Lenguaje no verbal a través de los anuncios de perfumes

En el ámbito de la lingüística sistémico-funcional, se constata que toda comunicación cara a cara es interaccional y multimodal, es decir, intervienen factores de ubicación física o social entre los interlocutores (emisor, distancia social, estatus social relativo), además de señales verbales y no verbales. La incorporación de elementos no verbales en la conversación aporta información personal, cultural y, sobre todo, emocional, cuya manifestación corporal (tics, gestos o movimientos) puede condicionar el significado del texto en cuestión.

Para ilustrar un ejemplo de lenguaje no verbal en el ámbito fílmico, hemos elegido un anuncio de perfume anteriormente nombrado (“la reivindicación femenina en los anuncios de perfumes”) de la casa Dior, The new Eau de Parfum, protagonizado por la actriz norteamericana Natalie Portman.

El spot tiene una duración de 45 segundos y el momento del metraje que nos interesa apenas dura dos, los que transcurren entre los segundos 18 y 19. Para situarnos en la narración, la acción transcurre en París, la actriz ha tenido una discusión con su pareja y se le ve gritando agarrada a una barra vertical de un transporte público, suponemos que un autobús urbano. El plano siguiente es el objeto de nuestro análisis: ella aparece en la zona izquierda de la pantalla, de medio cuerpo y apoyada en una viga metálica con la torre Eiffel a su derecha. Lleva el pelo suelto y gafas de sol, lo cual nos priva de un componente fundamental para conocer su estado emocional: la mirada. Aun así, mira de frente al espectador y entonces realiza un movimiento con la cabeza que resulta sintomático, la gira hacia su izquierda, un gesto breve pero muy indicativo de sus intenciones posteriores y que veremos en la siguiente secuencia: viajar con las amigas en un coche descapotable, con toda la simbología que contiene: autonomía, libertad, independencia, etc.

Si nos atenemos a las marcas gestuales, el rostro de la joven no reproduce ninguna significativa: pelo suelto, boca entreabierta y ladeo de la cabeza. Muestra un semblante serio y, a pesar de las gafas, intuimos una mirada penetrante, decidida, que se corrobora con la acción posterior. De modo que resulta difícil vincular su gesto facial a una emoción básica, según la taxonomía de Ekman y Friesen (1975). En cambio sí podríamos incluirlo, siguiendo a los autores citados, dentro de la categoría de gestos que expresan estados emocionales a través de movimientos corporales; un gesto absolutamente consciente e intencionado que posibilita no solo la lectura de este código no verbal en un contexto concreto (relato publicitario), sino que también abre un horizonte de expectativas que agrupan cuestiones de género o identitarias (relaciones mujer-hombre, nuevos comportamientos femeninos, eliminación de estereotipos, abolición del patriarcado, etc.)

Lucia Suarez Sicilia y Alicia Sanjuán Jiménez. Grupo T1, subgrupo c.

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