La versión que me gusta de los nuevos hombres de este siglo

Paula Granado
Psicología del Lenguaje — ugr
3 min readJan 9, 2019

Las mujeres. Las débiles, las frágiles, las de cristal. Estereotipos como éstos nos los tenemos que tragar a diario, como cuando nos dicen que somos demasiado “sentimentales”, que no nos pega demasiado jugar a deportes violentos o de contacto y sobre todo cuando nos llaman histéricas, que en mi opinión es una manera educada de decirte loca del coño (literalmente su procedencia es esa, se les “diagnosticaba” a las mujeres que padecían de útero).

Esto no es nada nuevo, ya lo decía Simone de Beauvoir en 1949: “… en nuestros días el hombre representa el positivo y el neutro, es decir, el macho y el ser humano, mientras que la mujer solo es el negativo, la hembra.”.

Pero yo no vengo a hablar de la opresión a las mujeres. Por suerte, ésta es cada día más visible, y por lo tanto, más modificable.

Es esencial para cambiar una situación social que los oprimidos sean conscientes de su opresión. Por eso, hoy, este artículo va dirigido a los hombres que quieren ser conscientes y para las mujeres que pueden acompañarlos en ese camino.

Al ser hombre se cuenta, como decía Simone de Beauvoir, con el gran poder de ser el neutro, un ser humano, el animal más inteligente, capaz y evolucionado del planeta Tierra. Pero también se tiene la faena de tener que ser el macho. Y esto último te lo van a estar recordando toda tu vida.

La masculinidad se ve como fuerza, valentía, entereza, libertad. Pero todo esto acaba siendo un espejismo. No se puede ser libre si siempre tienes que ser fuerte y valiente, si no te dan la opción de sentir todas tus emociones, si no te dan la opción de vivir todos los roles que quieras. El modelo de cómo debe ser un hombre ha quedado desfasado. Al igual que los nuevos hombres de este siglo (incels, MGTOW) de los que hablaba en mi anterior artículo.

En el siglo XXI ser hombre es mucho más que poseer un pene, como se ha considerado hasta hace poco (y algunos aún siguen considerando, solo hay que ver a los de Hazte Oír). Están surgiendo poco a poco otras maneras de ser hombre, nuevas masculinidades. Bueno, no es que estén surgiendo exactamente: se están visibilizando nuevas masculinidades POR FIN.

Se está creando un movimiento de hombres que están dispuestos a aprender, a crear relaciones equitativas con sus parejas y las mujeres en general y, sobre todo, que no quieren repetir los errores del pasado (aunque es inevitable y todos nos equivocamos a veces).

Siendo equitativo en tus relaciones puede parecer que supone la renuncia a ciertos “privilegios” que socialmente te han sido otorgados por tu mera condición de hombre. Puede ser que lo vivas así, pero cada vez más hombres encuentran más satisfacciones que renuncias en el camino de la igualdad, llegando a considerar que este recorrido, y no otro, es el que realmente les permite aprender a ser felices.

Hombres, os necesitamos, y necesitamos que al igual que nosotras nos empoderamos día a día, vosotros os empoderéis con las nuevas masculinidades y también os atreváis a hacerlo con vuestra feminidad cuando queráis. Si hay que ser radicales para alcanzar la libertad, llegó la hora de ser radicales.

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