“La Resiliencia del Lenguaje No Verbal: Forjando Conexiones en la Pandemia”

Me gustaría hablar de los tiempos de pandemia y de la importancia del lenguaje no verbal en nuestra comunicación diaria. Como las mascarillas cubrían gran parte de nuestro rostro y la distancia física limitaba el contacto. Las expresiones faciales y otros elementos del lenguaje no verbal han cambiado significativamente.

La apariencia se convierte en una ventana importante a nuestras emociones. Si bien nuestra boca puede estar escondida detrás de las mascarillas, pero nuestros ojos expresan una variedad de emociones, desde felicidad y compasión hasta tristeza y preocupación. En una época en la que el habla es limitada, el lenguaje no verbal se convierte en una herramienta importante para expresar conexión y empatía.

El distanciamiento social ha cambiado la naturaleza del contacto físico. Los apretones de manos o los abrazos gestos comunes de saludo y consuelo, fueron restringidos, y con ello se crearon nuevas formas creativas de interacción, como saludos con el codo o gestos distantes con el corazón, que buscan una forma de mantener la conexión humana sin comprometer la seguridad.

A medida que el uso de dispositivos electrónicos para la comunicación creció tanto en esta época, también lo hizo la expresión facial en las videollamadas. Aunque sea a través de una pantalla, la sonrisa y la mirada atenta son fundamentales para brindar presencia y apoyo emocional. El lenguaje no verbal ya no solo se manifiesta en el espacio físico, sino también en el ciberespacio.

Sin embargo, la pérdida parcial de ciertos aspectos del lenguaje no verbal también causa problemas. La falta de expresiones faciales completas puede dificultar la interpretación precisa de las emociones, lo que destaca la importancia de ser más consciente de otras señales no verbales, como el tono de voz y la postura entre otros.

En resumen, durante la pandemia, el lenguaje no verbal se adaptó a las circunstancias cambiantes y se convirtió en un puente importante para la conexión humana en un mundo donde la distancia física se ha volvió una obligación.

Aunque nuestros rostros ya no estén ocultos, la capacidad de comunicarnos y entendernos a través del lenguaje no verbal sigue siendo esencial para mantener nuestras relaciones y permanecer conectados durante el resto de nuestras vidas.