Lenguaje Sexista en el Cine: La Poderosa Influencia del Guión
El cine, como un reflejo cultural y social, tiene un impacto significativo en la construcción de percepciones y valores. Una preocupación persistente en la industria cinematográfica es la presencia de lenguaje sexista, que perpetúa estereotipos de género y contribuye a la desigualdad.
El otro día estaba viendo la película “El Diario de Bridget Jones”, la cuál considero un clásico, sobre todo para la generación de nuestras madres. Lo cierto es que me impactó, ya que yo no la recordaba así la primera vez que la vi. Cuando digo así, me refiero al lenguaje tan sexista que aparece en ella. Mi cambio de percepción considero que es debido a la falta de conciencia que poseía en aquel momento, y que tengo ahora, sobre las desigualdades de género existentes, ya que la edad con la que vemos algunas películas es un factor clave y muy peligroso en cuanto a la influencia negativa que el cine puede ejercer.
El lenguaje sexista en esta película refleja y, en cierta medida, contribuye a las expectativas de género arraigadas en la sociedad. Aunque de un modo busca abordar las luchas y las inseguridades de una mujer moderna, también refuerza los estereotipos tradicionales.
En varias escenas, los personajes del círculo social de Bridget, masculinos y femeninos, comentan sobre su apariencia física y sus elecciones de vida, y estos comentarios, aunque a menudo destinados a ser humorísticos, contribuyen a la idea de que su valor está intrínsecamente ligado a su atractivo y capacidad para encontrar pareja, en lugar de a sus habilidades, logros o personalidad, lo que refuerza la noción de que la felicidad y el éxito de una mujer están determinados principalmente por su relación romántica. Las preocupaciones sobre su peso, apariencia y estado civil son también temas recurrentes.
Una objeción curiosa es la manera de reflejar la soltería de una mujer, que sería volcada a los vicios, como fumar y beber, y con un aspecto físico despreocupado.
En el minuto 52:47 observamos que Bridget acude a una cena llena de parejas, siendo ella la única soltera, dando a entender que no ha conseguido triunfar en la vida. En el minuto 53:20, podemos ver cómo uno de los hombres le pregunta por su vida amorosa, como si fuera el único tema relevante; además de hacer un comentario sexista sobre haberse acostado con su jefe, como si él estuviese exento de culpa; y hacer referencia a que no debe esperar mucho más o no podrá tener hijos. Se recalca este tema como si fuera lo único valioso que puede hacer una mujer, mencionando también a las mujeres solteras a los 30, como si fuesen unos “especímenes” raros de encontrar.
Lo cierto es que en la tradición del cine, hay una tendencia a asignar a personajes femeninos líneas que se centran en su apariencia física o emociones, mientras que los personajes masculinos suelen recibir diálogos más orientados a la acción o la toma de decisiones. Otro ejemplo claro de esto se puede observar en “Pretty Woman”, donde el personaje femenino es presentado como una prostituta que experimenta una transformación cuando es rescatada por un hombre adinerado, relegándola a un papel pasivo en su propia historia.
Otra manifestación se encuentra en la manera de presentar el lenguaje corporal y la representación visual de personajes, pudiéndolo observar en la película “Transformers”, la cual ha sido criticada por la representación objetiva y sexualizada de los personajes femeninos, perpetuando la cosificación de las mujeres.
Si hacemos una comparación del sexismo en el cine antiguo con el actual, vemos una evolución en la forma en que se abordan las narrativas, reflejando en muchos aspectos, los cambios culturales y sociales en la comprensión de la equidad de género. Actualmente podemos ver en la gran pantalla una mayor variedad de roles femeninos, concienciación sobre la diversidad, narrativas feministas (en películas como Mad Max o Mujer Maravilla); aunque aún persisten una serie de desafíos como la brecha salarial y las oportunidades, la representación de mujeres de minorías étnicas y de la comunidad LGBTQ+, y la objetivación aún continua de las mujeres.
Algo curioso, es la tendencia a romantizar películas de amor, y es que, a pesar de los elementos sexistas presentes en las mismas, la búsqueda de un escape emocional positivo y la falta de una crítica profunda pueden llevar a la aceptación y romantización de estos comportamientos. Sin embargo, hay un aumento en la conciencia crítica y un llamado a la industria cinematográfica para diversificar las narrativas y representar relaciones más realistas y equitativas.