas estas expresiones lingüísticas metafóricas pertenecen a la metáfora conceptual de: EL CUERPO ES UN RECIPIENTE CON UNA FUNCIÓN DE ALMACENAJE.
Me atrevería a decir que se trata de una metáfora donde predominan más las correspondencias ontológicas que epistemológicas, ya que se hace una mayor alusión en la metáfora a la FUNCIÓN de nuestro cuerpo, y no tanto a las propiedades que este tiene, por lo cual (aún sin estar mal dicho) considero que no escucharemos tanto en la calle hablar de inferencias hechas a partir de esta metáfora, sino más bien de correspondencias en cuanto a la función que cumple (tener un cuerpo-tener un almacén de algo).
Bajo mi punto de vista y ciñéndome al uso cotidiano de estas expresiones, esta metáfora consta sólo de 1 correspondencia; y si acaso hubiese alguna otra se trata de casos que se refieren a órganos específicos (p. ej. tener el estómago revuelto). Como consecuencia, nuestra metáfora EL CUERPO ES UN ALMACÉN se trata de una metáfora genérica con naturaleza regular.
Con respecto a la motivación que nos lleva a utilizar este dominio fuente (nuestro cuerpo) se trata de una motivación correlacional (nuestra experiencia nos ha enseñado que entran y salen cosas del cuerpo). Además, es de complejidad primaria y convencional, con una función estructural.
Volviendo a la reflexión que quería hacer respecto a la metáfora “estar de bajón”, partimos de la base de que empieza influyendo en la misma el pensamiento metonímico. De esta manera, estar de bajón es estar “bajo en algo”, condición que deriva de la METONIMIA de MÁS (CANTIDAD)-ARRIBA (POSICIÓN); por el contrario MENOS (CANTIDAD)-ABAJO (POSICIÓN). Así, bajón refiere a que estamos bajos en algo = a que tenemos menos de algo. Pero menos…¿qué?
Hablamos de bajos en emociones (positivas en este caso), ya que nos encontramos con una jerarquía donde además de las 2 metáforas conceptuales ya citadas (EL CUERPO ES UN RECIPIENTE y MENOS-ABAJO) tenemos aún otra más: LAS EMOCIONES SON SUSTANCIAS (donde el dominio fuente son las sustancias por su carácter físico y tangible, y el dominio meta son las emociones por nuestro intento de convertir lo abstracto en algo más concreto).