Lo que se te ha escapado de los Odiosos 8

Samuel Muñoz
Psicología del Lenguaje — ugr
5 min readDec 5, 2023

Quentin Tarantino es uno de los cineastas mas reconocidos y aclamados mundialmente. Revolucionó la escena del cine en los noventa con un film que transformó no solo Hollywood, sino una generación entera. Efectivamente estamos hablando de Pulp Fiction, el cual se ha convertido en un fenómeno de masas y adquirió el status de película de culto, siendo hoy tan relevante o más a nivel cinematográfico. Otras de sus joyas de la gran pantalla son Kill Bill, que cuenta con dos entregas, Malditos Bastardos(2009) o su film mas reciente Érase una Vez en Hollywood(2019).

Sin embargo, hoy vengo a hablar de una de sus películas menos «reconocidas», con todas las comillas que admite una producción que recaudó mas de 155 millones de dólares. Para ayudar al argumento, vamos a asumir que esto se debe al fenómeno Tarantino, donde le sucede algo parecido al toque de Midas, y es incondicionalmente aclamado, hasta tal punto que podría estrenar una obra del calibre cinematográfico de Torrente y seguiría llenando salas de cine y servidores de streaming.

Es un hecho que el público, después de disfrutar de la maravilla que estrena en 2014, Django Desencadenado, muy potente tanto a nivel cinematográfico como cultural y social, haciendo una crítica con un tono irónico y punzante a una de las épocas mas oscuras de la historia de Estados Unidos, esperaba bastante de su siguiente producción. Muchos consideraron que los odiosos ocho no llego al listón que tan alto había dejado Tarantino un año antes de su estreno en cines.

En este artículo se intentará exponer que hace que esta película esté muy infravalorada, sobre todo y como ya hemos expuesto de cara a su anterior filmografía. Destacaremos su brillante montaje y todos aquellos detalles que la hacen tan única y le dan un estilo irreplicable.

La película esta ambientada en Wyoming, Estados unidos, años después de la guerra de secesión. La primera escena, una diligencia en la que se encuentran un cazarrecompensas y su fugitiva, cruza los parajes nevados del mid-west tan característico americano. Esta escena es sumamente importante, ya que marca el tono de la película y prepara al espectador para la aventura que vivirá de manera vicaria desde su butaca.

La lentitud con la que avanza el carruaje, lo inhóspito del lugar y la sensación de desamparo que sienten los personajes se transmite al espectador a través de unos planos estáticos y con una paleta de color fría. El encuentro con dos extraños, un cazarrecompensas negro y un renegado que afirma ser el futuro sheriff de la localidad es importante para entender el contexto en el que se hallan. La guerra de secesión ha terminado, pero los prejuicios raciales siguen mas vigentes que nunca y el aire de desconfianza es una constante que reina en todo el film.

Después de estas dos escenas iniciales llegamos al lugar donde se va a desarrollar el resto de la película, una cabaña donde se encuentran con distintos personajes, cada cual mas extravagante que el anterior, todos refugiándose de las inclemencias del tiempo. Esta es su más brillante peculiaridad, un film que se desarrolla casi en su totalidad en él salón de una cabaña en mitad de la nieve y que a pesar de esto consigue crear una atmósfera de misterio, acción constante y un viaje profundo y vertiginoso a nivel emocional.

Para ver como consigue esto, debemos primero hablar de uno de los atributos principales de la película, la calidad de sus diálogos. Estos mueven adelante una trama que mantiene en vilo al espectador constantemente y es remarcable como la sensación que transmiten es comparable a ver una película del mítico agente 007, donde los giros inesperados y la constante tensión son una máxima de la franquicia. Los personajes se sienten profundos y vivos, y ese candor y naturalidad que desprende la escena te hace sentir como si fueras uno más calentándote las manos alrededor del fuego. Las conversaciones son fluidas y brillantemente sarcásticas y afiladas, aunque respetan los momentos mas solemnes y serios. El mejor ejemplo de esto es la escena en la que comen todos juntos y hablan de la carta de Abraham Lincoln que supuestamente tiene uno de ellos en su bolsillo.

Esta escena se desenvuelve al estilo de la dialéctica socrática, donde de manera inquisitiva y sarcástica, el forajido Chris Mannex, va desentrañando la mentira que esconde el cazarrecompensas negro Major Marquis. Aquí podemos ver como combinan un inteligente juego de cámara, una serie de primeros planos a los dos protagonistas de la escena, combinados con planos que reflejan la incredulidad y posterior realización de los demás comensales; con un brillante y rápido diálogo para crear una escena llena de acción. La transformación en las caras de los comensales y los movimientos oculares que estos realizan, focalizando a la persona que está hablando de manera muy rápida, al estilo de un partido de tenis, contribuye al movimiento de la escena.

La tensión va creciendo entre los personajes, y se resuelve de manera sorprendente en el último acto, al mas puro estilo «Tarantinesco». En estas ultimas escenas, Tarantino juega con la perspectiva, dejando ver al espectador el negro futuro que les aguarda, ya que los enemigos se hayan escondidos en la parte subterránea de la cabaña, lo cual se revela de manera brillante a través de una serie de planos cenitales.

Este inteligente uso de la perspectiva crea una escena donde la acción discurre de manera fluida y violenta, y donde el uso de la cámara nos hace sentir que estamos presenciando una auténtica batalla campal, a pesar de estar confinada en las estrechas paredes de una cabaña.

Todas estas claves en el uso de los planos, el ritmo, la cadencia del diálogo y el aprovechamiento del espacio, hacen de este film una auténtica obra maestra y un ejemplo de como se puede convertir una premisa simple en una pieza compleja. Al igual que no es oro todo lo que reluce, podemos también ver como algunas joyas pueden parecer bisutería a primera vista.

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