La herramienta política más viral.

Carla Labruna, Andrea Moreno González, Miguel González Ruiz.

Los memes pueden ser solo graciosos (o no serlo), pero, además, dependiendo de su objetivo, según lo que se busque transmitir a la otra persona con ellos, según su pragmática y lo que se consiga producir a quién los recibe, también pueden ser insultantes, políticos, tristes, etc.

Otra importante característica del meme es su máscara de anonimato, el hecho de que en su mayoría no tengan firma junto a su reposición y edición constante le dotan de esa presunción de anonimato. Si tu compartes un meme en cualquier red social, por lo general, ninguno de tus seguidores sabrá seguro si es una producción original tuya o si simplemente lo has reposteado, a no ser que informes explícitamente sobre ello o tengas ya una trayectoria y estilo propio de creación de memes, pero no es lo habitual. Esta aura de anonimato proporciona un terreno ideal para quienes buscan utilizar los memes para influir políticamente, haciendo mucho más fácil extender a través de ellos una idea política no tan fácil de detectar (Trevillo, 2020).

Mediante los medios tradicionales, por muy implícito que sea el mensaje, sabes quién te lo está dando, sabes más o menos los ideales de la persona o del canal que estás escuchando, en cambio cuando ves un meme no sabes de dónde viene, ni quién lo ha creado, ni si se está haciendo viral por su contenido o porque hay gente detrás estrictamente trabajando para ello.

En este caso el tipo lo que se suele hacer es esconder un mensaje político en un meme en tono humorístico, favoreciendo así su “viralidad” y la difusión rápida y fácil del mensaje. Un ejemplo de este tipo de memes puede ser el siguiente:

Lo que se busca en estos casos es que la gente comparta el meme no tanto por su significado, sino porque simplemente le ha parecido gracioso. Como hemos visto ejemplificado en nuestro post anterior “Una conversación de memes”, hoy en día es muy común intercambiar constantemente memes con conocidos, o no conocidos directamente compartiéndolos en general en tu perfil en redes, sin más análisis o intención que la de enseñar algo que te ha parecido divertido.

Cualquiera puede crear un meme, pero el tiempo necesario para ello dependerá en gran medida de cuál sea tu objetivo con él, de qué quieras llegar a transmitir. Cualquiera puede crear un meme, pero será mucho más fácil si tienes todo el tiempo para hacerlo, si no tienes que dedicarte a otra cosa, si es tu trabajo. Cualquiera puede crear un meme, pero será muchísimo más fácil que se haga viral si tienes cientos de bots a tu servicio para que lo difundan. Cualquiera puede crear un meme, pero será muchísimo más fácil que se haga viral si cuentas con infinidad de datos de usuarios.

Creo que ya empieza a verse claro el problema. En estos casos, como perfectamente expresa Trevillo (2020): “podríamos hablar de una militarización de los memes y de sus marcos de influencia”.

Podrías pensar que esto es una exageración, un alarmismo innecesario, que los memes no son más que imágenes que les hacen gracia a los jóvenes de hoy en día, pero esto no es solo una teoría, ya se han visto casos en los que los memes han sido utilizados de esta forma.

El documental The Great Hack de Harmer y Noujaim (2019), que podéis encontrar en Netflix, muestra en detalle toda la problemática y el escándalo formado a raíz de conocerse que la empresa Cambridge Analytica ha estado recogiendo incontables datos de usuarios a través de Facebook y utilizándolos entre otras cosas para influir en elecciones. Y, por supuesto, uno de los métodos para influir conlleva la utilización de memes. Un ejemplo concreto real fueron las elecciones de 2010 en Trinidad y Tobago, en las que Cambridge Analytica interfirió a favor del partido conservador. Estudiaron que a este le convenía la desmovilización de los jóvenes y con esta finalidad se difundió a través de todas las redes el eslogan “Do So”, que se traduce como “hazlo”, haciendo referencia a “hazlo, no votes”.

Este no es un caso aislado y creemos que esta forma de utilización de los memes como influencia política no ha hecho más que empezar, pero cuando pensamos en memes y en política española no son ejemplos como este los que se nos vienen más rápidamente a la cabeza, no es tan clara la politización de los memes como la “memeización” de la política, esto es, hacer una forma de campaña política tan ridiculizable que se convierta en meme. Esta no sería otra forma más que de llamar la atención, una manera de hacer que hablen de tu partido, el que sea para bien o para mal parece lo de menos. El objetivo es hacer algo que sabes que va a dar que hablar, algo viral en potencia. Podemos decir que la derecha española, más concretamente la ultraderecha es la mayor experta:

Imagen publicada por la cuenta de vox en Twitter:

Un par de ejemplo de los muchos memes que se compartieron en redes:

Todo esto no es simple casualidad, ni es la primera vez que se hace, ni tampoco es algo que solo sucede en España, también pudimos verlo claramente en la primera campaña de Trump en Estados Unidos.

Noticia de la web de Antena 3:

La estrategia resulta clara, actuar de forma que haga a la gente hablar de forma superficial sobre el sujeto político, aunque sea para reírse, pero por las cosas sin importancia pero ridiculizables que hace y no por lo que dice. El que todo el mundo esté compartiendome memes de lo que hizo tal o cual en el debate le da publicidad a esa persona, a la vez que reduce el espacio para la crítica a su discurso.

Esto es lo que tratan de hacer algunos políticos, pero no son solo ellos los que hacen acción política. No sería justo acabar con este mal sabor de boca acerca de la utilización de los memes como herramienta política cuando ahí fuera, en todas partes, en la red, hay mucha gente que utiliza el formato rápido, cómodo y fácil de difundir de los memes para transmitir las ideas políticas que creen más necesarias en nuestra sociedad.

Estas son algunas cuentas de Instagram que crean contenido original con su propio estilo y comparten constantemente memes que también son políticos:

Con estos ejemplos queremos acabar transmitiendo la idea de que los memes no son más que otra herramienta de comunicación más, con sus características propias, y que se pueden usar (y se usan) para influir a quienes los ven, tanto en sentido negativo como en positivo.

Bibliografía.

Hamer, K. & Noujaim, J. (2019). The Great Hack. [Documental].

Trevillo, D. (2020). La memización de la política. Lauredal. https://archive.org/details/memeizacion-neutro

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