¿Límites para el humor negro?
El humor negro se trata de una construcción social, y por lo tanto cultural, que trata temas oscuros y dolorosos resultando controvertidos y polémicos para la sociedad porque están relacionados con la moral. Trata la sexualidad, el racismo, las discapacidades, el machismo, etc. pero representados en forma cómica. Scott Adams propone que la fórmula para el humor está compuesta por una serie de elementos, necesitando mínimo 2 de los seis elementos: clever (inteligencia), naughty (travieso), bizarre (extraño), cruel (crueldad), cute (lindo) y recognizable (reconocible). Un ejemplo de estas combinaciones se puede observar en las tiras cómicas de Calvin y Hobss, que combinan algo cute (niño) con algo bizarre (un tigre que habla).
Por otro lado, para Sigmund Freud el humor supondría negar el carácter dramático de nuestra realidad que nos genera dolor, siendo una forma de enfrentar esa realidad negando su entidad doliente. Propone como ejemplo el caso de un preso que va a ser colgado en la horca un lunes y, ante esta situación el reo dice: “¡Bonita manera de empezar la semana!”. Este ejemplo muestra cómo el preso niega la realidad, su propia muerte, superándola y despreciándola mediante el humor. Para Freud:
“El humor es una forma de sobreponermos a la terrible realidad”
En contraposición, me parece interesante lo que cuenta la humorista americana Hannah Gadsby, que ha utilizado el humor para poder expresarse ya que como mujer homosexual y feminista ha tenido restricciones. Afirma:
“El arte, como el humor, no cura el dolor ni mejora un mundo violento e injusto”
Podemos interpretarlo como que tanto el humor como el arte son una forma de pasar las realidades que nos producen dolor a través del placer que genera la risa o la pintura, pero no es una forma de poner solución al problema ya que seguirá existiendo.
En la actualidad se cuestiona si el humor negro debería tener unos límites. Tal como menciona en un artículo Darío Adanti lo que debe tener límites no es el humor, sino el contexto en el que se produce. Es por ello por lo que el humor negro se emplea sobre todo en el monólogo sin provocar escándalos porque se entiende el contexto en el que el emisor está haciendo esa broma. Además, Darío Adanti afirmaba que “un chiste sobre el holocausto contado por una víctima del holocausto no es lo mismo que el mismo chiste contado por un nazi”. El problema no es el chiste en sí, sino la persona que lo cuenta; al tratarse de un nazi sólo reafirmaría sus crueles conductas. También es importante la intención del chiste, ya que hay personas que simplemente manifiestan a través del humor creencias que mantienen con la finalidad de hacer daño, y esto provoca que se etiquete este humor como denigrante.
Sin embargo, uno de los objetivos del humor negro es tratar de normalizar o reducir la importancia de un tema social. Te obliga a reírte de ti mismo, pero el problema es que somos cada vez menos tolerantes en este sentido y la sociedad nos exige ser demasiado correctos. No considero que el humor negro deba eliminarse o provocar escándalos debido a que iría en contra de la libertad de expresión. Si fuera así, también se deberían eliminar, por ejemplo, las películas con muertes violentas que buscan el morbo para atraer al espectador. No a todos nos hace gracia lo mismo, por lo que los límites debe ponerlos cada uno.
Bibliografía:
