LA BANDERITA

En este post voy a hablar de un tema del que he venido hablando con muchos de mis compañeros durante todo el cuatrimestre. Voy hablar de un concepto imaginario, lleno de interpretaciones, valores éticos, morales, culturales y sobre todo político que se representa físicamente sobre un trozo de tela rectangular, sobre una pegatina, un parche o una chapa. En efecto, voy hablar de la bandera, en concreto de la bandera española.

Una bandera funciona como un símbolo representativo de una organización o institución, como puede ser un Estado.

Símbolo: “ Signo que establece una relación de identidad con una realidad, generalmente abstracta, a la que evoca o representa.”

Bandera nacional: “ La bandera nacional es una bandera que representa a un país, que indica nacionalidad. Es uno de los símbolos más importantes que tiene una nación. La bandera nacional sirve para representar al país en el extranjero, pero también como representación de los ciudadanos o del gobierno en el propio país.”

Para definir un Estado moderno es necesario entender su naturaleza en tres dimensiones:

  • Geográfica: País
  • Institucional: Nación
  • Sentimental: Patria

El elemento simbológico que engloba a estas tres dimensiones es la bandera. La de nuestro país supone un conflicto que ya pocos de nuestros conciudadanos se esfuerzan por ocultar o minimizar.

¿Porqué este conflicto?El problema radica en las dimensiones institucional y sentimental, es decir, en el concepto de nación y en el concepto de patria. El conflicto referente a la bandera ligado al concepto de nación es debido a los nacionalismos autonómicos, como son el vasco, gallego o, el catalán, este último, como bien sabéis, sumido en una verdadera esfervescencia. Un nacionalista catalán, por ejemplo, al considerar que su nación es Catalunya, y no España, se sentirá identificado por la senyera y no por la “rojigualda”. Sin embargo, y aunque están estrechamente relacionadas,la parte del conflicto que voy a analizar es la referente al componente sentimental, es decir, la que está ligada al concepto de patria.

Desde el patriotismo es desde donde se carga de valores, significados, nociones éticas, ideológicas, etc. ¿Qué valores ha ido adquiriendo la bandera española durante la historia de nuestro país?¿Qué aspectos han originado este conflicto de valores e identidades?

No hace falta un conocimiento excesivo de la situación para encontrarnos con el elemento más saliente: la dicotomía monarquía/república. Si nos basáramos únicamente en este aspecto para explicar la problemática, diríamos que esta existe porque hay una parte de españoles que quieren una república y no se ven representados por la bandera monárquica. Lo cual es cierto, pero me parece demasiado simplista.

Para afinar en el tiro es necesario echar una vista atrás en la historia de nuestro país. La “rojigualda” llegó durante el reinado de Carlos III. Exactamente el 28 de mayo de 1785. No obstante, no fue hasta el año 1843 cuando la reina Isabel II la instauró como bandera nacional española.

Por lo tanto, no son ciertas las acusaciones que se vierten sobre el supuesto origen franquista de la bandera. La bandera rojigualda no es franquista en sí misma.

Sin embargo, es necesario detenernos en el uso que se le ha dado a la misma durante el franquismo y en la actualidad. ¿Qué mensaje transmite dicho uso?¿Se ha cargado la bandera de los valores (si se le pueden llamar así) del franquismo?

En la película “Mientras dure la guerra” de Alejandro Amenábar hay una escena que documenta el que posiblemente sea el origen de la discordia que venimos hablando:

La imagen es de dicha escena en la que Franco ordena sustituir la bandera republicana de su cuartel general en Cáceres por la monárquica, y Millán Astray ordena a los militares allí presentes que entonen la Marcha Real. Todo improvisado, y por supuesto, arbitrario.

Mientras se cambiaba una bandera que representaba años de democracia, y por lo tanto, de cierta libertad y se imponía una vuelta al pasado más infame las cunetas se iban llenando de muertos. Implícitamente esa bandera se llenaba de odio, de muerte, de antidemocracia, de fascismo. Franco siguió manchando de sangre la bandera durante más de 40 años, manchas que yacieron durante este período bajo un aguilucho muy molón.

En 1981 tras la Transición se aprobó la legitimidad de la bandera actual. Se acabó con el águila, pero las manchas siguen muy vigentes.

En la actualidad, algunos partidos políticos la usan como pegamento poco fructífero para subsanar las fracturas del país, otros la usan como manta para ocultar vergüenzas. Algunos incluso, la usan como arma para atacar a quienes solamente buscan libertad e igualdad. Esto son algunos de los ejemplos:

  • En Alcorcón, los extremistas la usan para tapar y atacar a mensajes contra la violencia machista.
  • Muchas veces, dos noticias leídas a la vez dicen mucho más. El Gobierno de Murcia dos días después de que su sistema sanitario quedase en evidencia decidió que era mucho más necesario tener la bandera más grande.
  • Además, en cualquier manifestación de “nostálgicos”, yo prefiero llamarlos fascistas, es común ver la bandera actual junto a otros elementos de legitimidad dudosa(símbolos franquistas e incluso nazis).

Me parecería un tanto irresponsable afirmar que una bandera es solo un trozo de tela. Cómo todo símbolo tiene una gran utilidad e importancia. Como igual de útil, importante e inteligente es el reemplazo de los mismos cuando su significado ha tomado un sentido no deseado y los valores que representa están totalmente corrompidos.

En la película que mencioné anteriormente, Miguel de Unamuno se dirigía a Millán Astray con la siguiente afirmación “Venceréis pero no convenceréis.”. 80 años después parecemos poco convencidos.

En conclusión, sería absurdo negar el conflicto de identidad que supone la bandera de nuestro país. Es bastante evidente que cualquier ciudadano español está en su legitimo derecho de portar la bandera de su país sin tener que sufrir ningún tipo de descalificación por ello, cómo también es evidente que dicho símbolo está estrechamente ligado con valores poco pulcros y que repugnan a gran parte de la sociedad española.

Una bandera debe representar a la mayor parte de los ciudadanos de un país, o al menos, no ofender a nadie. Está claro que no es nuestro caso y, por ende, habría que darle solución. Vista la situación quizá recurrir a una votación lleve a un aumento del conflicto. Otras vías como, por ejemplo, una campaña de resocialización, asociándola a valores positivos y penando a su vez su uso tóxico podrían dar resultado a corto y medio plazo.

Y vosotros, ¿qué solución le daríais?

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