Lo que dicen las miradas

Carla Rubio Fillol
Psicología del Lenguaje — ugr
2 min readJan 12, 2024

La mirada, ese elemento esencial de la comunicación no verbal, trasciende las barreras del lenguaje articulado y se posiciona como una ventana directa hacia nuestro mundo interior. En innumerables ocasiones, nuestras miradas revelan más sobre nuestro estado emocional, pensamientos e inquietudes que cualquier palabra pronunciada. Algunos la consideran el reflejo del alma, mientras que otros la atribuyen al corazón; en cualquier caso, es un componente intrínseco de nuestra comunicación no verbal que difícilmente podemos controlar, ofreciendo así autentica información sobre nuestra persona.

Aunque la mirada es solo uno de los muchos aspectos de la comunicación no verbal, comparte escenario con elementos como la sonrisa, la postura y la manera de caminar. El aprendizaje para interpretar estas sutilezas no verbales nos transforma en evaluadores del discurso de quienes nos rodean. Con frecuencia, surgen discrepancias entre lo expresado con palabras y lo comunicado a través de gestos y miradas, convirtiendo esta dualidad en una herramienta fascinante y valiosa en el ámbito de la psicoterapia.

La mirada no solo transmite información, también retroalimenta la comunicación. Así todos hemos vivido situaciones en la que si nuestro interlocutor nos observa mientras hablamos, interpretamos esto como un signo de interés o atención. Sin embargo, en situaciones de procesamiento de mensajes complejos, la mirada puede apartarse y los ojos moverse en distintas direcciones, revelando así la búsqueda de datos, asociaciones de recuerdos e imágenes. Estos movimientos oculares, conocidos como accesos oculares y estudiados en la Programación Neurolingüística (PNL) proporcionan valiosa información sobre los sistemas de representación de las personas.

La naturaleza de la relación interpersonal también se refleja en la mirada. En diversas culturas, se observa que hay menos contacto visual hacia interlocutores de status más bajo, y tendemos a mirar más a personas que nos resultan atractivas o que han captado nuestra atención. La comunicación persuasiva se logra, en parte, a través de estas miradas significativas. Así la falta de confianza o habilidades sociales puede manifestarse en una mirada esquiva, mientras que la seguridad se transmite mediante una mirada firme.

En este entramado complejo de gestos y miradas, se puede ver el complejo sistema de comunicación no verbal que enriquece y hace más compleja la interacción humana. En resumen, la mirada se puede entender como un idioma expresado a través de los ojos, capaz de comunicar una amplia variedad de significados y emociones en el extenso escenario de las relaciones humanas.

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