La agonía de las “manners”

En la entrada anterior, cuestionaba cuánta sería la represión a la que tendrán que hacer frente los nativos británicos a la hora de expresar sus sentimientos y emociones. Es algo sobre lo que mi compañera, Irene Espejo, y yo hemos venido hablando desde que nos empezamos a plantear cómo influiría e impactaría el hecho de hablar un idioma como lengua materna o segunda lengua. En base a nuestras propias experiencias en el extranjero, estábamos convencidas de que según sea el caso y la cultura inherente a la persona hablante, las emociones se expresarían de distinta forma o en el lado extremo, directamente se reprimirían. Para ejemplificar esto más concretamente, me gustaría compartir con vosotrxs dos fragmentos de películas que reflejan el peso de la cultura británica en el plano emocional. Veamos primero a qué me refiero con la represión de sentimientos mediante una escena de la película “Bridget Jone´s Baby”:

El personaje masculino británico muestra un bloqueo absoluto para expresar un sentimiento de contrariedad, disgusto e incluso podría llegar a ser ira. Opta por retirarse “educadamente”, tal y como debería comportarse alguien con “good manners”. Ese mundo de reglas británicas ejerce su fuerza para evitar que se exteriorice una emoción / sentimiento que puede considerarse inapropiado ¡aunque les hierva la sangre y echen humo por las orejas! No es apropiado “montar el numerito in a public place”. ¿Qué consecuencias podrá llegar a tener esta “kind of” cárcel emocional?

En el polo opuesto a nivel emocional, nos encontramos con otro fragmento de una película británica , “Cuatro bodas y un funeral” que refleja algo muy cierto: “cuán difícil les puede resultar expresar sentimientos de amor” (por lo general). Paradójicamente, en contextos amigables y / o familiares se usa mucho la palabra “love” (especialmente en el norte de Inglaterra): “how are you today, love?”. Incluso suelen decir cuando se despiden “I love you”. En este sentido encuentro un cierto paralelismo con la pérdida de significado intencional al usar la expresión “I’m sorry” (comentada en la anterior entrada). Sin embargo, cuando la expresión se carga de una connotación romántica y más profunda, las cosas pueden cambiar y entonces parece que la expresión verbal y sentimental no es tan sencilla y fluida como refleja la siguiente escena de dicha película:

En esta escena, Hugh Grant muestra una gran torpeza para expresar sus sentimientos, rodea de circunloquios su declaración romántica haciéndola compleja y anti natural por sentirse incómodo al manifestar sus sentimientos. Se evidencian las constricciones internas a las que se suelen enfrentar las personas británicas de manera implícita por la lengua y la cultura, en particular si son de Inglaterra.

Ahora bien, ¿qué ocurre con las personas nativas españolas? Personalmente, he mantenido relaciones sentimentales con varias personas británicas y siempre me tacharon de ser “demasiado” apasionada y expresiva, no solo verbalmente sino a través de mi lenguaje corporal, también. Eso mismo pensaba yo sobre ellos pero a la inversa, a veces me planteaba “si tendrían sangre u horchata en las venas”. A menudo me pregunto cómo se me vería desde fuera, ¿qué imagen proyectaría? Quizá desde su punto de vista, ¿sería cómo alguno de los personajes de Almodóvar en “Mujeres al borde de un ataque de nervios”?:

Compañerxs españolxs, ¿alguna vez habéis sentido esa aparente frialdad británica que puede llegar a incomodar hasta a la persona española más inexpresiva? ¿O creéis que en alguna ocasión habéis podido dar la impresión de ser personas algo “histriónicas” por mostrar vuestro lado mediterráneo?

Y compañerxs internacionales, ¿os abruma la expresividad verbal y gestual española? ¡¡Nos encantaría que compartiérais vuestras experiencias!!

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María Fernández García
Psicología del Lenguaje — ugr

Experimentando un proceso de deconstrucción. Deconstruir para volver a construir y deconstruir de nuevo…….“Aprendiendo a desaprendeR”