Lo que falla en la universidad: la interacción social

Autoras:

María Moreno-Chocano Gutiérrez: mariamorenocg

Sofía Moreno López: Sofía Moreno

María Maldonado López: María Maldonado

En publicaciones anteriores, nuestro grupo ya había comentado la forma en la que la pandemia había debilitado la comunicación. Cuando pudimos salir a la calle todo parecía que se hacía por primera vez: saludar a un conocido, ir a la compra, citas presenciales, etc. Cualquiera está de acuerdo en que la manera de relacionarse ha cambiado y con ello cómo lo han hecho también las relaciones sociales.

Esto era una queja importante que surgía durante las clases online. Ya no se iba a clase, en la que te sentabas en una silla a escuchar al profesor, sentada al lado de tus compañeros con los que podías aprovechar para hablar en los descansos entre clases. Pero esté no era el único inconveniente de la universidad online, ya que el principal problema era que la dinámica del aula se había perdido totalmente pareciendo todo robotizado. Profesores leyendo diapositivas, colgando videos sin posibilidad de preguntar dudas ni participar en clase, por no hablar de que entre los alumnos no nos veíamos entre nosotros.

En general, la educación en nuestro país es muy cuadriculada y no fomenta la creatividad ni el pensamiento crítico de los alumnos, se nos hace pensar en una equivocación como un error y un motivo para sentir vergüenza en lugar de una manera de poder aprender. Las clases se organizan de forma que consiste en escuchar al profesor, en lugar de fomentar el aprendizaje a través de conversaciones en clase, en las cuales los protagonistas sean los alumnos. Todo esto que mencionamos ya eran problemas que existían, pero con la pandemia se comprobó que esta manera de enseñar no servía. Observar diapositivas no es aprender, leer unos apuntes no es aprender, quizás lo que más enriquecía nuestro aprendizaje eran las charlas y comentarios antes, después y entre clases; e incluso la forma que tenía tu compañero de explicarte algo cuando no lo habías entendido.

Volviendo a la comunicación. No perdimos el contacto con los compañeros que ya considerábamos amigos, pero si la relación con compañeros con los que charlaba y a los que saludaba de vez en cuando si coincidimos en el aula. El deterioro de las habilidades sociales también han influido en nosotros de una manera más personal, con la falta de contacto social seguro que hay personas que se han vuelto más introvertidas, sin mencionar lo incómodo que es ahora hablar con desconocidos. La naturalidad de la conversación se ha perdido, ahora tenemos que tener en cuenta la distancia de seguridad, la mascarilla, evitar saludar con dos besos. Y hay que mencionar que no conocer la gesticulación de estas personas, no mejoraba la situación para acercarte a hablar con ellos.

En cuanto a la solución a estos problemas, proponemos clases más alternativas, en las que tengamos la oportunidad de comunicarnos, de expresar opiniones y se fomente una forma de aprendizaje más creativa. En este aspecto, y en relación a la universidad, proponemos que existan lugares en los que poder relacionarnos, en los que poder crear sin límites y en los que explotar nuestro potencial. Estos lugares, pueden ser aulas alternativas en las que se puedan reunir 4–5 alumnos aproximadamente, un ejemplo son los aularios que hay en la biblioteca de empresariales. O simplemente, que las clases prácticas sean un momento de conversar con otros, en los que aprender sea una necesidad y no una imposición. ¿Cómo creéis que podríamos mejorar la creatividad y la cooperación en la universidad? ¿Es para vosotros un problema que haya surgido a apartir de la pandemia, o por lo contrario, vuestras relaciones y habilidades sociales no se han visto afectadas? Así, sería una gran alternativa crear horas de clases que se dediquen a hacer trabajos en los que los alumnos se tengan que relacionar. También sería importante crear lugares para que los alumnos pasen tiempo en la facultad sin un fin claramente académico. Espacios donde poder pasar el rato y donde distintas personas que no habrían coincidido en clases podrían darse también jornadas en las que se invitase a asistir a gente de todos los cursos a debatir sobre determinados temas.

Otro problema que se plantea tras la pandemia, es la falta de entendimiento por culpa de la mascarilla, ya que dificulta la comunicación, alumno-profesor, alumno-alumno. Una solución a esto sería que los profesores diesen la clase sin ella, desde una distancia de seguridad, ya que las demás medidas de ventilación se cumplirían. ¿Cómo mejoraríais vosotros esta situación? ¿Os importaría que los profesores no llevasen mascarilla a pesar del riesgo que eso supone?

¿Son las mascarillas una forma de deshumanización de la sociedad para volvernos seres insensibles para con los demás?

¿Cuáles son las formas de relacionarte con los demás con las que más cómodo te sientes? ¿Has notado que alguna ha empeorado últimamente? ¿A qué crees que se debe y qué harías para mejorarlo?