Es importante conocer primero que significa el término “manipular” para poder entender la manipulación o el control de la sociedad. Este concepto consiste en controlar sutilmente a un grupo de personas, o a la sociedad, impidiendo que sus opiniones y actuaciones se desarrollen natural y libremente, es decir, para que no tengan opiniones propias y se les impida desarrollar sus pensamientos de manera libre.
Para poder controlar el pensamiento de una persona, es más eficaz y fácil empezar por la manipulación del grupo en el que se encuentra un individuo, puesto que las personas solemos actuar por conductas de imitación, tendemos a repetir las acciones de otras personas. Las relaciones que nos unen a las personas y nos forman como grupo suelen ser por ideales políticas o religiosas e intereses sociales, lúdicos o culturales que compartimos.
Un factor muy importante para dicha manipulación son los medios de comunicación. Como destacó el filósofo y sociólogo Herbert Marcuse “la función básica de los medios es desarrollar falsas necesidades de bienes y servicios fabricados por las corporaciones que convierten al individuo en esclavo del consumo y la pasividad política”. Tanto la propaganda como la información que recibimos a diario a través de la televisión, los periódicos e incluso de las redes sociales, nos transmiten una imagen del manipulador falsa, alejada de la realidad. Lo que se pretende con este engaño, es que el mensaje que se envía sea asumido por el individuo como un pensamiento propio, hacer creer a la persona que los ideales o las creencias que tiene son personales y no implantadas.
Para conseguir el objetivo “manipular a las masas”, el lingüista Noam Chomsky realizó una lista donde se recogen diez estrategias o técnicas de manipulación a través de los medios de comunicación: la estrategia de la distracción, crear problemas y después ofrecer soluciones, la estrategia de la gradualidad , la estrategia de diferir, dirigirse al público como si fueran niños, utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión, mantener al público en la ignorancia y mediocridad, estimular al público a ser complaciente con la mediocridad, reforzar la autoculpabilidad y conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen.
A partir de todas estas ideas, se puede deducir que las personas estamos rodeados de multitud de información en estéreo que sin oponer resistencia nos somete a observar y hasta a aceptar, por lo que siempre va a existir información que nos indique que tenemos que creer en algo y qué debemos modificar.