Lenguaje en personas con TEA
En amigos en común, hemos observado cómo algunas de las personas con Trastorno del Espectro Autista de grado 1 suelen utilizar técnicas de compensación en los aspectos comunicativos no literales para adaptarse al entorno, a veces haciendo incluso imperceptibles estas dificultades.
A partir de aquí, se analizan estrategias de compensación a través de observaciones, entrevistas y charlas con personas con TEA. Se cuestiona el mito de la falta de empatía en el autismo, destacando la importancia de comprender las dificultades en la interpretación del lenguaje no literal. Se sugiere que el aspecto emocional de la empatía en el autismo podría ser superior al promedio, incluso llegando a la “hiperempatía”. Se plantea la idea de desarrollar habilidades cognitivas para fortalecer los vínculos emocionales con personas con TEA. El texto concluye mencionando una entrevista creada para profundizar en estas cuestiones comunicativas y comprender mejor las experiencias internas de las personas con TEA.
El “enmascaramiento” es un proceso que algunas personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), especialmente en el grado 1, realizan para ocultar parte de sus síntomas. Este proceso, generalmente inconsciente, se asocia más comúnmente con mujeres con TEA, ya que tiende a buscar una mayor integración social. Este enmascaramiento implica observar, imitar y utilizar otras técnicas para camuflar su sintomatología, al menos hasta cierto punto.
Identificar las dificultades de expresión en quienes hacen enmascaramiento puede ser útil, y se requiere atención, prestar y compartir información para comprender estas estrategias. Las mujeres con TEA pueden mostrar discordancia entre el lenguaje verbal y no verbal, como sonreír fuera de contexto, como una forma de adaptarse socialmente.
El diagnóstico tardío puede reforzar el enmascaramiento, haciendo más efectivo con el tiempo. Las personas con TEA diagnosticadas en la adultez pueden presentar síntomas menos visibles, especialmente si tienen un cociente intelectual alto. Se observa que las mujeres con TEA, como Yulia, a menudo desarrollan estrategias de compensación, como ser sociables en exceso para compensar las deficiencias sociales.
En el caso de Elsa, otra amiga con TEA, se emplean más recursos en el camuflaje, practicando expresiones faciales y posturas frente al espejo. Estas estrategias consumen mucha energía y pueden llevar a situaciones de fusión, cierre o agotación.
Se estima que el 80% de las mujeres con TEA permanece sin diagnóstico, y algunas investigaciones sugieren que las mujeres desarrollan más estrategias de enmascaramiento, lo que puede contribuir a la menor detección del trastorno. Estas estrategias pueden tener consecuencias graves, como un mayor riesgo de depresión.
Los problemas de comunicación en personas con TEA dificultan la comprensión y el diagnóstico preciso. La falta de representación en los medios y los estereotipos sociales contribuye a la falta de identificación y aceptación de las personas con TEA en la sociedad.
En conclusión, comprender y abordar el proceso de enmascaramiento es crucial para mejorar la calidad de vida de las personas con TEA. La concienciación, la educación y la investigación interdisciplinaria son clave para desarrollar enfoques más efectivos en el diagnóstico, tratamiento y apoyo a las personas con TEA. La aceptación y comprensión de su forma única de comunicación son esenciales para avanzar hacia una sociedad más inclusiva.
A continuación, en comentarios adjunto todo el material de investigación requerido para este estudio con toda la información recogida en las entrevistas y la extensión de nuestra reflexión en cuanto a ello.
Hecho por: Salma Kanine Ait Zalim, Ángeles López Rosado y Carla Molina Romero