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Psicología del Lenguaje — ugr
4 min readDec 11, 2021

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LAS ETIQUETAS SEXUALES: BENEFACTORES INVENTADOS

Costanza Clara Marinello y Joel Keelan Swail

En cuanto al debate sobre las etiquetas sexuales que introdujimos en el último post (https://medium.com/psicolog%C3%ADa-del-lenguaje-ugr/la-pragm%C3%A1tica-lingu%C3%ADstica-de-las-etiquetas-sexuales-91ded80609f9), ambos estamos de acuerdo en que son útiles, y no deberían ser borradas del lenguaje, porque ayudan a las personas a identificarse con un grupo, a sentirse menos solas, a tener un sentido de pertenencia, a desarrollar un sentido de autoconciencia y porque ofrecen el vocabulario que permite poner de manifiesto las injusticias sociales a las que se enfrentan las personas LGBT+.

Además, para comprender mejor las opiniones comunes sobre las etiquetas sexuales, realizamos una encuesta con 4 preguntas:

  1. Tienes una percepción positiva o negativa del término “etiqueta sexual”
  2. Por qué has elegido esa respuesta a la pregunta anterior?
  3. Imagina que tu amiga María solía identificarse como heterosexual, pero recientemente ha llegado a la conclusión de que ya no se siente cómoda usando esta etiqueta para ella misma. Ahora está indecisa entre identificarse con una nueva etiqueta sexual o elegir no identificarse con ninguna etiqueta específica. Como amig* suya, ¿qué camino recomendarías?
  4. ¿Por qué has elegido esa respuesta a la pregunta anterior?

Aqui los resultados:

De las 21 respuestas, hemos identificado 10 racimos en total:

Para las respuestas positivas, hay 4 explicaciones:

  1. Las et. sex. ayudan a crear la personalidad.

2. Las et. sex. Son una manera de identificarse con sí mismo.

3. Permiten de saber que hay gente similar, así que puedes sentirte parte de un grupo.

4. Ayudan a visibilizar problemas sociales.

De otro lado, hay 6 explicaciones para las respuestas negativas:

  1. No son bastante fluidos y flexibles.

2. Son construcciones sociales, no existen en concreto.

3. Les pone nombre, les defina.

4. Las etiquetas te impiden ver diferentes puntos de vista.

5. Ponen en la caja, limitan.

6. Causan los estereotipos y la discriminacion social.

Tras analizar los resultados y leer las diferentes opiniones, nos quedamos asombrados porque no esperábamos esta discrepancia en los resultados. Pensábamos que habrían sido más homogéneos y que más personas habrían tenido una opinión positiva hacia las etiquetas sexuales.

Nuestro objetivo con este artículo es discutir estas críticas negativas a las etiquetas sexuales. En la siguiente sección, queremos cuestionar la opinión de que las etiquetas sexuales no deben tenerse en cuenta porque son construcciones sociales.

Para entender mejor el debate, consideremos qué se entiende por constructivismo social. Hay dos grandes perspectivas académicas en torno al tema: el esencialismo (1) y el constructivismo social (2).

El esencialismo adopta el punto de vista tradicional de que la sexualidad es una parte intrínseca “esencial” del ser humano y que, por lo tanto, el número y los tipos de identidad sexual son consistentes a través del tiempo y las culturas. Según la perspectiva esencialista de la identidad sexual, las palabras que utilizamos como etiquetas sexuales son descriptores precisos de cualidades humanas inherentes y concretas.

Por otro lado, el constructivismo social es la opinión de que las etiquetas sexuales son conceptos sociales que se han inventado. En lugar de ser verdaderas cualidades innatas que se descubren, las etiquetas sexuales son creaciones ficticias resultantes de una necesidad sociológica de estas palabras para clasificar a las personas en función de sus tendencias y actitudes sexuales. En consecuencia, las etiquetas sexuales que utilizamos hoy en día no pueden aplicarse a diferentes contextos sociales o históricos porque hacerlo implicaría proyectar nuestro paradigma moderno en un marco sociohistórico en el que nuestras etiquetas sexuales no son aplicables.

Por ejemplo, desde este punto de vista, decir que Aquiles era gay porque mantenía relaciones sexuales y románticas con un hombre sería erróneo, porque en la antigua Grecia, el comportamiento sexual no estaba asociado a un rasgo humano subyacente de “sexualidad” que pudiera etiquetarse como gay, heterosexual o cualquier otra etiqueta (vamos a ampliar esto en el próximo post).

Al igual que muchos críticos negativos de las etiquetas sexuales, estamos de acuerdo en que son conceptos sociales. Sin embargo, no vemos esto como una razón por la que la característica ficticia de las etiquetas sexuales deba considerarse negativa.

Para apoyar este punto, revisemos el artículo de Daniel Dennett “El Yo como centro de gravedad narrativo” (3), que discutimos en clase. El autor se dirige a los críticos del Yo que argumentan que el concepto del Yo es negativo porque es una construcción social y no tiene presencia física. Sostiene que lo mismo puede decirse del centro de gravedad. También es una construcción social sin presencia física real, pero sin embargo es un concepto muy útil porque nos ofrece un mayor sentido de comprensión de la realidad.

Igualmente que el Yo y el centro de gravedad son construcciones sociales útiles con gran valor práctico, las etiquetas sexuales ayudan a muchas personas a entenderse a sí mismas y a los demás. Por eso, criticarlas por ser construcciones sociales ficticias nos parece poco razonable.

En el próximo post hablaremos más sobre esto tema.

REFERENCIAS:

1. Esencialismo de género. (2021). Recuperado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Esencialismo_de_g%C3%A9nero

2. Social constructivism. (2021). Recuperado de: https://en.wikipedia.org/wiki/Social_constructionism

3. Dennet D. C. (2013), El Yo como centro de gravedad narrativa, LOGOS. Anales del Seminario de Metafísica Vol. 46 (2013): 1125. Recuperado de: https://pradogrado2122.ugr.es/mod/resource/view.php?id=178192

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