Las redes sociales facilitan los cambios políticos en determinados contextos
Podría entreverse de mis publicaciones anteriores una visión casi apocalíptica de internet y de su uso en el contexto político. Esto no es así, su uso conlleva peligros como los que hemos visto pero también posee virtudes.
Muchos expertos aseguran que el impacto de las redes sociales y de internet en los movimientos políticos es limitado. Sin embargo, gracias a los estudios de Wolfsfeld y cols. (2013) sabemos que esto no es exactamente así. Este grupo de investigación estudió el contexto que acompañó a la conocida Primavera Árabe. Para ello se basó en dos principios teóricos derivados del modelo de Wolfsfeld, adaptándolo a las redes sociales:
1.En primer lugar, defienden que la política pura es lo más importante. Es decir, al estudiar la influencia de medios y redes sociales la política en sí viene primero analítica y cronológicamente. No se puede entender el papel de las redes sociales sin tener en cuenta el contexto político.
En este sentido principalmente destacan dos asuntos:
- El hecho de que un país tengan o no censurado el acceso a las redes. Los ciudadanos de países pobres con regímenes represivos son más proclives a no tener acceso a internet, o si lo tienen, es probable que sea de una manera monitoreada y limitada.
- El nivel de motivación para tomar las calles. Normalmente los individuos que viven en países ricos con fácil y abierto acceso a redes sociales tienen un nivel más bajo de descontento o interés en política.
Los autores defienden que los nuevos medios de comunicación pueden ser utilizados como importantes herramientas de protesta siempre y cuando haya suficiente acceso a los mismos y motivación.
2.Siguiendo este razonamiento, el segundo principio defiende que es mucho más probable que las protestas den lugar a un mayor uso de redes sociales que el proceso inverso. De ahí que en el título hablemos de un papel facilitador y no causal.
En este sentido, los autores utilizan una metáfora en la que ven a las redes sociales como viento:
“…A metaphor for this process is the impact that wind has on fire. When a fire breaks out, the strength and direction of the wind can have a major effect on how the fire develops, the direction it takes, and its overall impact. Similarly, in societies with a relatively low level of discontent and violence, the extent to which people use social media is unlikely to have an impact on political protest. When the level of anger and violence rises, all forms of media can serve as accelerators for increasing the speed and intensity of protests.”
En este punto, cabe hablar de una de las teorías más importantes que relacionan el papel de los medios de comunicación y política, la PMP (Politics-Media-Politics), que defiende que el papel de los medios en un proceso político es un ciclo donde los cambios políticos, dan lugar a un cambio en el funcionamiento de los medios, que da lugar a más cambios políticos. En este estudio, solo estudiaban la primera parte de este ciclo, comparando el nivel de uso de redes sociales antes y después de la irrupción de las protestas.
Lo que esperaban en el estudio era que iban a encontrar menos búsquedas en internet relacionadas con política y eventos antes de las protestas que después de que empezasen. También esperaban que esto ocurrirá especialmente en países con altos niveles de protesta, y que estos cambios durarían más en estos casos.
Teniendo estos puntos claros, los resultados que obtuvieron fueron los siguientes:
En primer lugar, sus hallazgos (figura 1) parecen echar por tierra la idea de que las redes sociales son la causa de las protestas políticas, como defenderían otros autores como Howard (2011), ya que hay una correlación negativa entre penetración de internet y nivel de protesta. A la vez, parecen apoyar la idea de otros autores escépticos de las redes sociales como Morozov (2011) que defiende que el expresarse en redes sociales hace que la gente reduzca su motivación para tomar las calles.
Sin embargo, una explicación más convincente que ambas surge cuando damos un paso atrás y examinamos las diferencias entre países en cuanto a contexto político. La parte izquierda de la figura 2 nos muestra que aquellos países que son dictatoriales tienen menos acceso a redes sociales (penetración de Facebook). En estos países los medios tradicionales están también más controlados por lo que los ciudadanos tendrían una gran necesidad de canales alternativos de comunicación.
La parte derecha de la figura 2 nos muestra que cuanto más alto es el nivel de agravios sociopolíticos ( en cuanto a renta per capita, nivel de democracia, nivel de corrupción y respeto a los derechos humanos), más alto es el nivel de protesta. Esto no parece nada novedoso, sin embargo, dado que en estudios anteriores se ha olvidado sistemáticamente el contexto político como variable, parece importante remarcarlo.
Respecto al papel de las redes sociales, hay que aclarar que al ser un estudio transnacional no contradice que las redes sociales puedan ser herramientas importantes para ayudar a los manifestantes Árabes. Estaríamos cayendo en una falacia ecológica al sacar conclusiones sobre diferencias individuales o grupales basadas en un estudio de este tipo. Si estudiamos los cambios de cada país en concreto, podemos ver si juega un papel fundamental el uso de redes sociales.
En este sentido, basándose en el segundo principio, los investigadores esperaban que en un país en concreto el aumento del uso y búsqueda de redes sociales siga a la protesta en lugar de precederla.
En primer lugar, sin basarse en ninguna tabla, estudiaron como variaba el nivel de registro en Facebook entre el período temprano (alejado del inicio de las protestas), proximal y durante las protestas. Vieron que solo en este último hubo un aumento significativo de esa tasa. Similares resultados obtuvo un estudio de la Escuela de Dubai (2011) sobre Twitter.
Siguiendo esta línea estudiaron también el cambio en las búsquedas de Google para la palabra “Facebook” para los dos países con más nivel de protesta (Egipto y Siria) y para los dos con menos (Emiratos Árabes y Omán). Se vio un incremento en los dos primeros despúes del comienzo de las protestas, el 25 de Enero. Sin embargo, no ocurrió esto para Omán y los Emiratos. Por tanto, el papel de las redes sociales es crítico en países con contextos conflictivos pero insignificante para los contextos poco conflictivos.
Estudiaron también los términos más buscados para estos países durante 4 etapas relacionadas con las protestas. Pensaban que las búsquedas estarían más relacionadas con las protestas tanto durante como después de las mismas. Y efectivamente, esto fue lo que ocurrió, ya que las búsquedas en ese sentido fueron mucho menores en el periodo anterior y próximo.
Por tanto, a grandes rasgos como conclusión podemos decir que es importantísimo analizar el contexto político antes de intentar estudiar el rol de las redes sociales. Además, las redes sociales jugarían un papel importante pero como facilitadoras una vez que la situación en el país es conflictiva.
REFERENCIAS:
Wolfsfeld, G., Segev, E., & Sheafer, T. (2013). Social media and the Arab Spring: Politics comes first. The International Journal of Press/Politics, 18(2), 115–137.
Howard, P. N., A. Duffy, D. Freelon, M. Hussain, W. Mari, and M. Mazaid. 2011. Opening Closed Regimes: What Was the Role of Social Media during the Arab Spring Project on Information Technology and Political Islam. Seattle: Department of Communication, University of Washington.
Morozov, E. 2011. The Net Delusion: The Dark Side of Internet Freedom. Jackson, TN: Public Affairs.
The Guardian. 2011. “Arab Spring: An Interactive Timeline of Middle East Protests.” http://www.guardian.co.uk/world/interactive/2011/mar/22/middle-east-protest-interactive-timeline