LAS MALINTERPRETACIONES SIEMPRE NOS ACOMPAÑAN
En nuestra vida cotidiana se producen muchas situaciones que nos pueden llegar a hacer sufrir, problemas económicos y laborales, relaciones tóxicas o simplemente problemas menores que pueden hacernos padecer estrés y depresión.
Muchas veces, cuando estamos hablando con alguna persona y le decimos algo, ésta lo entiende de forma diferente o lo malinterpreta. Estas malinterpretaciones de la realidad son una de las fuentes más habituales de dolor.
Esto se debe a la conciencia social, que es la capacidad de captar las emociones y experiencias de otras personas, y a las distorsiones cognitivas que son alteraciones de la realidad que provienen de nuestra propia forma de ver el mundo, a los demás y a nosotros mismos.
En mi opinión creo que un factor que influye en las malinterpretaciones y en el malestar de las personas son los teléfonos móviles ya que aumentan la probabilidad de interpretar las cosas de forma distinta porque no escuchan la entonación de las palabras.
El otro día leí un post de un compañero que decía que las personas eran mucho más simpáticas por las redes sociales y por escrito que en persona. En mi caso me ocurre totalmente lo contrario. Las personas que me conocen suelen decirme que soy muy simpática pero una “estúpida por WhatsApp”, pero no es así, es que no escuchan la entonación que le doy a las palabras.
Hemos asociado una forma de escritura a distintas entonaciones, por ejemplo, cuando me despido, siempre pongo “Adiós.” y mis amigas ponen “Adiooooooooos ❤” ¿Qué diferencia hay si es la misma palabra solo que escrita de la misma forma?
La respuesta es muy sencilla, la interpretación que le asociamos debido a la conciencia social y a las distorsiones cognitivas.