La teoría del Montaje de atracciones ha cambiado mi forma de entender el cine

A pesar de lo relativamente difícil que me resultó entender los tipos de montaje cinematográfico según Eisenstein, ahora que he comprendido todos esos conceptos, no puedo evitar identificar los distintos tipos de montaje en cada película o serie que veo, lo que me permite entender su significado de forma más profunda.

Me resulta bastante curioso cómo el séptimo arte es capaz de transmitirnos sutilmente ideas o sensaciones (inducidas de forma intencional o no por el/la cineasta) a través de elementos del lenguaje audiovisual como la luz, la duración de los planos o el movimiento dentro de estos. Para poder mostrar mejor el uso de cada uno de estos elementos como parte de la narrativa cinematográfica, voy a ejemplificar los tipos de montaje de Eisenstein a través de escenas de películas y series.

Montaje métrico

El montaje métrico en la serie de Fleabag logra transmitir de forma bastante acertada la perspectiva de cada personaje y las relaciones entre estos mediante el uso de planos de corta duración que se centran en la expresión facial y corporal, lo que se puede apreciar especialmente en las escenas en las que confluyen varios personajes.

En esta escena en concreto, no hace falta entender el diálogo para apreciar la tensión entre los comensales de esta cena familiar. Tal y como se puede observar, la conversación transcurre de forma bastante poco lineal, como ocurre en la vida real: hay personas que hablan a la vez, unas que interrumpen a otras y otras que cambian el tema de conversación de forma bastante brusca. Gracias a los ágiles cambios de plano, no perdemos ningún detalle de la posición de cada personaje en la trama de la escena, de sus reacciones (especialmente las de la protagonista cuando rompe la cuarta pared) e incluso de cómo son las relaciones entre ellos.

Este dinámico montaje métrico, no solo consigue reforzar la incomodidad y la pasivo-agresividad que ya se transmite con el diálogo, sino que, además, aporta a la secuencia un toque de humor adicional.

Montaje rítmico

Aunque la gran mayoría conoce la trama de la saga Crepúsculo, además del argumento principal que gira en torno a la relación entre un vampiro y una humana, estas películas tienen otro propósito bastante claro: mostrar a los vampiros como algo atractivo y deseable. Y, aunque este propósito se haya podido cumplir o no, lo que está claro es que Crepúsculo ha conseguido cambiar el imaginario colectivo a nivel global de lo que es un vampiro. Ya no solo se contempla a los vampiros como criaturas tenebrosas que duermen en ataúdes al más puro estilo Drácula, ahora también nos viene a la mente la imagen de jóvenes atractivos, carismáticos y con superpoderes.

Precisamente he escogido esta escena porque en ella se hace alarde de todas estas habilidades sobrenaturales que muestran el ser vampiro como algo “guay” y apetecible, y todo esto se transmite en parte, gracias al montaje rítmico: además del movimiento de los personajes, mediante la combinación de planos a cámara lenta (cuando se quiere hacer énfasis en la fuerza y la potencia de los movimientos) y las tomas en las que se muestra la gran velocidad que son capaces de alcanzar, así como los distintos ángulos de cámara mediante los que se refleja la agilidad y elegancia de cada movimiento, se logra captar a la perfección la atención de la audiencia y hace que se abandone la idea de vampiro como elemento propio de películas o historias de terror.

Montaje tonal

Uno de los aspectos que más destacan de la película The Florida Project es la fotografía: la vibrante paleta de colores nos permite adoptar la perspectiva de tres niños viviendo aventuras durante las vacaciones de verano.

Los fuertes tonos púrpura y naranja de los edificios, el contraste entre el cielo azul y la hierba verde, la luminosidad del paisaje, las brillantes tonalidades doradas de los atardeceres e incluso la indumentaria de los personajes crean el escenario perfecto para mostrarnos cómo es vivir en un motel en los suburbios de Disneyland a través de los ojos de nuestros pequeños protagonistas. Uno de los motivos por el cual el color tiene una presencia tan marcada a lo largo de la producción es el de “disfrazar” de fantasía infantil la vida de unos niños al límite de la pobreza en una de las zonas más marginales de los Estados Unidos.

Este peculiar filtro de colores saturados nos permite entender cómo la inocencia de los personajes les hace entender la vida como un patio de recreo en el que hay que divertirse, a pesar de las duras circunstancias que están viviendo.

Montaje armónico

Si bien la mayoría de las secuencias cinematográficas no contienen un solo tipo de los montajes ya vistos, sino que hacen uso de la combinación de varios, esta escena de la película Mujercitas de Greta Gerwig me ha parecido un buen ejemplo para mostrar cómo se transmiten las ideas a través del montaje armónico.

El elemento que más destaca en esta secuencia es el montaje tonal: el pronunciado contraste entre la iluminación y los colores vivos de la primera parte de la escena, y los tonos más apagados de la segunda parte, marcan de forma clara la diferencia entre la calidez de los recuerdos de la niñez y la juventud y la decadencia del momento presente para ambas hermanas. Además, el dinamismo que aporta la presencia de varios personajes y el movimiento de estos dentro de cada secuencia, así como los cambios frecuentes de plano del primer momento en la playa, a diferencia del montaje más estático del final, refuerzan aún más esta idea.

Todos estos elementos se complementan y permiten destacar el contraste entre el pasado y el presente, además de dotar a la escena de equilibrio y de una estética pictórica.

Montaje intelectual

Desde los hermanos Lumière hasta la actualidad, el tren se ha convertido en una de las metáforas más recurrentes en el cine y, aunque su significado varía según el género de la película, por lo general sirve para ponernos en el contexto de que la trama va a cambiar de alguna forma.

El tren es un espacio liminal, un espacio cuya función es la de esperar llegar a un lugar o a otro, y por ello, normalmente, el uso de este elemento como parte del montaje intelectual puede simbolizar el comienzo de la historia, algún punto de inflexión o el camino hacia el desenlace: sea como sea, es bastante frecuente que aparezca como un lugar de tránsito desde un estado inicial hacia otro final. De esta forma, el espacio interior del tren en esta escena del comienzo de la película Eternal sunshine of a spotless mind, nos sugiere que los personajes se encaminan hacia el principio de su aventura, a pesar de que aún es pronto para descifrar cómo será.

Aparte del significado metafórico del tren per se, considero que en esta escena la distribución de los personajes y los objetos no es totalmente arbitraria, y esconde un simbolismo que nos anticipa cómo va a ser la relación entre nuestros protagonistas:

Para empezar, ambos personajes se encuentran prácticamente solos en el vagón, lo que nos puede indicar que ambos están destinados a conocerse. Además, en un principio están situados en los extremos, lo que sugiere que pertenecen a mundos distintos y lejanos que posteriormente acaban acercándose. Aunque Clementine se muestra más receptiva y quiere mostrar su mundo a Joel, decide poner una barrera de por medio (los asientos del tren), mostrando que hay algo que le frena, hasta que, finalmente, ambos se sientan juntos y continúan conversando mientras viajan hacia su nueva relación.

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