Las mentiras que nos cuenta nuestra mente

Si vamos por la calle y paramos a una persona al azar y le preguntamos qué entiende o qué cree que es la sugestión, esta persona lo más seguro es que lo relacione o nos haga referencia a la hipnosis. Esto, se puede deber en gran medida a los programas de televisión que suelen realizar este tipo de relación, trasformando ambos términos casi en sinónimos uno del otro.

Pero ¿qué es realmente la sugestión, está tan relacionada con la hipnosis como los medios de comunicación nos lo venden? Pues en términos literales la sugestión es la capacidad psicológica de manipulación mental que se ejerce sobre una persona por una serie de diferentes técnicas o medios, es decir, la sugestión, aunque se suele utilizar en el ámbito de la hipnosis como medio terapéutico, no son sinónimos, sería una herramienta que se utiliza para realizar dicho propósito.

Podemos ejercer la sugestión en cualquier ámbito y en cualquier circunstancia, un ejemplo de esto, lo podemos encontrar en la publicidad como los anuncios de los helados Mágnum, que mantienen un patrón característico para generar un estado de sugestión en las personas que visualicen el spot. Suelen presentar a un chico o una chica que muerde un helado y se escucha el crujir del chocolate, esto logra que la persona se imagine en ese momento siendo ellos quienes muerde el helado y provocar que se active la salivación ante esta imagen mental.

Otro ejemplo de esto lo encontramos en la música que escuchamos normalmente, esta especie de hechizo que logra causar la sugestión, se puede acentuar aún más según el estado de ánimo que posea la persona. Cuando se atraviesa una ruptura amorosa, la elección musical suele decantarse por canciones que tienen un tinte más melancólico y un tipo de letra con tendencia hacia el desamor, rupturas amorosas o incluso engaños; nos sentimos más identificados con estas situaciones y solemos escenificar las letras de las canciones en nuestra mente e incluso asemejamos la situación al momento que ocasionó ese estado de ánimo.

Ante esto también influye qué tan sugestionable puede ser la persona en la cual se planea ejercer dicha sugestión. Si la persona es muy influenciada, podemos llegar a realizar este tipo de manipulación a un nivel mal profundo, pudiendo ejercer un gran control sobre el comportamiento y pensamientos de la persona.

Ahora podemos hacernos un par de preguntas ¿Es buena la sugestión? ¿Es mejor ser más o menos sugestionable? Y ¿Qué ayuda tiene la sugestión en la vida de las personas? Vamos a intentar resolver cada una de estas dudas.

Poder decir de manera rotunda que la sugestión es buena o mala, sería imposible o se necesitaría ahondar tan profundamente en un tema que es tan amplio como la mente misma y que varía en cada persona que se investigue o se estudie. Entonces, dar una respuesta tan certera como si es buena o mala seria pretencioso hacerlo, pero se puede presuponer que la sugestión es buena según el caso en el que se utilice, es decir, en ámbitos terapéuticos, para mejorar la vida o comportamientos de una persona o para influir de manera positiva en esta.

Ser más o menos susceptible influye de manera decisiva en nuestra forma de afrontar la vida. Existe un dicho popular que dice “cuanto menos pienses y menos atención le prestes a lo que los demás digan más feliz eres”. Podemos decir que aquí aplica que cuanto menos susceptible, tanto en la autosugestión como en la sugestión externa, se produce mayor felicidad. Sin embrago, no solo en los dichos populares encontramos esta relación. Cuando una persona es más sugestionable la manipulación puede lograrse por personas que lo quieran hacer de manera directa o indirecta, pudiendo tener efectos nocivos, es decir, personas que tienen una baja autoestima y problemas o mala relación con la comida, los anuncios que se han utilizado en la publicidad de ropa, coches, perfumes, etc. Provoca que estas personas comiencen a interiorizar este estereotipo de excelencia y superioridad, siendo sugestionadas como que este prototipo es la perfección, llegando a problemas tan graves como la anorexia o bulimia, pero no solo la publicidad logra esto, en ocasiones, en el mismo círculo privado se pueden realizar comentarios inocentes pero que logran sugestionar a la persona hasta llegar a ocasionar que su imagen o comportamiento hacia algo cambie. Esto se puede ver cuando una persona comienza una relación con un individuo que no encaja en los parámetros que este círculo tiene sobre la pareja que debe tener esta persona y comienzan a realizar comentarios negativos que pueden llegar a sugestionar tanto a la persona, que comienza a interiorizarlos, provocando un cambio en la forma en la percepción que se tiene sobre esta persona.

La sugestión tiene un factor adaptativo, nos puede permitir ser nuestra mejor versión, pero también nos puede mostrar nuestra peor cara, es decir, en diferentes experimentos se ha demostrado que la sugestión nos puede volver más inteligentes, mejores trabajadores, más sanos, mejores personas, etc., o por el contrario puede enfermarnos, hacernos errar en nuestro juicio, condicionar nuestra visión sobre otra persona, etc. De igual modo dotamos de poder a objetos inanimados, estamos hablando de los conocidos amuletos o también de las conocidas supersticiones. Un ejemplo de esto son los placebos. Se ha demostrado que las personas que en su momento han consumido una pastilla y notaban efectos como que los mejoraba de un catarro, les daba más vitalidad o incluso les mejoraba intelectualmente, pero estos efectos solo eran logrados gracias a la previa descripción del experimentador o del sujeto encargado de suministrar dicho placebo, el cual era dotado de todas las características de una verdadera medicina. Las personas logran obtener todos los efectos beneficiosos de dichas medicinas porque ejercen dos tipos de sugestión, la autosugestión y la sugestión externa. Pero esto también se puede invertir e inutilizar un placebo de manera negativa, si una persona ingiere un placebo y el investigador le dice que era un veneno y que le provocara fiebre, náuseas y dolor de barriga, aunque la pastilla no provoque nada la autosugestión logra que los síntomas sean tan reales como si el envenenamiento fuese real.

Una situación de cómo la autosugestión puede cambiar la vida de una persona es el embarazo psicológico o pseudociesis. Este tipo de situación ocurre comúnmente en mujeres que tienen una obsesión por tener un hijo y presentan la imposibilidad de quedarse embarazadas, en mujeres en estado depresivo o mujeres que presentan temor de quedar en cinta; aunque en menor medida, también puede estar presente en hombres. En estos casos la persona que presenta este trastorno psicológico, posee la gran mayoría de todos síntomas o características de un embarazo real, como aumento del tamaño del vientre y los senos, mareos, náuseas, cansancio, antojos, amenorrea, producción de leche, así como sensación de movimiento fetal y contracciones.

Uno de los primeros factores que se utilizan para descartar cualquier tipo de error diagnóstico son las pruebas de embarazo y las ecografías. Pero un factor que provoca errores es la probabilidad de que la prueba de embarazo posea un resultado positivo, aunque dicho porcentaje es bajo, la alteración hormonal puede provocar este falso positivo. Sin embargo, en los casos en que este sale negativo, las mujeres, aun así, siguen afirmando que su embarazo es real y que el fallo ocurre en el test. En segundo lugar, se realiza la ecografía, al no presentarse imagen del feto, ni latido fetal, existen casos de mujeres que continúan sosteniendo que el defecto se encuentra en la máquina ecográfica. Ante esto, se recomienda un seguimiento psicológico, debido a que la persona al enfrentarse a la realidad y la contradicción que esta provoca ante el argumento que lleva a su autosugestión puede provocar rechazo, tristeza y depresión.

En conclusión, podemos intuir que la sugestión como medio adaptativo nos permite superar momentos de dificultad, pero como todo tiene su lado malo y en situaciones podemos llegar a ser nuestro peor enemigo. La autosugestión como previamente hemos visto puede ocasionar que algo inanimado o sin valor o poder alguno, determine nuestra manera de pensar, actuar o ver el mundo. Entonces, a partir de esto podemos preguntarnos ¿En realidad es buena la sugestión en nuestra vida? ¿Estaríamos mejor si la sugestión pudiera ser un factor que pudiéramos eliminar? ¿Cómo sería un mundo sin que nadie pudiera hacer uso de la sugestión?

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