La manipulación Nazi

Es bien sabido que para conseguir algo has de empezar desde abajo, pero si hablamos en términos de adoctrinamiento, ¿qué estaría más abajo del todo? Pues en esta posición estarían los niños, personas vulnerables aún sin personalidad definida al completo, bastante influenciables, y que aprenden mucho de quién son a través del modelado.

Esto era algo bien sabido ya para Hitler, así que eso hizo, adoctrinó a los niños para asegurarse su futuro. Parece simple de decir, pero ¿cuáles fueron sus estrategias?

El lenguaje tuvo muchísimo que ver aquí, concretamente, el llamado “lenguaje del nacionalismo”. Se crearon nuevas palabras con un nuevo significado que los niños debían aprender en las escuela, así como todos aprendemos en primaria. Además, se le atribuyeron otros significados distintos a palabras ya existentes y se integraron en la población. Era la llamada “Propaganda nazi”.

Este lenguaje hacía mucho uso de los superlativos, para todo aquel adjetivo que se refiriera al concepto del nazismo, con ello le daban el carácter de grandeza y poder. Además, también se usaban términos científicos para dar credibilidad a los desprecios hacia las personas perseguidas. No era extraño escuchar que eran “tumores” para la sociedad, acercando así un cierto grado de objetividad a cualquier calificativo con el que se refirieran a ellos.

Además, para tapar sus verdaderas intenciones, se usaba terminología más neutra, que para niños realmente no tenían una connotación negativa. No sentaban a niños y niñas de primaria en clase y se le explicaba que iban a asesinar a millones de personas, sino que se le aplicaban frases como “solución final a la cuestión judía”, aplicación de un “tratamiento especial”, …

En 1933 se creó un Ministerio del Reich para la Ilustración pública y la Propaganda (RMPV) que más allá de asemejarse a una RAE, controlaba cualquier tipo de lenguaje, verbal y no verbal que llegaba a la población: la prensa, el cine, la música, el teatro, … Cualquier medio de comunicación era revisado y controlado antes de ser publicado, para poder difundir la ideología al máximo.

El uso cada vez más extendido de este lenguaje nazi, creaba un endogrupo cada vez más compacto, por lo que cualquier persona que no usase el saludo fascista, o se expresase con su jerga, se vería desplazado. ¿Qué niño o adolescente querría verse fuera de un grupo social siendo un marginado?

No fue necesario el uso de la fuerza, cuando supo manipular a la perfección el de la palabra.