Lenguaje y género

Claudiogmr
Psicología del Lenguaje — ugr
3 min readJan 16, 2024

Durante los estudios en psicología, hemos cursado muchas asignaturas de índole biológica, es decir, que trata de estudiar la conducta humana a partir del estudio neuronal, estructural del sistema nervioso, así como la conducta producto de un déficit o lesión del mismo. Para ello, como es de esperar, hemos estudiado las estructuras cerebro anatómicas, como se comportan las neuronas y cómo se conectan. Es una asignatura de gran interés, sin embargo, a la hora de hablar de cómo las hormonas influyen en el comportamiento de hombres y mujeres en la pubertad, desarrollo sexual o en la preferencia de la pareja deja mucho que desear y que a más de uno nos ha dejado con mal cuerpo. “Se espera que los hombres homosexuales tengan un cerebro femenino” O en el estudio de los hombres transexuales se esperaba que tuvieran muchas más hormonas masculinas aunque tuviesen genitales femeninos, además refiriéndose a estas personas por su género de nacimiento y no de identidad, como si la expresión de género y la preferencia sexual estuviese directamente relacionado con la biología; . Es aquí donde la reducción biologicista entra en juego, donde se intenta explicar mediante la biología muchas de las conductas sociales y personales.

El sexo no es binario: partiendo de que todos tenemos una serie de hormonas que se consideran masculinas y femeninas, y que su aparición en mayor o menor cantidad van a determinar los genitales, dicha expresión no tiene por qué determinar la expresión de nuestra identidad. Pues el resultado de esta se traduce en un porcentaje, un continuo, que da como resultado un gran espectro de identidad de género. La necesidad de explicitar un correcto uso del lenguaje en la distinción de sexo de forma no binaria, no solo viene del querer modernizar su uso a nivel social y consecuentemente normalizarlo; si no además por tambien de prevenir un mal uso de la praxis médica referida, por ejemplo a considerar a las personas intersexuales como una anomalía médica y que debe ser resuelta quirúrgicamente a pocas horas del nacimiento y su respectivo tratamiento hormonal en la adolescencia. Todo esto nos lleva a cuestionar el lenguaje utilizado en psicología y su impacto en la identidad sexual y de género.

Esta experiencia aclara las consecuencias negativas que pueden sufrir aquellas personas cuya identidad de género se asigna de forma externa. Insistimos en contemplar la realidad a través de una visión binaria que ignora los matices, el reduccionismo biológico y el lenguaje utilizado influyen sobre cómo se interpretan los fenómenos relacionados con la identidad de género. Esta falta de sensibilidad con los términos usados en la comunicación científica contribuye a que se perpetúen estereotipos inadecuados, en este caso se ha reducido la identidad de género a factores biológicos que defienden que puede ser determinada exclusivamente por características biológicas, como la anatomía y las hormonas. Destacamos el caso clínico de David Reimer, al criar a David como una niña, se esperaba que dichas expectativas y comportamientos asociados a su identidad elegida se manifestaran de una forma normativa y de acuerdo a su reasignación de género, lo que no llegó a pasar, dejando ver cómo toda esta complejidad se ve simplificada a factores biológicos a causa de dicho reduccionismo.

Al final, el lenguaje es una herramienta que nos permite extender y compartir nuestra naturaleza humana, donde el sentido forma parte de la historia que queremos transmitir. Al darle un sentido dicotómico al sexo y obligarnos a encasillarnos exclusivamente en una de sus dos opciones, dejamos atrás muchos matices y nos olvidamos de que también son compatibles con el lenguaje, con nosotros mismos y con los demás.

Los medios de comunicación masivos juegan también un papel muy importante, ya que ha sido un tema muy invisibilizado e insensibilizado. Al centrarnos únicamente en la dualidad de sexos, inclusive en el ámbito neuropsicológico, debemos comenzar por saber que vivimos entre personas que se encuentran dentro de ese abanico, y darnos cuenta de su naturaleza y su poder. Esta es la garantía de nuestra libertad, ser formas alienadas que procuran pasar inadvertidas ante un sistema que las patologiza; y el lenguaje y la difusión, como expresión misma de la propia identidad, es el arma más adecuada para combatirlo.

Este post se ha realizado entre Claudiogmr, Sofia Libertad Laguna González, Antonio Díaz y Nerea Sánchez Damián

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