“La música empieza donde se acaba el lenguaje”

E. Hoffmann (1776–1822).

Juan Alberto Medina Macías y Rocío Valiente.

La música está muy presente en nuestra vida diaria, siendo una herramienta muy útil para satisfacer diferentes necesidades. Entre sus múltiples aplicaciones, las más comunes son el entretenimiento, la desconexión o la relajación y la expresión de las emociones. Sin embargo, tiene otras muchas utilidades que la mayoría desconocemos, como su influencia en el “yo” o en la aplicación de técnicas como el mindfullness o el focusing, pero todo esto lo iremos viendo más adelante.

Lo primero de todo, os preguntaréis qué quiere decir el título que hemos elegido. Es bien sabido que la música es otra forma de comunicarse, al margen de lo que podamos decir con palabras y, efectivamente, el autor de esta cita estaba de acuerdo con este paradigma. No obstante, eligió esta peculiar forma de describir la música porque en ella se enfatiza la capacidad de la misma de expresar o transmitir un mensaje sin compartir el mismo código, al contrario de como ocurre en el lenguaje. Diríamos que la música es, en muy pocas palabras, una especie de lenguaje universal que todos compartimos.

Un ejemplo que seguro que os sonará ocurre con la famosa canción Jerusalema, cuyo autor es Master KG. Esta canción ha dado la vuelta al mundo y ha sido bailada por personas de lugares muy diferentes. Lo curioso es que nos transmite emociones muy positivas sin saber realmente lo que significa dado que no compartimos la misma lengua.

Como hemos podido comprobar, la música tiene un carácter universal. Sin embargo, esto no quiere decir que no pueda tener diferentes significados para cada uno de nosotros. Para este aspecto se nos ocurre una explicación basada en la teoría de los marcos relacionales.

Una aplicación posible de esta teoría con respecto a este tema consistiría en deducir que a través de la historia personal se han ido atribuyendo diferentes connotaciones a la música y que además, el entorno social es capaz de modular nuestra percepción de la misma. Para confirmar esta diversidad de significados con respecto a la música, acudimos a la opinión pública y les formulamos la siguiente pregunta:

“Si te dijera que me indicaras con una sola palabra lo que significa la música para ti, ¿cuál sería?”

Algunas de las respuestas fueron: perfección, emociones, adentrarme, libertad, oxígeno, sexo, paz, vida, consuelo, autoestima, compañera, felicidad, conexión y calma.

Como podemos ver, cada quien tiene su propia forma de entender la música, desde lo más común hasta percepciones más enrevesadas.

Siguiendo la misma línea, dentro de la música también coexisten diferentes géneros. Este punto también creemos que se puede analizar desde la perspectiva de los marcos relacionales.

Para explicarlo vamos a hacer un pequeño ejercicio:
Voy a presentaros una breve descripción de un escenario concreto y tendrás que enlazarlo con un género determinado.

¡Vaya puta fiesta la de ayer! Estuvimos en la playa, sin parar de bailar y beber. Todas las tías se pusieron a bailarle al capullo de mi primo, mientras yo me quedaba sujetándole la copa. Me acabo de levantar y solo me apetece morirme por la resaca.

- Rap.

- Punk.

- Pop.

- Reggaeton.

Ayer estuvimos mis amigos y yo discutiendo sobre la mierda de sociedad en la que vivimos. No paro de sentir asco al ver cómo tanta gente deja pasar desapercibida esta realidad. ¡Putos borregos! Menos mal que ya tenemos tema nuevo para la próxima manifestación. Se van a cagar.

- Metal.

- Jazz.

- Punk.

- Indie.

Aunque habrá excepciones, suponemos que la mayoría de vosotros verá como obvia una de las respuestas que os hemos presentado (para la primera situación, el reggaeton; para la segunda, el punk).

A partir de estos resultados, se verifica que existen diferentes atributos (pensamientos, imágenes, principios, éticas, sensaciones, etc…) relacionados con los diferentes géneros musicales, lo que podría implicar en algunos casos, cambios en el patrón comportamental. Estos cambios en la conducta pueden ser debidos a cuestiones relacionados con la identidad o el “yo”, tema que abordaremos en el siguiente post.

Juan Alberto Medina Macías y Rocío Valiente.

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